Praga sigue en contra del reparto obligatorio de refugiados
El primer ministro checo en dimisión, Andrej Babiš, repitió este lunes en Bruselas que Praga no está de acuerdo con la repartición de refugiados.
Chequia, Hungría y Polonia, rechazan desde un principio la acogida de refugiados en sus territorios según un sistema obligatorio de cuotas. En su lugar insisten, por ejemplo, en programas de ayuda a los países de origen de los refugiados, fortalecimiento de las fronteras externas y mayor control de la identidad de los solicitantes de ayuda.
Después de reunirse con Juncker, Babiš subrayó que la reforma del sistema de asilo llevará su tiempo, y que tal vez se logre algún avance a mediados del año en curso.
Jan Kovář, experto del Instituto para las Relaciones Internacionales, sostiene que la planeada reforma del reglamento para la redistribución de refugiados y lo propuesto por Chequia pueden complementarse.
“No se trata de dos cosas opuestas. Tampoco se puede decir que una es la alternativa de la otra. Indiferentemente de la aplicación o no del sistema de distribución de refugiados, la Unión Europea deberá dirigirse a terceros países. Esto significa países de tránsito, países de origen, protección de fronteras. Una cosa no excluye a la otra”.
Las dificultades derivan, entre otros asuntos, en el hecho de que no ha habido progresos en la reforma del llamado reglamento de Dublin. Esta situación perjudica en primer lugar a los países con un mayor número de solicitantes de asilo, subrayó Kovář.
“Permanece la pregunta en torno a los que llegan a Europa. Deben permanecer en Italia, Grecia, eventualmente en España, o en Polonia en caso de provenir del Este, o es necesario que participemos todos. Aquí es donde hay que idear alternativas”.Volviendo a lo que decía Babiš, en el sentido de que las reformas no llegarán de inmediato, cabe destacar que los debates en Bruselas giran en torno a la reforma de la protección fronteriza común, condiciones de asilo armonizadas para todos los países de la Unión Europea y las reglas para el reconocimiento del mismo.
La postura de rechazo de Chequia, Polonia y Hungría llevó a la Unión Europea a iniciar un proceso contra ellos en el Tribunal de Justicia. El fallo puede representar una multa para cada uno de estos países, pero no la obligación de recibir refugiados.