Los subterráneos de Brno guardan el segundo osario más grande de Europa

Foto: Jiří Vaňáček, CC 3.0

El subsuelo de la ciudad de Brno está entretejido con misteriosas bóvedas, catacumbas y criptas. Una de ellas guarda el segundo osario más grande del Viejo Contiente y otras dan a conocer la vida cotidiana en la Edad Media.

La parada de tranvías de la calle Pekařská en 1976,  foto: Archivo del Cuerpo de Bomberos de Moravia del Sur
Durante siglos, los subterráneos de la ciudad de Brno daban origen a un sinfín de leyendas, dado que nadie se atrevió a explorarlos. Hasta 1976, cuando la tierra se tragó a una mujer en la parada de tranvías de la calle Pekařská. Una ruptura de cañerías hizo quebrarse la tierra y el cadáver de la mujer, llevado por el agua, nunca ha sido encontrado.

Para calmar el desasosiego del público, el Ayuntamiento de Brno puso en marcha una investigación del subsuelo de la urbe para llenarlo de hormigón, y evitar así accidentes similares.

El osario guarda más de 50.000 esqueletos

Aleš Svoboda,  foto: Vilém Faltýnek
El ingeniero Aleš Svoboda, encargado de la obra, no tuvo entrañas para hacer desaparecer las bóvedas medievales. Gracias a su victoria contra la burocracia los visitantes pueden hoy día admirar una red de misteriosas catacumbas, y entre ellas también el segundo osario más grande de Europa. La cripta con más de 50.000 restos humanos fue descubierta en 2011 debajo de la Iglesia de Santiago.

Su hallazgo dejó entonces a todos boquiabiertos, según recuerda Svoboda. “En una de las paredes de cimentación de la iglesia encontramos un hueco negro. Cuando lo iluminamos, vimos algo que nos dejó paralizados durante un buen rato. A lo ancho de la iglesia se hallaban tres cámaras con una increíble cantidad de huesos humanos. En aquel momento nos dimos cuenta de que en Brno habíamos encontrado un monumento único a nivel europeo”.

El osario de Brno,  foto: Jiří Vaňáček,  CC 3.0
En cuanto a la cantidad de restos, el osario de Brno se ve superado en el contexto europeo solamente por las catacumbas de París.

Cuando fueron descubiertas, las criptas debajo de la Iglesia de Santiago estaban llenas hasta el borde de cráneos y huesos, guardados por separado. En aquel entonces los restos humanos se colocaban de esta forma a fin de ahorrar espacio.

Precisamente la escasa capacidad de esta última morada fue motivo para la instauración del osario. El cementerio, que fue construido en el siglo XIII al mismo tiempo que la iglesia, estaba rodeado de murallas que impedían su extensión. Tres siglos después la capacidad de las tumbas fue agotada, por lo cual fue introducido un sistema de recambio, es decir, que después de cada 10 o 12 años, los restos mortales eran trasladados de la tumba al osario. De acuerdo con un análisis antropológico, en el cementerio de Brno descansan numerosas víctimas de la peste negra, que azotó el territorio en el siglo XVII durante la Guerra de los Treinta Años.

La Plaza de Santiago,  foto: VitVit,  CC BY-SA 4.0
El siglo venidero, el cementerio fue suspendido en el marco de las reformas llevadas a cabo por el emperador José II Habsburgo, y fue cubierto con pavimentos para formar lo que hoy día se conoce como la Plaza de Santiago (Jakubské náměstí). El lugar sin embargo sigue siendo un campo santo, apunta Svoboda.

“Poca gente se da cuenta de que la Plaza de Santiago sigue siendo un cementerio, los cadávers siguen enterrados allí, lo ha sido durante más de 500 años, solamente que ahora está enlosado”.

El carácter piadoso del lugar es acentuado durante las visitas por una música que fue compuesta exclusivamente para conmemorar a los difuntos. Las visitas guiadas se realizan cada 30 minutos en grupos de máximo 20 personas.

El laberinto del Mercado de Coles

Catacumbas debajo del Mercado de Coles,  foto: Michal Klajban,  CC BY-SA 3.0
El osario no es el único atractivo del subsuelo de Brno. Debajo del Mercado de Coles (Zelný trh) se extiende una red de catacumbas y sótanos medievales que permiten a los visitantes viajar en el tiempo y conocer la vida cotidiana de aquella época. Zuzana Hladká del Centro Turístico de Brno explica el uso originario de las catacumbas.

“Servían para almacenar vino y alimentos. Actualmente el público puede pasear aproximadamente por medio kilómetro de catacumbas y sótanos, situados unos 5 metros por debajo del suelo”.

El mayor atractivo del subterráneo del Mercado de Coles es un taller de alquimia, prosigue Hladká. “Queríamos recordar que en Brno vivían importantes alquimistas. Aunque en realidad se trataba sobre todo de médicos y farmaceúticos que se ocupaban de estudios químicos y herbolarios”.

Una auténtica taberna de la Edad Media,  foto: Millenium187,  Public Domain
Los visitantes pueden ver también la picota que se alzaba en el pasado en el Mercado de Coles, así como una jaula para locos. Asimismo podrán conocer qué castigos se llevaban los artesanos y comerciantes deshonestos.

Una muestra da a conocer la forma de conservación de alimentos y vino en el Medievo y una auténtica taberna de la época acerca la vida cotididana de aquel entonces. Otra exposición arroja la luz a la evolución de las lámparas y el casi olvidado oficio del acuñamiento de monedas se da a conocer en el sótano de Acuñador (Mincmistrův sklep), situado debajo del Ayuntamiento Nuevo (Nová radnice).

Este espacio, descubierto a finales del siglo XX, acoge asimismo una exposición sobre la evolución histórica de la ciudad de Brno desde el Medievo hasta la actualidad.

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