Se exhiben en Praga las Joyas de Coronación
A partir de este martes y hasta finales de septiembre se exhiben en el Castillo de Praga las joyas de coronación de los reyes checos. Estas son consideradas como el mayor tesoro histórico-cultural de la nación.
El martes de esta semana llegaron al Castillo de Praga los primeros ciudadanos ansiosos de ver las joyas de coronación de los reyes checos, fabricadas para la coronación de Carlos IV en 1347. Ya con anterioridad el presidente de la República, Petr Pavel, había decidido que las joyas de coronación se expondrían todos los años con motivo de la Fiesta Nacional de san Venceslao, que se celebra el 28 de septiembre.
Junto a la Cámara de la Corona en la Capilla de san Venceslao, situada en la Catedral de san Vito en el Castillo de Praga, se juntaron ya el lunes el presidente de la República y otros seis representantes del Estado, la Iglesia y la administración de Praga, para abrir con siete llaves la cámara en la que se encuentran guardadas las joyas de la Corona Checa. Parte de esta tradicional ceremonia de las siete llaves fue esta vez una misa oficiada por el arzobispo de Praga, Jan Graubner, por los ciudadanos afectados por las actuales inundaciones.
De acuerdo con Veronika Wolf, directora de Programas Culturales de la Oficina Presidencial, las joyas de coronación se exhiben en el Antiguo Palacio Real.
„Concretamente están expuestas en la Sala Vladislao, en una vitrina que había sido fabricada en el año 2016, especialmente para estas joyas de coronación”.
El subtítulo de la muestra es ‘La misteriosa fuerza de las piedras’ y, gracias a una animación holográfica, los visitantes pueden ver la corona real como era en 1347. Originalmente, esta corona que lleva el nombre de san Venceslao, santo patrono de las Tierras Checas, y es una de las cuatro coronas más antiguas de Europa que se han conservado hasta la actualidad, llevaba 13 esmeraldas verdes y 60 perlas, que el rey Carlos IV mandó a reemplazar a finales de su vida por zafiros, una piedra preciosa de color azul.
Como contó a la Radio Checa el restaurador de las joyas de coronación checas, Ivan Houska, y antes de la muestra hay que someter las joyas, que constan de la corona de san Venceslao, la manzana real, el cetro real y la capa de coronación, hay que someterlos con anterioridad a un minucioso control de su estado.
“En primer lugar cabe estudiar el estado de las piedras preciosas, la firmeza de su colocación en la corona, porque en el curso de los 600 años de existencia de estas joyas es necesario ajustarlas ciertamente. Lo más importante son las perlas, porque éstas son las más propensas a su deterioro o degradación. Y para mí otra cosa esencial es la posibilidad de proseguir en el estudio de cada una de las piedras preciosas en estas joyas. Porque estas joyas son tan misteriosas que siempre queda algo en ellas para descubrir.
Los trabajadores del Departamento de Protección de los Monumentos Históricos, del Castillo de Praga, aprovechan el traslado de las joyas para revisar el estado de la Cámara de la Corona en la Catedral de san Vito, según dijo a la Radio Checa el arquitecto Petr Chotěbor.
“Cuando las joyas de coronación abandonan la cámara donde se guardan, tenemos una oportunidad única de inspeccionar sus interiores. Y, naturalmente también, el estado de la escalera a su entrada desde la Capilla de san Venceslao. Porque en otros tiempos la puerta de entrada permanece cerrada y no se puede trabajar allí”.
La exhibición de las joyas de la Corona Checa se puede visitar de forma gratuita. No se podrá ver sólo el jueves 19 de septiembre, por estar reservada la entrada a los escolares.
Las siete llaves de entrada en Praga a la Cámara de la Corona están repartidas entre el presidente de la República, el primer ministro, los presidentes de la Cámara Baja y del Senado, el Alcalde Mayor de Praga, el arzobispo de Praga y el decano del Capítulo Metropolitano.