“Prefiero luchar contra los terroristas lejos de casa”

Misión en Afganistán

Los últimos soldados checos se han retirado de Afganistán al tiempo que concluyen las operaciones de la OTAN en el país. Se trata de la misión más larga y extensa en la que el Ejército checo ha participado.

Los últimos doce soldados checos que aún permanecían en Afganistán han vuelto a Chequia y con ellos todo el resto del material que habían empleado durante las operaciones. La OTAN informó en abril que la misión aliada había llegado a su fin y que retiraría sus tropas a más tardar el 11 de septiembre.

Misión en Afganistán | Foto: Michal Voska,  Česká armáda

La misión en el país asiático se inició en el año 2002 y participaron en ella más de 11 500 soldados checos. A partir de septiembre, solo se quedará la unidad Kamba, encargada de proteger la embajada checa en Kabul.

El ministro de Defensa, Lubomír Metnar, destacó la importancia de la misión y adelantó que no se trata de un final definitivo.

“La misión en Afganistán destaca en varios aspectos. Ha sido la más larga y en la que más soldados checos han participado. El hecho de que nos retiremos desde el punto de vista militar no significa que estemos abandonando al país. Seguiremos apoyando a Afganistán económicamente y estamos buscando una manera de cómo seguir ayudando también con el entrenamiento”.

Lubomír Metnar | Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

Los soldados checos se sumaron a diferentes tareas en el transcurso de los años. Algunos sirvieron en hospitales de campaña, como miembros de unidades de vigilancia, de protección química y biológica, o como parte de equipos quirúrgicos o de reconstrucción.

El jefe del Estado Mayor del Ejército Checo, Aleš Opata, acentuó el efecto positivo que la misión tuvo en las capacidades militares checas.

“Nuestra participación en las operaciones en Afganistán ayudó muchísimo a la profesionalización del Ejército y nos permitió adquirir experiencia”.

Aleš Opata | Foto: Alžběta Švarcová,  Český rozhlas

La tarea del coronel Róbert Dziak, comandante del batallón de paracaidistas número 43, fue de entrenar a soldados afganos, para que pudieran asumir la responsabilidad de proteger a su país y los apoyó también en combate.

Según contó a la Televisión Checa, lo más difícil de la misión fue el ambiente de peligro e incertidumbre.

“Si dejamos de lado que todos estuvimos separados de nuestras familias y que se trata de un entorno cultural completamente diferente, lo más difícil fue la presión y la inseguridad. Porque sabíamos que los insurgentes afganos utilizan estrategias poco comunes y muchas veces incluso ataques suicidas para los que es muy difícil prepararse”.

Kabul,  Afganistán | Foto: Česká armáda

La misión en Afganistán se cobró la vida de 14 soldados checos. La mayoría falleció precisamente por causa de ataques suicidas. Los más fatales ocurrieron en 2014 y 2018 cuando fallecieron en total ocho militares checos.

Dziak recordó los eventos como los más difíciles y eso a pesar de que por aquel entonces no se encontraba en el sitio.

“Paradójicamente, creo que para mí la misión más difícil fue cuando no estuve en Afganistán y como comandante del batallón de paracaidistas número 43 tuve que encargarme de los cinco soldados que fallecieron. No fue fácil, por supuesto, eran compañeros de combate”.

Las operaciones de la OTAN en Afganistán duraron 19 años y algunos de los soldados checos se vieron desplegados incluso de forma repetida. Dziak afirma que estar lejos de casa no es fácil, porque uno extraña a su familia. Por otro lado cuenta que regresar después de varios meses también tiene sus dificultades.

“El regreso de la misión es muy difícil para todos, se lo podrían contar las esposas de los soldados. Tras volver, no son capaces de comunicar con ellas al principio y hace falta reestablecer el funcionamiento de la familia. El soldado vuelve a casa donde, durante medio año todo se organizaba sin él, y de repente tiene que encontrar su sitio. Pero ver a nuestras familias es lo que más nos ilusiona a todos. Y les deseamos lo mismo a los afganos. Por eso intentamos cumplir las tareas, entrenar a sus soldados para que sean capaces de crear un ambiente seguro en su país”.

Mientras las últimas tropas aliadas abandonan Afganistán, algunos representantes políticos checos han criticado la decisión. De acuerdo con el ministro de Defensa, Lubomír Metnar, aún no había llegado el momento oportuno. El presidente Miloš Zeman advirtió por su lado ante un nuevo auge del terrorismo en el país asiático. Se mostraron escépticos al respecto también el primer ministro, Andrej Babiš, y el ministro de Relaciones Exteriores, Jakub Kulhánek.

La participación de los soldados checos en Afganistán no siempre recibió el visto bueno de la población, al preguntarse muchos por qué hacía falta que los soldados checos arriesgasen sus vidas en un país tan lejano. No obstante, según afirma el coronel Dziak: “Es mejor luchar contra los terroristas lejos de casa que en Chequia”.

Autor: Romana Marksová
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