Programa especial con motivo del 1 de mayo
En la República Checa el primero de mayo está considerado como el día del amor. Además, para nuestros antepasados el inicio del mes de mayo significaba la llegada de la primavera, época en la que la naturaleza despierta bajo los calurosos rayos del sol. Por ello, con esta fecha se vinculan numerosas tradiciones, costumbres y canciones populares que se han conservado hasta la actualidad y de las que les hablaremos en este programa especial de Radio Praga, dedicado al primero de mayo.
Se decía que las brujas son capaces de causar frío para destruir las plantas y los árboles florecientes. También se decía que a consecuencia de su magia las vacas pueden dejar de dar leche y los animales domésticos pueden enfermarse. Se creía que las brujas chupaban el agua de las hojas de las plantas hasta secarlas.
Por esa razón, lo típico era protegerse a sí mismo y a los animales domésticos ante la influencia maligna de las fuerzas del mal. Las amas de casa echaban el 30 de abril agua bendita en las habitaciones y pintaban cruces en las puertas de sus casas.
Mientras tanto, los hombres se reunían en las plazas de las aldeas donde disparaban de escopetas y daban latigazos para asustar a las brujas y obligarles a marcharse. Así nos explicó Jirina Rákosníková, profesora de la secundaria Arzobispal de Praga y gran conocedora de las tradiciones populares checas."El dominio de las fuerzas malignas se prolongaba toda la noche y terminaba con la salida del sol. Por este motivo la gente se empeñaba por entretener con pequeños trucos a las brujas que supuestamente andaban al acecho alrededor de la casa. Por ejemplo, los campesinos solían poner paja o césped en la entrada de las casas y de los establos, suponiendo que la bruja se pondría a contar todas las cañas depositadas en el lugar. Con este mismo objetivo se ponían ante la puerta también varitas con espinas".
En esa noche también se encendían grandes hogueras en las cimas de las colinas más altas para que pudieran ser vistas desde lejos. El lugar era rigurosamente determinado por cada aldea y era imposible cambiarlo. La hoguera, que se dejaba preparada con antelación, era sumamente vigilada para que nadie la prendiera o se llevara la leña, explicó Jirina Rákosníková.
"La costumbre de la quema de brujas sigue siendo muy popular en toda la República Checa hasta hoy en día. Alrededor de las hogueras se reúnen los habitantes de las aldeas, sobre todo jóvenes que cantan, bailan y saltan la fogata. Era, y es hasta hoy, una buena oportunidad para reunirse con los vecinos y festejar".La profesora Rákosníková sostuvo que, según la tradición popular, la noche del 30 de abril era también un momento oportuno para salir al bosque en búsqueda de tesoros. Sin embargo, había que tener mucho cuidado para no caer en la red de las brujas.
"Para este fin, uno tenía que portar una ramita de helecho, a la que los checos de antaño siempre le habían atribuido poderes mágicos. Se necesitaba traer también una tiza bendita y una hostia. Supuestamente estas tres cosas garantizaban protección ante las fuerzas malignas".
La tradición de encender hogueras en la época primaveral tiene sus raíces en los antiguos rituales celtas. No obstante, en aquella época las hogueras no tenían nada en común con las brujas, sino que simbolizaban la unión del hombre con la naturaleza y, sobre todo, la llegada de la temporada más agradable del año. El fuego y el calor eran símbolos de una época fructuosa y de una rica cosecha.Más tarde, con la llegada del cristianismo, la fecha del primero de mayo fue consagrada a los apóstoles Felipe y Jacobo; probablemente para que los santos protejan al hombre de las fuerzas malignas. Hay quienes opinan que de esa manera la Iglesia Católica pretendía sustituir un ritual pagano por una fiesta cristiana.
Otro de los métodos de cómo protegerse ante las brujerías, utilizado en la época romana, era colocar arbolitos verdes en las fachadas de las casas. Poco más tarde surgió la costumbre de plantar abedules en los jardines de las viviendas. Los denominados "árboles de mayo" se colocaban ante las iglesias y los ayuntamientos ya en el siglo XIII.
Sin embargo, en el siglo XV los jóvenes del campo empezaron a plantar abedules en los jardines de sus enamoradas. Se trataba de proteger a la joven ante las fuerzas malignas y a la vez servía como señal de amor. Y puesto que se trató de una expresión de amor pública, levantar un árbol de mayo representaba para el muchacho un serio compromiso con su amada.
El Tribunal Eclesiástico Checo proclamó incluso en 1422 que tales expresiones románticas tienen que ser concebidas como una promesa legal de matrimonio, de manera que la costumbre de plantar árboles de mayo perdió un tanto su popularidad.
La tradición de plantar los árboles de mayo en estas fechas se conservó hasta la actualidad y todavía se practica en las pequeñas aldeas checas. La tradición se divide en tres categorías:
La primera, la principal, se refiere a los árboles de mayo que coloca un muchacho ante la ventana de su amada como símbolo del amor. Los jóvenes suelen competir para ver quién pone el más bello y adornado.
La segunda categoría se refiere a los "mayos" que colocan los jóvenes a las muchachas para expresarles su amistad. Y la tercera categoría comprende a los árboles de mayo que se levantan en la plaza o en el lugar céntrico de la aldea.
Sin embargo, para que un árbol de mayo sea colocado se necesita derrumbar un árbol bonito, ramificado y con tronco recto, lo que nunca fue visto con buenos ojos. Ya en el siglo XVII los órganos administrativos locales prohibían derrumbar abedules en muchas partes del territorio del país.
Según la tradición, el árbol de mayo debe ser plantado por muchachos la noche del 30 de abril al primero de mayo. Para ello es necesario quitar la corteza del tronco y adornar la copa del árbol con pañuelos bordados y cintas de los más diversos colores. Siempre se le ha dado preferencia al color rojo por simbolizar el amor.
"En las ramas se cuelgan también botellas con vino y debajo de la copa se coloca una corona hecha de ramas de pino. En muchas regiones los jóvenes compiten para ver quién subirá hasta la copa del árbol y logrará quitar de ahí una cinta de colores o un pañuelo. Tomando en cuenta que el tronco está completamente liso no se trata de una cosa fácil", dijo Jirina Rákosníková.
Los modos de adornar el árbol de mayo varían de acuerdo a la región. Por ejemplo, en la región de Náchod, Bohemia Oriental, el tronco del árbol suele ser tallado y en la punta del árbol se coloca una rama de flores. En algunas regiones los mayos se adornan también con manzanas y nueces doradas.
En la región de Pilsen, en Bohemia Occidental, el árbol de mayo se coloca en el techo de la casa, mientras que en la localidad de Nový Bydzov, Bohemia Oriental, se instala en el portal principal. Además, en esa región el número de árboles de mayo tiene que corresponder al número de muchachas que viven en la casa.
"El árbol de mayo más común, que suele situarse en el lugar principal de cada aldea, es siempre estrictamente vigilado por los muchachos para que no les sea robado por habitantes de las aldeas cercanas. El robo de su árbol significaría para ellos una gran vergüenza", dijo la profesora Rákosníková.
En muchas regiones del país se organizan funciones teatrales que tienen por tema el robo del árbol de mayo. Los muchachos de la aldea "X" suelen ser concebidos siempre como los más tontos e incapaces, mientras que los personajes que representan a los muchachos locales suelen destacar por su habilidad, prudencia y altas cualidades físicas y morales.
El acto de plantación del árbol de mayo está vinculado siempre con fiestas y bailes. Junto al árbol suelen reunirse todos los habitantes de la aldea para festejar. El lugar se convierte en un centro de encuentros. Música, diversión y desfiles folklóricos acompañan también el derrumbe del árbol que tiene lugar el último domingo del mes de mayo.
El derecho de derrumbar el árbol de mayo lo tenían generalmente los dos muchachos más destacados de la aldea y era considerado como una especie de honor. Las cintas de colores y los pañuelos con los que estaba adornado el árbol en algunas regiones se subastaban y con el dinero recaudado se compraba cerveza y vino para todos.
Cada año las fiestas primaverales cambian el rostro de numerosas aldeas checas. Así sostuvo la profesora Jirina Rákosníková.
"El árbol es considerado como uno de los símbolos de la vida. En el campo los árboles de mayo simbolizan la llegada de la primavera y la unión del hombre con la naturaleza. Está vinculado con la alegría profunda del hombre, es decir, de que la naturaleza se despertó después del invierno, de que los pájaros cantan, de que todo florece y de que la vida continúa".
Según la profesora Rákosníková, la costumbre de plantar los árboles de mayo goza de popularidad en toda la República Checa, lo que testimonia que también en la época moderna la gente siente la necesidad de reunirse con sus amigos y vecinos para conversar, festejar y divertirse. "El empeño del hombre por la belleza, el amor y el contacto con el prójimo permanecerá entre nosotros eternamente", sostuvo Jirina Rákosníková.
El mes de mayo está vinculado también con algunos pronósticos ligados al onomástico de algunos santos. Por ejemplo, uno de los más propagados y populares dice que si durante los días de los santos Pancracio, Servacio y Bonifacio hace frío, el verano será caluroso y la cosecha rica.Inmediatamente después de las fiestas de estos tres patronos sigue Santa Sofía. Según cuenta la leyenda, hasta la fecha el cielo llora por el destino de aquella mártir. Si ese día llueve, durante el año no habrá escasez de agua y la cosecha será buena.
La tradición popular asegura, además, que contraer matrimonio en mayo trae mala suerte y puede ocasionar la muerte de la novia en un plazo de un año. Mientras tanto, todos los niños nacidos el mes de mayo deberían desarrollarse bien y gozar de buena salud.
La llegada de la primavera y el fin del invierno, o según el simbolismo popular, la victoria de la vida sobre la muerte, fue motivo de festejos no sólo para nuestros antepasados, sino también para la gente moderna. Pese a que el hombre civilizado ya no depende de los caprichos del tiempo y de los cambios de las temporadas del año, la primavera causa también hoy gran alegría a todos.
Por ello no hay que extrañarse de que los antiguos rituales y costumbres populares vinculados con el primero de mayo siguen formando parte de la vida actual.