Problemas para los productores de azúcar checos
Las empresas azucareras checas están preocupadas por la caída del precio del azúcar, a lo que se suma la reducción de las cosechas por culpa de la sequía.
En la azucarera más grande de Chequia, que se encuentra en el municipio de České Meziříčí, las máquinas trabajaron a pleno rendimiento entre septiembre de 2018 y enero de este año para procesar los últimos lotes de remolacha. En un solo día, pueden pasar por allí 7000 toneladas de remolacha.
No obstante, la cantidad procesada este año ha sido menor que la de años anteriores, como explica Petr Karkoš, director de la planta de České Meziříčí, que pertenece a la compañía Tereos TTD.
“En lo que se refiere a la cosecha de remolacha, ha habido una caída del 10%, lo que es una desgracia para nuestros cultivadores, para los agricultores. La cantidad de azúcar total va a ser menor”.
El impacto que la sequía ha tenido en las cosechas lo expresa asimismo el director de la Asociación de Cultivadores de Remolacha, Jan Křováček, quien teme que el año que viene sea igual o peor.“Los cultivadores han reducido sus cultivos entre un 5% y un 20%. Y ya se baraja otro descenso el próximo año de entre el 10% y el 15%”.
Pero uno de los factores que más ha perjudicado a los productores de azúcar es la caída de los precios.
Este problema nació el 1 de octubre de 2017 tras el fin de las cuotas de producción de azúcar en la Unión Europea. Desde ese momento, los países dejaban de tener limitaciones en la cantidad de azúcar que podían producir, lo que causó una sobreproducción de este alimento, tal y como señala Oldřích Reinbergr, presidente del consejo de administración de Tereos TTD.
“Los temores se han hecho realidad. Debido al exceso de producción justo después de que terminara la cuota en 2017 se creó una situación de sobreproducción, cuyo efecto en Europa fue que los precios cayeron. Bajaron alrededor de un 40%, es decir, a niveles de antes de la revolución”.
Comprar azúcar es mucho más barato que antes. En este momento, un kilo puede adquirirse por 50 céntimos de euro, algo que no se veía en la República Checa desde principios de los años 90. Una diferencia importante es que el sueldo medio actualmente es casi nueve veces mayor que por aquel entonces.
Por otro lado, la Unión Europea ha prohibido algunos pesticidas que eran esenciales en el cultivo de la remolacha, algo que también afectó a las cosechas, como lamenta Jan Křováček.“Se están aplicando gradualmente prohibiciones a sustancias que son imprescindibles en las tecnologías agrícolas del cultivo de remolachas. Puede darse la situación de que en el futuro no tengamos con qué tratarlas”.
Esta suma de factores hace que los agricultores reduzcan el tamaño de sus cultivos de remolacha, que cada vez son menos rentables, un problema que reconoce incluso el Ministerio de Agricultura.
La fabricación de azúcar en la República Checa se remonta al siglo XIX, cuando llegó a haber hasta 200 azucareras en estas tierras. A día de hoy, solo existen siete.