Pilsen se prepara para ser la capital Europea de la Cultura en 2015
En el año 2015, la ciudad checa de Pilsen será portadora del prestigioso título de la Capital Europea de la Cultura y de esta manera tendrá la gran posibilidad de mostrar su desarrollo y la riqueza de su vida cultural al resto de Europa y el mundo.
“La idea se le ocurrió a la entonces Ministra de Cultura griega, Melina Mercouri, que estaba buscando una manera de cómo difundir la cultura europea. En 1985, en el aeropuerto de Atenas, se dio cuenta que podría hacerlo a través de un título de la capital de la cultura. En 2012 celebramos el 27 aniversario de la creación de este proyecto”.
En el pasado fueron nombradas como capitales europeas de la cultura distintas ciudades con rica tradición histórica y cultural como París, Madrid o Praga. A partir del año 2000, el concepto de Capital Europea de la Cultura empezó a cambiar. En la actualidad se trata sobre todo de dar un nuevo impulso a ciudades menos desarrolladas, interesadas en convertirse en un lugar más atractivo tanto para sus habitantes como para los visitantes.
Cada año, dos países comunitarios pueden abrir un concurso nacional en el que puede participar un número ilimitado de ciudades. La que obtiene el título, tiene 5 años para llevar a cabo el proyecto de su transformación en la capital europea de la cultura.
En 2006, Roman Černík, profesor de teatro en la Universidad de Pilsen, supo que la República Checa iba a albergar el título en 2015. Junto con sus amigos de distintas asociaciones culturales en la ciudad empezó a promover la candidatura de Pilsen, mucho antes del inicio del concurso oficial, señala Petr Šimon.“Pilsen fue la primera ciudad checa en la que se empezó hablar de la posible candidatura. En 2009, cuando el Ministerio de Cultura anunció de manera oficial el concurso nacional, Pilsen ya llevaba dos años elaborando la solicitud”, recalca.
La solicitud fue presentada, además de Pilsen, por Hradec Králové y Ostrava. En la primera ronda, el comité de selección eliminó a Hradec Králové. Pilsen y Ostrava, ciudades con rica historia industrial, fueron invitadas a ampliar sus candidaturas para que el programa cultural para el año 2015 cumpla con los requisitos de la Unión Europea, basados en la dimensión europea del evento y en la participación de los ciudadanos. El equipo de Pilsen enfocó su atención en el desarrollo cultural de la ciudad a largo plazo, explica Petr Šimon.
“En 2009 tuvimos en nuestro equipo un compañero holandés. Caminaba por Pilsen y decía: imagínense que están mirando en una bola de cristal. ¿Díganme, cómo será Pilsen en 2016? Le contestábamos que estaba equivocado, que el título es para el año 2015, pero él decía que lo importante no son los eventos del año 2015, sino el verdadero cambio que se podrá notar en la ciudad mucho tiempo después. Gracias a él nos dimos cuenta que había que ver la candidatura de otra manera”.
En la solicitud de más de 240 páginas, entregada al comité de selección, Pilsen mostró una visión detallada y muy clara de una ciudad donde la cultura significa mucho más que un festival de un año.El lema de la candidatura fue un juego de palabras ‘Abrimos Pilsen’. Eso quiere decir destapar una botella de la famosa cerveza local pero sobre todo abrir la ciudad hacia sus ciudadanos y hacia el mundo entero. Petr Šimon admite que presentar al comité de selección esa idea filosófica de una Pilsen abierta no fue nada fácil. Se trata de un cambio dentro de la sociedad y ese no es tan visible como la construcción de una nueva infraestructura cultural, señala. Su visión de Pilsen es, sin embargo, muy lúcida.
“En la ciudad habrá ciudadanos activos que no van a esperar hasta que alguien prepare un programa cultural para ellos sino que van a hacerlo ellos mismos. Las asociaciones culturales serán más profesionales y van a saber cómo preparar eventos de calidad. Será una ciudad agradable, que la gente tendrá ganas de visitar”.
Para mostrar que Pilsen tiene el potencial de llevar a cabo el proyecto, el equipo de la candidatura invitó a los habitantes a tomar parte en la organización de un festival de un día en el centro de la ciudad, dedicado a la antigua ministra griega, Melina Mercouri.
Cada persona interesada en contribuir de alguna manera en el evento, tuvo la posibilidad de hacerlo. El 12 de junio de 2010, dos meses antes de la decisión final del comité de selección, una de las avenidas principales de la ciudad se llenó de artistas locales que ofrecieron decenas de talleres, espectáculos de baile, piezas de teatro, conciertos y mucho más. Los habitantes de Pilsen participaron con entusiasmo en las actividades y mostraron que el título les importaba mucho. En septiembre de 2010 llegó el momento de la decisión final. Escoger entre Pilsen y Ostrava era muy difícil para el comité de selección. Cuando fue anunciada la victoria de Pilsen, todos se quedaron sin palabras.Muchos estaban en contra, recuerda Petr Šimon. Sin embargo, desde su punto de vista, la decisión fue justa.
“Ostrava es en la actualidad una ciudad con una vida cultural más rica que Pilsen. Por eso la victoria de Pilsen fue una gran sorpresa. Sin embargo, mucha gente no se da cuenta que el título no evalúa la situación actual en la ciudad sino el potencial que tiene para cambiar en el futuro. Nosotros convencimos al comité que queremos cambiar la ciudad y que no se trata solamente de construir nuevos edificios culturales sino que Pilsen se convertirá en una ciudad cultural a largo plazo”.
Pilsen mostró que para hacer un buen proyecto no se necesita mucho dinero. Ostrava invirtió en la candidatura cerca de tres millones de euros. Pilsen gastó cinco veces menos, pero sus habitantes hicieron mucho más para la victoria.
En la actualidad, Petr Šimon y su equipo siguen trabajando en la preparación del programa cultural del año 2015 y también en el proyecto del nuevo centro multicultural en la antigua cervecería de Světovar. En 2015 se cuenta además con la inauguración de un nuevo teatro, el más grande en el país.La crisis económica y falta de recursos financieros pueden afectar la realización de ambos proyectos. No obstante, Petr Šimon se muestra optimista y señala, que la parte material no es lo que más importa.
“A mí me gustaría que los empleados en los servicios públicos, como revisores, guardarropas o meseros, lleguen a un estándar europeo en su comportamiento. No es necesario que hablen todos perfectamente el inglés, pero que aprendan a tratar bien a la gente, tanto a los extranjeros como a los checos. Voy a exagerar un poco, pero si logramos esto, no necesitamos ningún centro cultural. Ya con eso seríamos una capital de la cultura”.
Otro deseo de Petr Šimon es ver a músicos y artistas de todo tipo actuando libremente en las calles de Pilsen. “Quiero que el espacio público sirva a los ciudadanos y no a los automóviles”, dice. Para cumplir con las promesas del título de Capital Europea de la Cultura faltan dos años y medio. Pero aunque el cambio de actitud de los habitantes de Pilsen hacia la cultura en su ciudad tarde más, lo importante es que ya se puso en marcha.