Praga se viste de arcoíris para celebrar el Prague Pride
La capital checa celebra esta semana la XI edición del festival anual de orgullo LGBT+. En más de 130 eventos, el Prague Pride se enfoca en la salida del armario, el tema central de este año, y en la experiencia de lo que es pertenecer a una minoría sexual en Chequia.
Con el izamiento de la bandera arcoíris en el Ayuntamiento de Praga inició este lunes otra edición de Prague Pride. El festival de orgullo ofrece una amplia variedad de eventos culturales, educativos y de ocio, la mayoría de manera gratuita. Tal y como el año pasado, el tradicional desfile no puede celebrarse debido a la pandemia del coronavirus.
El tema principal de este año es la salida del armario, un tema clave en la vida de la mayoría de las personas que se identifican como LGBT+. Podría parecer que se sale del armario una sola vez, pero según explicó el director de Prague Pride, Tomáš Bílý, a la Radio Checa, es todo lo contario.
“El tema de la salida del armario es intemporal. Pocos se dan cuenta de que es algo a lo que una persona LGBT+ se enfrenta toda la vida. No se sale del armario una vez, sino cada vez que uno conoce a alguien nuevo. Para algunos es más fácil, para otros menos. Hay incluso quienes nunca salen del armario. Pero es un tema universal y actual”.
Tras salir del armario para uno mismo, las personas LGBT+ comparten su identidad con su entorno más y menos inmediato. De acuerdo con Bílý, Praga, al igual que otras capitales europeas es, por lo general, más tolerante hacia las minorías que otras zonas del país.
El festival Prague Pride lleva celebrándose en la capital checa desde hace más de diez años y, según Bilý, no se han registrado problemas mayores. No obstante, esto no significa que las personas LGBT+ no sean víctimas de ataques físicos o verbales. Según explica el director, la pregunta de si Chequia es un país tolerante es relativa.
“Creo que depende del prisma que usemos. Si comparamos la situación con Europa occidental, la vida que viven las personas LGBT en Chequia no alcanza la calidad de vida que se observa en países occidentales. Por el contrario, si tomamos el ejemplo de Polonia, Hungría o países autoritarios como Rusia, la situación en Chequia es algo mejor”.
En Chequia, las parejas del mismo sexo pueden contraer uniones civiles. La enmienda, aprobada en 2006, fue, sin duda, un paso hacia adelante. No obstante, las uniones ofrecen menos protección y beneficios ante la ley. Y su valor simbólico tampoco es el mismo, explica Bílý.
“Hay dos tipos de diferencias. Por un lado, los derechos y obligaciones que supone la unión civil y el matrimonio no son los mismos. Por ejemplo, en cuanto al régimen patrimonial de sociedad conyugal o las pensiones de viudedad. Pero desde mi punto de vista es aún más importante el plano simbólico. A lo mejor no para mí personalmente, yo tengo 35 años y estoy bastante bien integrado en la sociedad. Pero creo que para los jóvenes, una chica de quince años que se enamora de su amiga, es una señal de apoyo”.
Marchas de orgullo heterosexual
Cada año, cuando las banderas arcoíris inundan Praga, hay quienes protestan ante la necesidad de celebrar el Prague Pride y acusan a la comunidad LGBT+ de ‘exhibirse’ y ‘propagarse’. El presidente checo, Miloš Zeman, sostuvo en junio que, de ser más joven, organizaría una marcha del orgullo heterosexual.
Tomáš Bílý rechaza el mismo concepto de ‘propagar la homosexualidad’ y critica la nueva ley aprobada recientemente en Hungría, que prohíbe informar sobre temas vinculados a la comunidad LGBT con el supuesto objetivo de proteger a los niños.
“La homosexualidad no es algo que propagamos, es algo que existe. No es una enfermedad mental, es la orientación sexual de uno. Al decir a personas jóvenes que existen también otras orientaciones que la heterosexual, que ven, digamos, en las fuentes oficiales del Gobierno, no significa que se convertirán en homosexuales. Pero si lo son, les puede ayudar a orientarse mejor en sí mismos y aceptarlo”.
El Prague Pride se celebró en Praga por primera vez en agosto de 2011, generando una ola de críticas por parte de los conservadores. Con los años, la aceptación del festival del orgullo ha ido creciendo, acogiendo cada año a miles de personas que participan en charlas, proyecciones, fiestas y, por supuesto, en el desfile. Todo con el fin de compartir experiencias, abrir el diálogo y tratar temas relevantes para la comunidad LGBT+ y sus aliados, afirma Bílý.
“Lo que buscamos es demostrar que estamos aquí y que tenemos derechos humanos, que en el siglo XXI, en un país democrático y un estado de derecho, que es la República Checa, siguen sin ser iguales a los de la mayoría heterosexual. Cuando alguien dice que los heterosexuales no tienen la necesidad de desfilar por su heterosexualidad, me parece absurdo, porque nosotros no marchamos por nuestra homosexualidad, marchamos por nuestros derechos humanos”.
Chequia tiene aún camino por delante para lograr la igualdad de derechos. Los diputados dieron un primer paso en abril cuando la propuesta de legalizar el matrimonio de las personas del mismo sexo superó la primera lectura en la Cámara Baja del Parlamento.
No obstante, tal y como se esperaba, el paso vino demasiado tarde como para que se pudiera lograr más antes de las elecciones. Por lo que, una vez que Chequia tenga un nuevo Gobierno, se empezará desde cero.