Podolská vodárna, o la elegancia de una depuradora de aguas

Foto: www.praha.eu

Monumental y majestuosa, a orillas del Moldava en el barrio de Podolí, en Praga, se yergue un edificio que sorprende tanto por dentro como por fuera. Considerada una de las obras cumbres de la arquitectura de la Primera República, en los años 20, una depuradora de aguas compite en belleza con el resto de monumentos praguenses.

Foto: www.praha.eu

Desde este año, la depuradora de aguas de Podolí, (Podolská vodárna en checo), ha decidido abrir sus puertas al público de forma regular. El edificio despierta un doble interés en muchos, que ahora pueden visitar sus instalaciones y el museo del suministro de agua que han abierto en su interior.

La depuradora de Podolí no es solo una gran obra civil que cambió la vida de los habitantes de Praga en la primera mitad del siglo XX, sino que además es una auténtica joya arquitectónica, obra del arquitecto Antonín Engel.

De hecho, muchos ni siquiera saben que esa construcción es una depuradora. Hay quien piensa que es una antigua piscina, una biblioteca o un museo.

Petra, estudiante en Praga, pasa a menudo por delante en tranvía. Tal y como cuenta, el edificio sigue sin parecerle lo que es en realidad, a pesar de que ella sí conoce su autentica función.

“Es un edificio muy interesante por fuera, muy bonito, por eso no me puedo imaginar que dentro huela mal y que esté lleno de tuberías. Es un edificio noble para ser una depuradora de aguas. Podría ser una galería de arte… yo me la imagino como una galería de arte moderno o algo así”.

Pero en realidad ahora no es exactamente así. En la actualidad no hay ni ruidos ni malos olores dentro de la depuradora. Desde hace ocho años, la depuradora permanece parada y el agua del Moldava no pasa por sus filtros. B: Pero eso sí, continúa estando lista para poder volver a ser utilizada en cualquier momento, según nos explica Jaroslav Jásek, nuestro guía por sus instalaciones.

Jaroslav Jásek,  foto: Daniel Ordóñez

“Esta depuradora funcionó hasta el año 2002. Desde entonces es una fuente de suministro meramente auxiliar, de emergencia. Una ciudad como Praga no puede permitirse no contar con unas instalaciones que reemplacen a las que habitualmente emplea, porque las averías o los problemas del suministro de agua ya son frecuentes de por sí”.

Fueron dos las razones que decidieron que cesara la actividad dentro de la depuradora. Una, el descenso del consumo de agua potable en la capital.

La segunda, y más importante, que en el año 1972 se inauguró la depuradora en el embalse de Želivka, que actualmente suministra el 80 por ciento del consumo de Praga con agua de río.

Los orígenes de la depuradora

Al permanecer inactiva, la depuradora permite realizar visitas guiadas que recorren sus instalaciones y su museo todos los jueves.

Nuestro guía para Radio Praga, Jaroslav Jásek, lleva trabajando para la depuradora más de veinte años, y se considera padre del museo de suministro de agua que se ha abierto este año.

En él se puede ver como ha evolucionado a lo largo de la historia y en todo el mundo la canalización del agua y su aprovechamiento, algo en lo que los romanos sentaron las bases.

Pero Jásek siempre ha estado ligado a este lugar donde ahora se levanta la depuradora gracias a su interés por la paleontología.

“En esta zona había una cementera y un horno de cal. Recuerdo de venir de joven a recoger trilobites que estaban pegados a las piedras, de los que había empezado a clasificar Joachim Barrande… Hace muchísimo tiempo”.

Hace más de medio siglo que Jásek iba al barrio de Podolí para recoger fósiles. Entonces, solo existía la mitad del complejo que hoy es la depuradora, ya que se construyó en dos fases, según cuenta.

La "catedral del agua de Engel",  donde se realiza la filtración de arena. Foto: Daniel Ordóñez

“La primera parte de la depuradora es de los años 20. Esas instalaciones realizan la filtración, digamos, antigua. Tiene una estación de bombeo, y además el edificio de la administración de la depuradora. Era la segunda fuente de suministro de agua potable para Praga. La primera era la depuradora de Káraný, que aprovechaba aguas subterráneas y funcionaba desde el año 1914. Aquí, se depura agua del río Moldava desde 1929”.

La sala donde se realiza la filtración clásica en piscinas de arena, es la que se conoce como la “catedral del agua de Antonín Engel”, su arquitecto.

Los arcos a gran altura, su amplitud e incluso su sonoridad, dan pistas de por qué recibió tal nombre un espacio que Jásek considera una de las obras cumbres de la ingeniería checa de los años 20.

Ese lugar tan bello, tiene además capacidad para suministrar hasta 2.500 litros de agua potable por minuto.

La ampliación de los 50

Dentro del edificio nuevo,  donde se lleva a cabo el tratamiento químico del agua del Moldava. Foto: Martina Schneibergová

La segunda fase de la depuradora de aguas, más monumental que la primera, con una majestuosa entrada con estatuas neoclásicas, muy del gusto socialista, se levantó ya en pleno régimen, a finales de los 50, treinta años después de la primera.

Jásek explica como la depuradora de aguas tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos, que trajeron, con la mayor industrialización, aguas más contaminadas.

“La calidad del agua del Moldava empeoró en ese tiempo. La filtración simple ya no era suficiente. Así que en este segundo edificio tiene unos clarificadores a los que llega el agua del río. En ellos se mezclan con el floculante, con lo que se eliminan más o menos el 95 por ciento de las partículas, tras lo que el agua se somete a la filtración, que se realiza con filtros de arena”.

Sobre ese edificio, a más de cincuenta metros de altura, la depuradora ofrece a sus visitantes un mirador único donde en un mismo plano se ven el Castillo de Praga y el de Vyšehrad, sobre la colina que hasta hace tan solo un siglo separaba Praga del entonces municipio independiente de Podolí, hoy un barrio casi céntrico de la capital.

La vista sobre el Castillo de Praga y el de Vyšehrad desde la depuradora. Foto: Daniel Ordóñez

El Gobierno comunista no quería encargar la segunda fase al responsable de la primera, Antonín Engel. Sin embargo, cuenta Jaroslav Jásek, finalmente no les quedó otra opción.

“Las construcciones de Engel son monumentales, pero no lo parecen hasta que no logras entender el edificio en cuestión. A los comunistas esto no les gustaba. Consideraban que su monumentalidad no era de tipo soviético”, se ríe Jásek. “Sin embargo tuvieron que encargarle la segunda parte de la depuradora, aunque no querían, porque según me dijo su nieta, ningún arquitecto quería aceptar semejante encargo si lo podía hacer Engel”.

El sello del arquitecto Engel

Una curiosidad sobre la construcción de la depuradora de aguas de Podolí, resultó de gran importancia durante las graves inundaciones en Praga del 2002. Jásek destaca la prudencia y previsión del arquitecto Engel en el proyecto, que salvó a la depuradora de la devastación que sí sufrieron otras muchas infraestructuras de la capital.

“Engel hizo la depuradora teniendo en cuenta hasta donde llegó el agua en las inundaciones de 1845, y no las de 1890. Así que cuando la construía, todo el mundo se reía de él y no entendía por qué la hacía tan en alto. En el año 2002 se demostró que era un genio. A diferencia del resto de instalaciones en Praga que están construidas según la inundación del 1890, como curiosidad le diré que la mayoría de las vías de ferrocarril antiguas se salvaron del agua en 2002, porque tenían en cuenta la inundación de 1845. Durante 90 años en Praga no hubo inundaciones, y la gente se había olvidado de ellas”.

La depuradora de aguas de Podolí sigue siendo objeto de debate desde el punto de vista arquitectónico. Su particular estilo no encaja en ninguno de los preestablecidos en su época. Para Jaroslav Jásek, ese debate no tiene sentido.

Jaroslav Jásek,  foto: Daniel Ordóñez

“Una vez estaba hablando con unos entendidos que intentaba decidir qué estilo es la depuradora de aguas. Yo les dije: “Señores, esta cuestión no tiene discusión, es un típico edificio estilo Engel”. Eso ellos no lo pueden aceptar, claro, pero si usted va a Poděbrady y se fija en la central eléctrica, que también es de Engel, se dará cuenta de que tiene unas ventanas parecidas. Él tenía una manera muy característica de hacer las ventanas y lo aplicaba siempre que tenía oportunidad”.

Si quieren ver con sus propios ojos las entrañas de la depuradora de aguas de Podolí, deben comprar la entrada con antelación, ya que los grupos tienen un cupo limitado de 20 personas.

Pueden hacerlo a través de Internet en la página www.prahatechnicka.cz, o directamente en la Cámara de Comercio, en la calle Franz Kafka 7, en Praga 1.

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