Tensión en el Gobierno por nominación de eurodiputado a ministro de Exteriores
El primer ministro Andrej Babiš ha vuelto a rechazar a Miroslav Poche, el candidato a ministro de RR.EE. propuesto por la Socialdemocracia. Desde su punto de vista Poche procede de manera negativa en dicha cartera.
El Gobierno checo no termina de consolidarse. Tras las elecciones generales de octubre del año pasado, el primer ministro, Andrej Babiš, ha protagonizado una batalla permanente para echar a andar su proyecto de gobierno.
La manzana de la discordia la representa ahora el candidato a ministro de RR.EE., Miroslav Poche, nominado por la Socialdemocracia, la formación aliada en el Gobierno de coalición minoritario.En un programa de debate de la televisión privada Prima, Babiš aseguró el domingo que Poche no será ministro de RR.EE.
“Considero que el papel del Sr. Poche en el Ministerio es muy negativo. Él es eurodiputado, así que de hecho no tiene nada que hacer ahí. Las noticias que recibo no son positivas. Muchas veces se expresa como ministro de RR.EE. y eso es inaceptable”.
Por su parte, Miroslav Poche no está dispuesto a tirar la toalla. El eurodiputado dice que existe un acuerdo de coalición entre la Socialdemocracia y el movimiento ANO que debe respetarse.
“He reiterado en más de una oportunidad que no me gusta que la Socialdemocracia sea juzgada por personas como Andrej Babiš o el líder comunista Vojtěch Filip”.
La nominación socialdemócrata ha sido cuestionada por Babiš, insiste en que la política exterior que desearía aplicar Poche no es acorde con la del Gobierno actual.El presidente de la República, Miloš Zeman, fue el primero en oponerse públicamente a la nominación de Poche y rechazó integrarle en el nuevo Ejecutivo. La solución temporal para que el Gobierno empezara a trabajar fue darle la cartera al líder socialdemócrata, Jan Hamáček, no obstante éste oficialmente dirige el Ministerio del Interior. Mientras que Poche figura como asesor político.
La tensión ha empezado a subir después de que Hamáček anunciara que dará una solución definitiva a esta incómoda disputa a mediados del mes de octubre. Eso quiere decir después de pasadas las elecciones regionales y senatoriales, así que hasta ese momento los ministerios del Interior y de Exteriores seguirán en sus manos, lo que resulta un tanto insólito en cualquier país.