Slow Radio acerca la naturaleza a los residentes de las ciudades

Foto: Barbora Němcová

El canto de los pájaros, el croar de las ranas o el ruido de los animales desplazándose por la maleza son solo algunos de los sonidos que uno puede escuchar si sintoniza la Slow Radio situada en un lugar secreto en Bohemia del Sur.

Foto: Tomasz Proszek,  Pixabay / CC0

La Slow Radio transmite sus programas desde un lugar incógnito en Bohemia del Sur y ofrece a sus oyentes un viaje acústico ininterrumpido al corazón de la naturaleza checa. Las emisiones, que se dan en tiempo real y alta resolución, se iniciaron en mayo de 2017 y hace un par de semanas inauguraron su cuarta temporada.

Jan Kužník, uno de los creadores del proyecto cuenta que la idea de trasmitir sonidos de la naturaleza se le ocurrió tras realizar varios proyectos de televisión lenta, un nuevo género que emite decenas de horas de material sin editar. La inspiración vino principalmente de un proyecto que el equipo de Kužník grabó en la estación central de trenes de Praga.

“Disfrutamos al escuchar en la sala vacía los sonidos de la noche, los anuncios de trenes y su llegada y salida. Así surgió la idea de trasmitir algo que sería placentero para los oídos sin la necesidad de mirar un vídeo al mismo tiempo. Al principio nos vino a la mente emitir el bullicio de la ciudad, pero resultó demasiado complicado. Por eso optamos por grabar el sonido de la naturaleza y nos pusimos a buscar el lugar idóneo”.

Encontrar una localidad abundante en sonidos de pájaros y animales pero libre del ruido de la actividad humana acabó siendo una tarea bastante difícil. Según Kužník, habría sido imposible sin la ayuda de la Asociación Checa de Ornitología quien finalmente les recomendó situar el equipo de grabación en medio de las llanuras de Bohemia del Sur. Su posición exacta es un secreto y los creadores del programa desean guardarlo.

“No queremos que gente vaya e interrumpa la emisión. Además, se trata de un lugar inaccesible para el público, ya que a lo largo del año, hay diferentes variedades de pájaros que anidan allí. El sitio cuenta con bosques y un estanque. Por las noches pueden oír como las aves se posan en el agua, el chapoteo de peces y el croar de ranas. Durante el día se puede apreciar el canturreo de pájaros cantores”.

Jan Kužník: “De verdad nos sorprendió que nuestro programa, que solo emite el canto de pájaros o susurro de hojas, fuera capaz de atraer un público más grande que el de algunas radios comerciales en internet”.

Kužník y sus amigos necesitaban un equipo capaz de trasmitir los sonidos de la naturaleza en la mejor calidad posible para que las personas en sus hogares pudieran disfrutar de una experiencia auténtica.

“Compramos micrófonos de primera categoría, generalmente utilizados por cineastas, que son adecuados para grabaciones en exteriores. Estos micrófonos ahora llevan instalados más de tres años al aire libre y han soportado lluvias, nevadas y temperaturas heladas y no se han descompuesto una sola vez”.

El equipo cuenta también con decenas de metros de cables eléctricos que conectan los micrófonos con la base. Algunos están sujetos a árboles, otros escondidos bajo tierra, según cuenta Kužník. Lo único que necesitan para lograr sus transmisiones es un ordenador potente.

Aunque la estación de radiodifusión esté situada a kilómetros de la carretera principal, se pueden oír a veces ruidos conectados con la actividad humana, por ejemplo voces, coches o aviones. Por lo general, sin embargo, lo que se escucha son diferentes pájaros, desde ruiseñores y gaviotas hasta mosquiteros o fringílidos. Los micrófonos son capaces de captar muchos sonidos más, como el susurro de hojas en la brisa, el zumbido de moscas y mosquitos, el ruido de animales pasando por el matorral y, por supuesto, el goteo de la lluvia o rayos y truenos.

Las emisiones de la Slow Radio generalmente empiezan a finales de marzo y continúan hasta octubre o noviembre, dependiendo del clima. Una de las últimas imágenes acústicas que los oyentes pueden apreciar es la de las bandadas de gansos salvajes que viajan al sur en busca de un clima más cálido.

Jan Kužník,  foto: Alžběta Švarcová / Czech Radio
Estudios demuestran que escuchar sonidos de la naturaleza nos ayuda a relajarnos y reduce los niveles de estrés. Aunque no pueda reemplazar verdaderamente un paseo por bosques o campos, Slow Radio se ha ganado, en los tres años de su existencia, una base estable de oyentes.

“De verdad nos sorprendió que nuestro programa, que solo emite el canto de pájaros o susurro de hojas, fuera capaz de atraer un público más grande que el de algunas radios comerciales en internet”.

Aunque dice que los números se han reducido un poco, la radio sigue contando con un grupo de oyentes fieles. Cada primavera empiezan a preguntar cuándo podrán sintonizar nuevamente la radio. De acuerdo con Kužník, ese sería el lado positivo. El lado negativo es que el ruido humano se acerca más y más cada año.

Foto: Barbora Němcová
Autores: Ruth Fraňková , Romana Marksová
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