Renuncia jefe de la Policía Anticorrupción por controversias con la Fiscal Superior de Praga
El jefe de la Policía Anticorrupción, Tomáš Martinec, anunció que abandonará el cargo el próximo 15 de mayo por controversias con la Fiscal Superior de Praga, Lenka Bradáčová. Martinec dijo que se habían acabado por completo todas las posibilidades de cooperación con la Fiscal, mientras que ésta le acusó de fabricar un caso artificial en su contra.
Con su actitud firme y decidida en la lucha contra la corrupción pusieron a temblar a representantes públicos y del oficialismo, a muchos de los cuales de nada sirvió refugiarse en su inmunidad parlamentaria.
Políticos activos, como el gobernador de Bohemia Central, David Rath, y otros altos cargos públicos se encuentran tras las rejas bajo sospechas de corrupción y la ola de acusaciones por delitos de cuello blanco continúa.
No obstante, la Fiscal Superior de Praga, Lenka Bradáčová, conocida como paladín de la lucha contra la corrupción, se quejó en varias oportunidades del trabajo de la Policía Anticorrupción, según confirmaron fuentes policiales y de la Fiscalía General.
Martinec dijo en rueda de prensa que dejaba el cargo para facilitar la cooperación entre la Policía Anticorrupción y la Fiscal Bradáčová.“Con mi renuncia deseo crear un espacio, condiciones, para que la Policía continúe en el buen desempeño de su trabajo. Espero que esto ayude a esclarecer las relaciones entre la Policía Anticorrupción y la Fiscalía Superior de Praga, ya que la cooperación entre estas dos instituciones debe ser impecable”, explicó Martinec.
La renuncia del jefe de la Policía Anticorrupción provocó crispación entre los políticos nacionales, tanto del oficialismo como la oposición que piden explicaciones de lo ocurrido.
El presidente de la Policía, Martin Červíček, anunció que se puso en marcha una investigación y que esperaba resultados en el lapso de unas dos semanas.
De acuerdo con Bradáčová, existen sospechas de que efectivos de la Policía Anticorrupción utilizaron de manera inadecuada informaciones confidenciales y que dispone de pruebas sobre la creación de un caso artificial para desacreditarla.
El ministro de Justicia, Pavel Blažek, apoyó a Bradáčová, al tiempo que puso el grito en el cielo y comparó la situación con complots de los años 50, cuando los comunistas llegaron al poder.En estos momentos los círculos políticos y la opinión pública siguen sin conocer los motivos reales de lo ocurrido. Mientras Martinec sostiene que se trata de un asunto de antipatías personales, Bradáčová asegura que se actuaba contra ella.