“República Checa me ha abierto la mente y la creatividad”
Mileika Moreno es una costarricense radicada en Praga desde hace algo más de dos años. Ella misma se describe como artista, aunque ha trabajado como diseñadora de interiores y esteticista, y no encontró mejor lugar para su arte que Praga.
“Una de las razones principales por la que vine a Praga, es que siempre soñé primeramente con venir a Europa. Y mucho más cuando conocí un poco sobre Praga, historias que me contaban desde Latinoamérica. Aparte de que el arte me atrae demasiado, la tan antigua historia que tiene este país, todo eso me ha motivado mucho para estar aquí, para querer seguir adelante en este camino. Aparte de que cada día que pasa encuentro cosas nuevas, desde el día que llegué he estado caminando por las calles de Praga, podría decirte que conozco cada una de las calles”.
A Mileika le costó decidirse a apostar por el idioma checo, le era demasiado complicado, pero desde hace unos meses lo estudia con gran dedicación. Por otro lado, añade sentirse en deuda con la ciudad por todo lo que esta le ha ofrecido.
“Pensaba al principio que el checo era demasido difícil como dicen pero siempre yo decía, OK, es difícil pero no imposible. Y ahora estoy tratando con mucho esfuerzo de aprenderlo de la mejor manera. También quiero decir que Praga me ha dado mucho y yo también quisiera darle a Praga cosas que tenemos de allá, el arte, los colores, la vida de las cosas, es una de las cosas que quisiera también dar”.Al aterrizar en Praga, no tardó en encontrar trabajo. Pronto pudo poner en práctica su virtud como decoradora de interiores. Más tarde, Mileika, que lleva 20 años haciendo la depilación iraní, técnica usada ya por Cleopatra, se incorporó a un salón de belleza.
“Bueno, al principio, cuando llegué, todavía no sabía mucho del idioma checo, así que me dedicaba a la decoración de interiores. Tuve la oportunidad de reconstruir un jazz club, también un restaurante. Ahora estoy trabajando en un salón haciendo la técnica de la depilación iraní, la hago en el salón Anna Mari, en el centro de Praga. Es una técnica asiática, una técnica milenaria que deja las cejas perfectas, igual que el cutis, sirve también como un peeling natural y es especialmente para las personas con problemas de diabetes, con problemas de cáncer en la piel, con personas alérgicas, etc. Por eso es una técnica muy buena”.
Además aprovecha para contar a qué dedica su tiempo libre, ya que como creadora disfruta pintando y diseñando artículos.“Mi tiempo libre lo dedico a pintar y diseñar, eso ha sido mi hobby, eso es una cosa que llevo dentro como la sangre. Pinto cuadros fashion, rostros, uso técnica de negativos, etc. Aparte diseño cosas: bolsos, lámparas, artículos... Esa es una de las cosas que siempre me ha gustado, eso toda la vida lo he hecho. Bueno, no está demás si un día lo puedo compartir con todos aquí, porque yo creo que estamos en esta tierra para compartir, no nacemos para nosotros mismos sino también para dar. Por eso yo pienso que República Checa me ha abierto más la mente, más la creatividad, me siento muy feliz de estar aquí”.
Esta costarricense se siente muy feliz en Praga, y muchos son los diferentes aspectos de la ciudad que ella destaca. Como los exquisitos dulces o los largos paseos en la ciudad y fuera de ella, como explica a continuación.“Aquí en Praga la verdad que hay demasiado que hacer, y demasiado también que degustar porque los postres son una delicia, esa cantidad de postres tan variados, yo nunca lo había visto, a mí me ha fascinado eso. Aparte también de que el verano me fascina, cuando llega la primavera y el verano, hay tanto que hacer. Una de las cosas que hago es ir a Stromovka, cojo la bicicleta, salgo a 40 kilómetros si es posible, a veces, y después regreso en tren. Otra de las cosas que me gusta mucho hacer, es ir a la estación de tren y me digo: A conocer a otro lugar. No sé dónde voy, solamente busco, quiero ir una hora, dos horas, y me voy en un tren donde sea, lo importante es conocer y ver el paisaje tan lindo que hay”.
Por otro lado, Mileika Moreno, quien se autodenomina una mujer sin tierra, no tiene marcado un límite de estancia, pero asegura ser muy feliz aquí.“Realmente yo me vine indefinidamente, si algún día me tengo que regresar, OK, regresaré, pero yo siento que soy la mujer sin tierra, así que me siento muy bien aquí, si Praga puede ser mi tierra estaría muy feliz”.
Esta diseñadora de interiores continuará recorriendo las calles de Praga descubriendo nuevas cosas cada día, sin dejar que nada se le escape.