¿Será la crianza de perros un tema político?
El trágico suceso del pasado viernes cuando un pastor alemán atacó a un niño de siete años causándole heridas mortales en el cuello, vuelve a desencadenar en la República Checa acalorados debates sobre la crianza de perros. No sería la primera vez que la tenencia de estos animales se convierta en un tema político.
El número de ataques de canes contra personas crece en la República Checa, dicen las estadísticas de la policía. Desde 1998 se registraron dos casos mortales, la última tragedia, ocurrida en la ciudad de Rumburk, en Bohemia del Norte, es el tercer ataque con consecuencias fatales. Al mismo tiempo es el primer caso en que un niño es muerto por un perro ajeno. El público general se plantea la pregunta ¿quién es el culpable? ¿El perro, que, sin embargo, hasta el momento trágico no había mostrado nigunas señales de agresividad? ¿O más bien la dueña que dejó a su pastor alemán corretear sin vigilancia, imprudencia que le puede costar ahora hasta ocho años de prisión? ¿O el niño por haber provocado al animal?
La tragedia ha reabierto el debate sobre si resulta necesario hacer más rigurosas las reglas para la crianza de los perros en el país. Hace un año un grupo de diputados presentó un borrador de ley que proponía regular legislativamente el libre movimiento de perros en los lugares públicos, estipular la categoría de ocho razas caninas "peligrosas", entre las cuales figurarían, por ejemplo, el Bull Terrier, Rottweiler o Dobermann, y restringir su tenencia.
La ley no fue aprobada, logró, no obstante, dividir al pueblo checo en dos campos irreversibles. Sus partidarios señalan el creciente número de ataques de perros y el ensuciamiento de las ciudades checas por los excrementos caninos. El argumento principal de los adversarios queda también claro: El responsable es siempre el hombre, su indiferencia, conducta irresponsable y egoísta, que apenas puede ser cambiada por una ley. ¿Dónde está la verdad? ¿Tendrán que decidirlo los políticos?