Represión o prevención en la lucha contra la drogadicción

La drogadicción en la República Checa se ha transformado en un problema alarmante. En los últimos cinco años este país se ha colocado en el primer lugar de Europa en consumo de marihuana entre adolescentes y se ha triplicado el número de menores de trece años que han tenido experiencias con drogas duras, tales como el LSD o la heroína.

El consumo de drogas en la República Checa ha alcanzado tales niveles, que podría hablarse ya de una epidemia. Mientras los expertos se cuestionan la manera más efectiva de prevenir a la sociedad ante este problema, el Gobierno de este país apuesta por reprimir a sus principales involucrados.

"El Gobierno se verá obligado a declarar un estado de emergencia en la lucha contra la drogadicción, ya que pronto será imposible detener el aumento de dependientes en el país", declaró Jiri Vacek, del Democristiano Partido Popular. Por esta razón, el año entrante serán destinados de las arcas estatales cerca de 120 millones de coronas checas, es decir, sobre tres millones de dólares, para programas de prevención. Una parte de esa suma servirá para construir áreas de esparcimiento para niños, e invertir en tratamientos para drogadictos.

El Gobierno checo ha decidido también intensificar su lucha contra los distribuidores de droga callejeros, y aprobó hace dos años dos enmiendas a la Ley antidroga. Jiri Presl, de la Fundación Drop In para el tratamiento de drogadictos, sostiene, no obstante, que la nueva ley no es lo suficientemente efectiva. "Antes, si la Policía probaba que un sujeto no portaba estupefacientes para su uso personal, este era enviado inmediatamente a los tribunales como broker", dice Presl.

El papel protagonista en la lucha contra la drogadicción en este país lo desempeña la Policía, que desde el año 1993 ha logrado intervenir en cerca de mil casos. Sin embargo, sus resultados son hasta ahora discutibles. A esa institución se le reprocha que mientras presume de "grandes golpes" contra el narcotráfico, en las calles el número de brokers que distribuyen droga entre los adolescentes aumenta.