Trece años sin comunismo
Trece años han pasado desde la "Revolución de Terciopelo", ese hito histórico que puso fin a la dictadura comunista en la extinta Checoslovaquia. El domingo los checos conmemoraron un aniversario más del "Día de la lucha por la democracia y la libertad".
La democracia checa les parece limitada, se quejan del alto grado de corrupción en la sociedad, de la falta de seguridades sociales y para el capitalismo piden la muerte.
Se trata de un sector de la sociedad insatisfecho que expresa sus necesidades, pero esa es la ventaja de la democracia: las personas pueden expresar sus opiniones.
El presidente checo, Václav Havel, uno de los principales protagonistas de la "Revolución de Terciopelo", sostuvo que en estos trece años se han registrado dificultades y hasta problemas, pero que sin duda lo positivo es mucho más y el futuro prometedor.
"Las nuevas generaciones que han nacido en la democracia traen consigo una consciencia civil muy distinta. Es posible que no les interese lo que nos tocó vivir a nosotros, o la propia "Revolución de Terciopelo", pero lo importante es que muchos valores e ideales de entonces los han hecho suyos", explicó el presidente Havel.
Este domingo, los anarquistas checos hicieron el mismo recorrido que los estudiantes en 1989, entonces fueron acorralados por la policía del régimen comunista y apaleados. Ese incidente se convirtió en la chispa que encendió la lucha contra el régimen comunista y dio paso a la "Revolución de Terciopelo" que acabó con más de cuatro décadas de totalitarismo.
Los checos celebraron este domingo 13 años de democracia, todo transcurrió de manera tranquila y pacífica. Las manifestaciones son parte de la libertad y de la democracia, coincidieron políticos y analistas.