Rinden en Chequia homenaje a los miembros de la resistencia anticomunista
Con motivo de la cercana conmemoración del Día de la Lucha por la Libertad y la Democracia, el próximo 17 de noviembre, el Ministerio de Defensa galardonó a 16 miembros de la resistencia anticomunista. Entre los homenajeados se encuentra el pastor evangélico Milan Balabán, signatario del manifiesto Carta 77 y defensor de los derechos humanos.
Con ocasión del 17 de noviembre, Fiesta Nacional, serán homenajeadas 16 personas, entre ellos el pastor evangélico Milan Balabán, signatario del manifiesto anticomunista Carta 77 y defensor de los Derechos Humanos.
Balabán fue miembro de la agrupación religiosa Nueva Orientación que en los años 60 recogió firmas para tratar de impedir la aplicación de una normativa que obligaba a los padres de familia a educar a sus hijos bajo los principios del ateísmo científico.
El reconocimiento oficial como miembro de la resistencia anticomunista está supeditado a un estricto proceso de investigación, según explica Pavel Kugler del Ministerio de Defensa.
“Hay que realizar un exhaustivo estudio de documentos, escuchar a decenas de testigos e investigar mucho, es por eso que el reconocimiento oficial de una persona como miembro de la resistencia anticomunista puede tardar más de un año”.
Los demócratas checos aseguran que tuvieron que pasar más 20 años de la derrota del comunismo para que la sociedad empezara a pagar su deuda moral con aquellos que combatieron la dictadura comunista en defensa de la libertad y la democracia.Hasta el momento han sido galardonadas un poco más de 400 personas, pero los expertos e historiadores estudian unas 4.000 solicitudes. En octubre de este año el Ministerio de Defensa condecoró a 23 miembros de la resistencia anticomunista entre ellos a Václav Malý, obispo auxiliar de Praga, antiguo disidente y una de las cabezas visibles de la Revolución de Terciopelo de 1989.
La Ley de la Resistencia Anticomunista estipula que no pueden considerarse activistas de la resistencia anticomunista aquellas personas que fueran militantes del Partido Comunista Checoslovaco, agentes de la Seguridad del Estado o miembros de las llamadas Milicias Populares.
Algunos de los activistas anticomunistas serán equiparados a los veteranos de guerra que combatieron contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial sin ser militares. Recibirán una ayuda económica de unos 4.000 euros y muchos verán igualadas sus pensiones a la media nacional.