Profesores de checo en el extranjero se dan cita en Praga
Unos 50 profesores que imparten checo en el extranjero se dieron cita en estos días en Praga en el decimoprimer encuentro anual de estos profesionales.
En las universidades donde se enseña checo, el mayor número de estudiantes se registra en El Cairo, Egipto. Mientras tanto, entre las comunidades de checos y descendientes de checos en el exterior, donde más personas estudian el idioma destacan Croacia y Estados Unidos. Por su parte, la posibilidad de enseñar checo en el exterior atrae a un gran número de profesores de la República Checa, según afirma Olga Vlachová del Instituto para la Colaboración con el Exterior.
”La mayoría de los educadores se interesan por enseñar checo en países de lengua inglesa. O sea en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo. Es obvio, porque para ser enviados por nuestra institución es necesario que cumplan determinados requisitos. Que no sólo sean pedagogos, profesores de checo, sino que dominen también el idioma y conozcan las costumbres del país a donde van. En este aspecto tenemos problemas con los países de América Latina, porque disponemos de pocos educadores que además del checo dominen bien el español o el portugués. Por este motivo hay menos educadores interesados por enseñar checo en Latinoamérica”.
Al encuentro en Praga asistió entre otros Klára Moldová, quien desde hace siete años enseña checo en Estados Unidos, concretamente en la escuela checa que lleva el nombre del primer presidente checoslovaco Tomáš Garrigue Masaryk y se encuentra en Chicago. De acuerdo con Moldová, el que terminara enseñando checo en el extranjero fue más bien una casualidad.”Creo que esta labor no la escogí yo, sino que el trabajo me escogió a mí. Hace años fui por mera curiosidad a presentarme a un concurso para educadores que irían a enseñar checo en el exterior. Entonces yo llevaba una vida bastante tranquila, tenía trabajo y era feliz. Al concurso fui para conocer algo nuevo y ampliar mi visión del mundo. Me sorprendió sobremanera cuando me avisaron que fui escogida para salir y sorprendida sigo hasta el presente. Y tengo que decir que lo disfruto y que este trabajo me gusta mucho”.
Unos 100 alumnos y estudiantes de checo vienen a clases a la escuela Tomáš Garrigue Masaryk una vez a la semana, como apunta Klára Moldová.
”Cada sábado los alumnos vienen por tres horas a nuestra escuela. Normalmente dedicamos la primera hora a la gramática checa porque entonces todos están llenos de ánimo todavía y la gramática es lo más difícil. Posteriormente cada educadora enseña a los presentes la disciplina más cercana a su corazón. Impartimos clases de historia checa, geografía, artes plásticas, música”.
Los encuentros en Praga de los profesores de checo en el extranjero, organizados por el Instituto para la Colaboración con el Exterior, sirven para el intercambio de experiencia y para la presentación de los resultados del trabajo de los educadores checos fuera de las fronteras de su país. Con motivo de este último encuentro ha sido publicada una revista dedicada a personalidades de origen checo que alcanzaron gran renombre en el extranjero.