Sigue el auge de las pequeñas cervecerías
Las pequeñas fábricas de cerveza siguen estando de moda en la República Checa. En promedio cada semana surge una nueva.
En la República Checa existen unas 400 pequeñas fábricas de cerveza y a pesar de que hace unos tres años los economistas sostenían que su cantidad había llegado al máximo para ser rentables, siguen surgiendo otras nuevas.
La Asociación de la Mediana y Pequeña Empresa considera que debido a la popularidad de estos centros de producción tanto entre la población como entre los turistas, hay lugar para otras decenas de pequeñas fábricas de cerveza, como señala Karel Havlíček, presidente de la mencionada asociación.
”Estas fábricas son atractivas para los turistas, ya que producen tipos específicos de cerveza, típicos para la región dada. Además, los propietarios de estos pequeños centros de producción suelen ofrecer a los visitantes la posibilidad de degustar varias cervezas, y hacer un recorrido por las instalaciones de la fábrica y su bodega. A los turistas les enseñan cómo se cuece la cerveza y, junto con la degustación, les ofrecen platos típicos regionales”.
Algunas pequeñas fábricas de cerveza tienen su propio restaurante o una tienda donde venden sus productos cerveceros. En el país existen además las llamadas fábricas de cerveza ambulantes. Se trata de compañías que disponen de su propia receta para la fabricación de esta bebida, pero no poseen las tecnologías necesarias para su fabricación por lo que aprovechan los equipos libres de algunas fábricas.
Praga y la región de Bohemia Central es donde más aumenta el número de las pequeñas fábricas de cerveza. Nuevas empresas cerveceras reaparecen en lugares donde habían dejado de existir hace decenios, y otras surgen en Moravia del Sur, una región tradicional del vino.Sin embargo, la proliferación de estas pequeñas fábricas tiene sus límites, que se deben a la escasez de maestros cerveceros, recalca Karel Havlíček.
”Cada año terminan el estudio de esta carrera unas 15 personas, y en el país hay entre 700 y 900 maestros cerveceros. Todo dependerá si esa cantidad de expertos y de nuevos egresados será suficiente para cubrir las necesidades de las pequeñas fábricas cerveceras en caso de que su número siga creciendo”.
Más sabores, pero también un mayor precio
La cerveza de los pequeños productores suele ser más cara que la de las marcas tradicionales. Pero, como comenta Radovan Koudelka, vicepresidente de la Unión Checo-Morava de las Pequeñas Fábricas de Cerveza, esto no afecta la demanda de las cervezas regionales de sabor específico.
Cada checo consume unos 143 litros de cerveza al año, situándose la República Checa en el primer lugar a nivel mundial.
”El precio depende mucho de la región concreta. Por ejemplo, en Český Krumlov, en Praga, o en otro lugar concurrido por los turistas, el precio de este tipo de cerveza será más elevado, de unos 2 euros el medio litro en promedio. En los pueblos más pequeños, medio litro de cerveza regional puede costar un poco más de un euro. Lo cierto es que la cerveza de las pequeñas fábricas regionales es más cara que la de las grandes empresas”.
El precio más alto de las cervezas regionales se debe en gran medida a que éstas se preparan de modo casero, numerosos procedimientos en la fabricación se hacen manualmente. Además, los propietarios de estos centros de producción pagan más por la materia prima, por comprar en menores cantidades. Por otro lado, las pequeñas fábricas de cerveza pueden experimentar y ofrecer bebidas nuevas, como cerveza con sabor a ortiga o pepino.
Según datos oficiales, cada checo consume unos 143 litros de cerveza al año, situándose la República Checa en el primer lugar a nivel mundial.