Se cumplen 65 años del Nobel de Química a Heyrovský por el descubrimiento de la polarografía
El único checo en ganar el Premio Nobel de Química fue Jaroslav Heyrovský, que lo recibió hace 65 años por la polarografía, método aprovechado hasta el presente en muchos sectores.
El científico Jaroslav Heyrovský sigue siendo hasta el presente el único Premio Nobel en ciencias naturales checo y uno de los dos únicos checos en haber recibido el prestigioso galardón junto con el escritor Jaroslav Seifert. El reconocimiento por el descubrimiento de la polarografía lo obtuvo Heyrovský en 1959, aunque su invento y su aprovechamiento en la química analítica llegó mucho antes, el 10 de febrero de 1922.
Según dijo a Radio Praga Internacional Květa Stejskalová, del Instituto de Química Física Jaroslav Heyrovský de la Academia de Ciencias Checa, el descubrimiento del método de la polarografía fue algo trascendental en aquellos tiempos.
“La polarografía fue descubierta poco después de la Primera Guerra Mundial, cuando el mundo se recuperaba de los horrores vividos y necesitaba construir. Necesitaba métodos analíticos que ofrecieran una respuesta a la pregunta ¿qué materiales tenemos y cómo va a funcionar todo? Y de pronto llegó Heyrovský con un método electroquímico mucho más simple que los cinco métodos ópticos de análisis que había entonces”.
Cuando ese nuevo método de análisis llegó a ser comprobado y hubo aparatos para utilizarlo, todo el mundo quería disponer de la polarografía. Esta ofrece resultados a corto plazo, es fiable y, en comparación con los demás métodos, muy barata. De acuerdo con Květa Stejskalová, la polarografía comenzó a utilizarse en diversos sectores.
“Tenemos aquí, por ejemplo, un vaso de agua y sabemos que podríamos tomárnosla. Pero el agua puede contener sustancias nocivas, no solo positivas. El análisis de la polarografía de Heyrovský determina la composición exacta del agua y la eventual presencia en ella de sustancias orgánicas en disolución. Eso en el sector químico, pero se utiliza también para analizar la composición de los alimentos, en farmacología y medicina, así como en metalurgia, maquinaria y construcción. Los materiales sólidos se derriten y el polarógrafo establece de qué se componen. O sea que este método se podía utilizar en cualquier sector donde fuera necesario determinar la composición de forma fiable”.
El método de Heyrovský, que significó un gran avance en la ciencia de la primera mitad del siglo XX, sigue utilizándose hasta el presente, aunque de forma adaptada a los tiempos que corren, de acuerdo con Květa Stejskalová.
“Se sigue utilizando el método de Heyrovský, aunque en su versión modernizada. No funciona ya con el electrodo clásico de gota de mercurio, sino con otros electrodos desarrollados en base al método original. La polarografía sigue teniendo un lugar importante, sobre todo en la investigación aplicada, en el desarrollo de diferentes sensores que determinan la presencia de sustancias nocivas en el aire, que es algo que interesa mucho en la actualidad. Pero existen también otros métodos del mismo nivel que la polarografía o que incluso la han superado”.
Jaroslav Heyrovský encabezó el Instituto de Química Física de la Academia de Ciencias Checa, que en su tiempo se llamaba Instituto de Polarografía, entre 1951 y 1963. Luego se marchó por razones de salud y se jubiló. Falleció en 1967 en un sanatorio del barrio de Smíchov, en Praga.
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