“Si te apetece hacer algo en la vida lo haces y punto”
Marta Pons llegó a la República Checa hace cuatro años como turista y después de una visión en el Puente de las Legiones decidió que Praga era su ciudad. Superadas las dificultades de comenzar desde cero en un nuevo país, ahora empieza a echar raíces.
“Yo tenía claro que quería vivir aquí. Mucha gente me dice ¡qué valor que tienes! Pero de valor nada de nada. Vamos a ver, no tengo familia, no tengo marido, no tengo hijos. Cuando llega un momento en la vida que puedes decidir por ti mismo, que no hay personas de las que seas responsable, ¿qué perdía en venir? El dinero de un billete de avión ¿Y qué? ¿El tiempo que estuve aquí? Si yo venía aquí y veía que no era lo que yo pensaba, que yo estaba mal o lo que fuera, pues te coges otro avión y te vuelves a casa, porque al fin y al cabo, toda mi familia está ahí y mis amigos están ahí. De momento no he vuelto. Llevo ya cuatro años aquí”.
El trabajo como canguro se volvió estable y se pudo permitir dejar el restaurante. Gracias a ello se ha dado cuenta de hacia donde quiere encaminar su vida profesional. Por eso a día de hoy realiza un curso de pedagogia a distancia en el Instituto Hemingway de Bilbao. Así que Marta está dibujando en Praga perspectivas de futuro. Sus amigos checos se sorprenden de que ella no prefiera Barcelona.
“Para mí Barcelona es una ciudad preciosa, me encanta Barcelona, pero yo me quedo con Praga. Y eso no lo entiende nadie. Los checos que me conocen me preguntan ¿Pero por qué? ¡Si eres de Barcelona! Aquí la gente lo que quiere es irse para España. Además no es que sea Barcelona, es que España les encanta. Supongo que porque piensan en el sol. Para ellos España es sol. Y yo digo, pero a ver ¡qué en España también llueve!".Vino para cuatro días y ya han pasado cuatro años. “Ahora tengo dos casas”, dice Marta. La suya es una historia de amor con una visión, un asunto de perseverancia, como cualquier romance y, como todos sabemos, el mundo es de los tozudos.