¿Sirven las peluquerías para algo?
La vida en la capital a menudo obliga, especialmente a las mujeres, a cuidar de su aspecto. Por eso existen las peluquerías, uno de los sitios más importantes donde las mujeres acuden a embellecerse. Sin embargo, tampoco los hombres pueden evitar una visita ocasional al peluquero, dado que un varón peludo y barbudo no tendría mucho éxito con el sexo femenino en la actualidad. Por eso echamos un vistazo a algunas palabras útiles de este tema.
La semana pasada. ¿No lo has notado?
Para decir la verdad, no. Sigues teniendo el pelo largo –dlouhé vlasy- y rubio–blonďaté-, entonces en mi opinión, no has cambiado nada.
Es que solo me recorté los extremos–přistřihla jsem si konečky- y me hice reflejos–melír-. Pero tú te ves diferente. ¿Te cortaste el pelo?–Nechal ses ostříhat?-
Sí, ayer, porque mi flequillo–ofina- ya me molestaba en la frente–čelo-.Ya era hora, parecías un hombre prehistórico. Pero no es justo–není to spravedlivé-. Tú, como un caballero, deberías notar cambios en mi apariencia–změny na vzhledu- y echarme un piropo–dát mi kompliment-. En realidad funciona exactamente al revés.
Es verdad que ustedes, las mujeres, lo tienen más difícil. Pagan un montón de dinero por una visita a la peluquería–návštěva kadeřnice- y el cambio es insignificante. Por otro lado, nosotros, los hombres, nos cortamos el pelo por un precio bajo y quedamos irreconocibles–k nepoznání-.
Pues antes, cuando era chica, me dejaba cortar el pelo por mi mamá y me teñía el pelo–barvila jsem si vlasy- yo sola. Pero desde el accidente que tuvo una amiga cuando estuvo experimentando con una tintura para el cabello–barva na vlasy-, para tener mayor seguridad voy a la peluquería.¿Y qué le pasó?
Quería cambiar el color de rubio a rojo–červená-, entonces se compró un lavado–přeliv- en la farmacia. Sin embargo, la tintura probablemente era de mala calidad y mi amiga era inexperta, así que finalmente salió de color rosa–růžová-.
Supongo que no quería salir a la calle después de ese accidente–nehoda-.Lo solucionó usando un sombrero–čepice- por un rato y después de un tiempo se tiñó el pelo de regreso.
Yo conozco una historia chistosa parecida a la tuya. Hace un tiempo, mi mamá quería rizarse–natočit si vlasy- para una ocasión especial. Sin embargo, en la peluquería hubo un malentendido–došlo k nedorozumění- entre ella y la peluquera, quien en vez de un rizado–natočení vlasů- le hizo una permanente–trvalá-.
Seguramente no estaba muy contenta de eso. Yo me metería en una zanja–příkop- y no saldría de ella hasta que me corrigiera el peinado–účes-.
Y con esto terminamos la lección de hoy, amigos. ¡Ojalá no tengan una experiencia desafortunada como fueron las dos mencionadas anteriormente! Por eso sigan yendo a la peluquería y escuchando Radio Praga. ¡Hasta la próxima vez!
(Repetición del 23/2/2012)