Restauran el legendario tren la Flecha Eslovaca

Foto: Lenka Kratochvílová, ČRo

El tren de alta velocidad Slovenská strela (la Flecha Eslovaca) que formó parte de un proyecto para conectar a los diferentes puntos de Checoslovaquia, está actualmente siendo restaurado.

La Flecha Eslovaca | Foto: Lenka Kratochvílová,  Český rozhlas

Entre las décadas de 1920 y 1930, Checoslovaquia creó una red ferroviaria nacional, no solo con el objetivo de modernizar el transporte, sino también con la intención de unir a los pueblos creando una identidad nacional. El tren Slovenská strela o la Flecha Eslovaca, que fue parte de ese proyecto, está siendo restaurado.

Ya en esa época, los informes de la Radio Checoslovaca hablaban de un tren que alcanzaba velocidades inigualables y que contaba con unos excelentes servicios.

La Flecha Eslovaca | Foto: Lenka Kratochvílová,  Český rozhlas

“Los viajeros ni siquiera notan la velocidad a la que este tren serpentea por el campo, como si fuera una anguila. Este tren ligero está equipado con modernos motores diésel-eléctricos para un arranque rápido y suave. También cuenta con un sistema de ventilación especial, ya que abrir ventanas a velocidades de 130 km/h provocaría corrientes de aire excesivas. Por último, pero no menos importante, hay un buffet bien surtido que sirve deliciosas comidas y bebidas”.

Josef Sousedík | Foto: Národní technické muzeum

El tren de alta velocidad la Flecha Eslovaca comenzó a operar entre Praga y Bratislava el 13 de julio de 1936. El primer viaje tardó 4 horas y 51 minutos, una hora y cuarto menos que en tren de vapor. Menos de tres años después, los ingenieros descubrieron que el tiempo se podía reducir incluso media hora más.

El hombre detrás de la tecnología del tren, que estaba inspirada en el automóvil, era un inventor checo llamado Josef Sousedík, conocido en su día como el “Edison de Moravia”.
Sousedík desarrolló un motor de tren híbrido. Los componentes eléctricos lograban que resistiera a las colinas y a las curvas, mientras que los componentes de combustión lo impulsaban por los tramos abiertos.

Foto: Lenka Kratochvílová,  ČRo

El exterior e interior de la carrocería de la Flecha Eslovaca no fueron menos impresionantes. Fueron diseñados por el arquitecto modernista de Praga Vladimír Grégr, que más tarde trabajó en las Terrazas Barrandov del promotor inmobiliario Václav Maria Havel (padre del expresidente checo).  

El coordinador de restauración de la Flecha Eslovaca, Jiří Střecha, cuenta a la Radio Checa que este proyecto que comenzó hace dos años no ha reparado en gastos y que los detalles históricos son insuperables.  

Foto: Lenka Kratochvílová,  ČRo

“Este tren es un monumento cultural nacional que goza del nivel más alto de protección en la República Checa. Eso lo coloca en la misma categoría que, por ejemplo, las joyas de la corona o el castillo de Karlštejn”.


Los ferrocarriles eran un factor importante para consolidar las identidades nacionales entre checos, eslovacos y rutenos. Cuando comenzó la construcción del túnel más largo de Eslovaquia, de casi 4700 metros, el presidente Edvard Beneš declaró que: “Ninguna cordillera es demasiado alta para dividir a los checos y eslovacos o para frustrar la unidad checoslovaca”.

Esa unidad, que la Flecha Eslovaca llegó a encarnar, se puso a prueba en marzo de 1939 cuando la Alemania nazi declaró que Checoslovaquia había dejado de existir y se impuso una frontera entre el estado de Eslovaquia y el Protectorado de Bohemia y Moravia.

Foto: Lenka Kratochvílová,  ČRo

En julio, la restauración de la Flecha Eslovaca también atravesó dificultades, aunque con motivos diferentes. El gerente del taller, Andrej Balyog, cuenta a la Radio Checa que poner en marcha todo el sistema de transmisión fue el mayor desafío.

“Se trata de revivir un sistema que nadie en el mundo conoce. Solo confiamos en la documentación en papel, por lo que será nuestro punto de referencia”.

Ahora, después de años de trabajo, la restauración de la Flecha Eslovaca está casi completa, desde la tapicería de los asientos, hasta los azulejos de la cocina del comedor. La primera prueba oficial del funcionamiento de la Fecha Eslovaca está programada para principios de otoño.