Subterráneos atestados de huesos
Las investigaciones arqueológicas del laberinto subterráneo debajo del casco histórico de la metrópoli morava de Brno arrojaron un sorpresivo descubrimiento: debajo de la Plaza de San Jacobo hay pasillos subterráneos atestados de huesos hasta el tope.
Me parece que a algunos de Uds. ya les castañetean los dientes amigos oyentes. Quien no tiene miedo a las tibias y a los cráneos que siga escuchando. Según todo indica, los huesos proceden de los siglos 17 y 18 cuando se concentraban en el templo de San Jacobo los restos mortales de los cementerios cerrados.
El hallazgo tuvo lugar durante las excavaciones previas a la reconstrucción de la Plaza de San Jacobo. Los huesos estaban mezclados con el fango.
Todo indica que en el pasado los restos mortales fueron cuidadosamente apilados, pero en los corredores subterráneos penetró el agua con la tierra, devastando los recintos subterráneos.
Los especialistas empezaron a limpiar los huesos ya que los subterráneos debajo del templo de San Jacobo en Brno se convertirán en un osario que rivalizará con el de Kutná Hora, el más famoso de la República Checa. Ya está hecha una tercera parte de las obras. Algunos tramos de los subterráneos tienen un nuevo revestimiento, nuevos suelos, ventilación e iluminación y a lo largo de las paredes están creciendo murallas de cráneos y huesos apilados.
Al construir el osario, los especialistas colocan en un mismo segmento cráneos en los que se notan señales de lesiones causadas por armas punzantes y cortantes. La originalidad del osario de Brno consistirá en el color de los huesos. Mientras que en otros osarios son blancos ya que han sido expuestos a la luz solar, los subterráneos de Brno les han dado un color pardusco y amarillento.
Quedan por limpiar unos veinte metros de corredores subterráneos, llenos de huesos y de barro. Sin embargo, el mayor problema es resolver por dónde el público bajará a los recintos subterráneos. Ahora se baja a los pasillos por una escalera de madera. Los especialistas consideran la posibilidad de crear un cómodo acceso para el público desde la planta baja del templo de San Jacobo.
El laberinto subterráneo debajo de la Plaza de San Jacobo no ha entregado aún todos sus secretos. Debajo del asfalto que cubre un paso peatonal que conduce a la iglesia, los arqueólogos hallaron otros cráneos y suponen que allí hay otros recintos subterráneos llenos de huesos.
Y en el lado opuesto del templo de San Jacobo descubrieron un cementerio infantil del que suponen que sirviera para sepultar a hijos de los extranjeros pudientes. Los arqueólogos lo deducen del hecho de que en las sepulturas había adornos de oro y otras piezas de valor.