Pascua Florida
Las tradiciones y supersticiones relacionadas en la República Checa con la Pascua Florida y la Semana Santa.
La Pascua Florida, la más importante fiesta religiosa, se celebra regularmente el primer domingo posterior al plenilunio primaveral. Siempre fue una celebración del solsticio de primavera, del fin del invierno, del despertar de la Naturaleza y de la fe en la renovación de las fuerzas y de la salud del hombre.
Una semana antes de la Pascua se celebra el Domingo de Ramos. Recuerda el día en que Jesús entró en Jerusalén donde era saludado con ramos de palmera. En memoria de aquel día se bendicen en las tierras checas las mucho más modestas ramitas de sauce, fresno o abedul.
En el pasado se realizaban con las ramitas bendecidas diversas prácticas mágicas. Una ramita de sauce colocada detrás de una viga de cualquier establo protegía al ganado de los maleficios de las brujas y de la peste y otras enfermedades.
El dueño de la casa solía colocar una ramita bendecida detrás del crucifijo en la habitación principal como garantía del bienestar del hogar, al que también protegía de los rayos.
De las ramitas bendecidas se tejían pequeñas coronas que se arrojaban a las fuentes. Si la corona se hundía, el que la había arrojado tenía por delante muy pocos años de vida.
Los campesinos solían clavar ramitas bendecidas en los campos entre el trigo...
El Domingo de Ramos, las amas de casa se cuidaban de no hornear nada amasado de harina porque creían que con ello se quemarían las flores de los árboles frutales y de los cereales, y que en los huertos y en los campos no habría cosecha alguna...
Cada uno de los días de la Semana Santa recibió en el pasado en las tierras checas un nombre especial. La Semana Santa comenzaba con el Lunes Azul, día en que se trabajaba menos que habitualmente.
La expresión "Lunes Azul" sigue utilizándose hasta hoy en día. Si, por alguna razón alguna oficina no abre el lunes, los checos suelen decir: "Los funcionarios celebran el Lunes Azul". Y lo mismo se dice cuando alguien no comparece el lunes al trabajo.
El martes de la Semana Santa recibió la denominación de "Martes Amarillo". Después venía el Miércoles Agrio que debía su nombre al hecho de que Judas puso mala cara a Jesús. También se denominaba a veces "el Miércoles de deshollinar" ya que ese día las amas de casa solían limpiar el hollín de las chimeneas y enlucir las casas. El Miércoles Agrio todos vestían trajes oscuros, era prohibido fumar e ingerir bebidas alcohólicas.Las amas de casa servían platos de leguminosas.
El Jueves Santo, denominado Jueves Verde, los platos debían ser de ese color. Se preparaban espinacas, chucrú o ensaladas de hierbas primaverales para renovar las fuerzas. Se comían también los llamados panecillos de Judas, untados con miel, que recordaban la soga en la que éste se había ahorcado.
Jueves Verde la miel adquiría un poder mágico. A quien comiera pan con miel, las mordeduras de serpiente o picaduras de insectos venenosos no le harían daño. Por la mañana el dueño de la casa arrojaba un trozo de pan con miel al pozo para que estuviese siempre lleno de agua potable.
Hoy en día, las matracas suenan en las calles mucho tiempo antes de la Semana Santa. Los padres y los abuelos enseñan a los chicos cómo hacerlas sonar. Y los niños, encantados, corren matraqueando. Según la tradición, las matracas deben sonar el Jueves Santo cuando las campanas se callan en señal de duelo. En los pueblos checos se decía que las campanas habían volado a Roma.
El Viernes Santo, día de la Pasión de Cristo, es para los cristianos el día más místico del año. La tradición popular checa le atribuía un extraordinario poder mágico. La mayor parte de las prácticas mágicas tenía lugar antes de salir el sol. Y es que la gente creía que a oscuras éstas eran más eficaces.
Antes del amanecer, las muchachas se lavaban en el arroyo para ser hermosas. Aún más eficaz era lavarse con nieve, de manera que muchas jóvenes se desplazaban a las montañas donde ésta no se había derretido todavía. El que se lavase con agua de un arroyo o río antes de la salida del sol, tenía asegurada la salud a lo largo de todo el año.
Durante toda la jornada del Viernes Santo uno debía andar con mucho cuidado para no perturbar los efectos benéficos de las prácticas mágicas realizadas antes del amanecer. No debía encalarse la casa ni lavarse los suelos. De no acatarse esta prohibición todos los miembros de la familia habrían enfermado muy a menudo.
En los alrededores de la ciudad de Turnov, al nordeste de Praga, las amas de casa lavaban el umbral con el agua en que habían cocido huevos duros. Según la creencia popular, después la familia estaba protegida del mal de ojo y las brujas y los fantasmas no se atrevían a transponer el umbral.
Una creencia popular reza que durante la liturgia de la Pasión, el Viernes Santo empieza a abrirse la tierra que entrega los tesoros escondidos en su seno sin ayuda de los espíritus del mal. Una vez terminada la liturgia, la tierra se cierra y entregará sus tesoros el próximo Viernes Santo.
El Viernes Santo era también una jornada importante para los meteorólogos amateurs. De la situación meteorológica de ese día deducían si el año sería lluvioso o seco. Un dicho popular afirmaba: "El Viernes Santo lluvioso significa año seco."
El Sábado de Aleluya, en señal de alegría por la resurrección de Jesucristo, vuelven a repicar las campanas. Entre los checos existía la creencia de que en ese momento uno debía golpearse los bolsillos para garantizar que siempre estuvieran llenos de dinero.
Al empezar a tocar las campanas, las amas de casa debían barrer toda la casa para evitar que la invadieran insectos. Simultáneamente alguien de la casa debía correr al huerto y sacudir los árboles para asegurar una abundante cosecha de frutas. También se ataban en un manojo todas las llaves de la casa y se hacían tintinear. Se creía que hasta donde llegase su tintinear, allí habría gran cantidad de fruta.
En la noche del Sábado de Aleluya terminaban los platos frugales y empezaba a servirse comida festiva. El Domingo de Pascua, en la mayoría de los hogares checos aparece sobre la mesa el cordero, pero como cordero simbólico, cocido de masa con muchos huevos. Tras retirarlo del molde, las amas de casa lo cubren con chocolate derretido y finalmente le atan en el pescuezo una cinta roja.
Se tiene la impresión de que los checos compran para la Pascua Florida toneladas de liebres, pollos, gallos y gallinas de chocolate. Y ya no hablamos de los huevos de chocolate. El Lunes de Pascua, puede ser el dulce regalo para los chicos que lleguen a casa con sus varitas de sauce para cumplir un viejo ritual...
El Lunes de Pascua, llamado también el Lunes Rojo, es el día más alegre de la Pascua Florida. Los pueblos y las ciudades checas siguen siendo recorridos por muchachos con varas entrelazadas de sauce, que entran en las casas para azotar a las chicas y mujeres y transmitirles, según la creencia popular, agilidad y lozanía.
En Moravia, parte oriental de la República Checa, las costumbres son un poco más violentas. En algunos casos, los varones suelen verter sobre las mujeres y chicas cubos de agua. Antes las víctimas eran arrastradas a un arroyo donde se les daba un baño.Hoy en día el baño suele ser simbólico y se hace con perfume.
Los muchachos reciben como recompensa huevos pintados. Pero, según nuestra propia experiencia, hoy en día prefieren los de chocolate... En el pasado no era así. Sobretodo los varones mayores creían que comiendo huevos de Pascua conservarían durante todo el año una excelente memoria.Las cáscaras de los huevos de Pascua se colocaban también en los surcos de los campos para obtener una abundante cosecha.
Ahora les daremos a conocer algunas técnicas de decoración de los huevos de Pascua. Los más audaces de Uds. hasta podrían experimentarlas...
Lo más sencillo es colorar los huevos con colorantes de origen vegetal, imitando los procedimientos de las pintoras populares. El rojo es el color más tradicional de los huevos de Pascua ya que simboliza la vida. Las pintoras populares obtenían el colorante rojo añadiendo vinagre a una cocción de cáscaras de cebolla roja. Si quisieran intentarlo, amigos, no se olviden de limpiar el huevo cocido con un detergente, lavarlo en agua tibia y secarlo.Después pueden sumergirlo en el colorante natural...
Una cocción de hojas de trébol, fresno, abedul, perejil u ortigas da a los huevos el color verde claro...El azafrán los tiñe de amarillo y la cocción de corteza de roble o de nogal, de marrón.
Una vez coloreado, el huevo de Pascua suele ser decorado con técnicas extraordinariamente inventivas. Una de ellas consiste en una especie de grabado al agua fuerte. Con una pluma, mojada en ácido, se diseñan sobre la superficie del huevo coloreado ornamentos vegetales.
En huevos cocidos, pintados con colores vivos, podemos grabar diseños con un cuchillo de acero, con la punta de una lima o con una lámina.
En la región de Haná, en la parte oriental de la República Checa, se mantiene la tradición de decorar los huevos de Pascua con paja. Es una técnica extraordinariamente laboriosa. Pedacitos de paja, cortada en diminutos triángulos, círculos, rombos y tiras se pegan sobre la superficie del huevo de manera que configuren diseños de estrellas,flores, hojas y espigas... Más frecuentemente se usa la paja de avena, pero la de cebada también sirve.
La imaginación de las mujeres que decoran los huevos de Pascua no tiene límite. Sobre la superficie blanca del huevo dibujan con cera los ornamentos. Después sumergen el huevo en el baño colorante y tras sacarlo quitan de su superficie la cera. De esta manera se obtienen ornamentos blancos sobre un fondo coloreado.
Pero podríamos recordar también alguna técnica de decoración curiosa, hoy en día olvidada. Por ejemplo, los huevos coloreados se colocaban en el interior de un hormiguero y al actuar sobre el huevo el ácido fórmico, surgían diseños fantásticos.
Cuando en tiempos pasados una muchacha regalaba un cestito con huevos de Pascua a un joven, ello equivalía a una declaración de amor. La primavera y el amor son sinómimos para los checos. Y si los huevos de Pascua no daban el resultado deseado, la joven podía preparar un filtro de amor. La tradición popular aconseja recoger cuadrifolios de trébol y macerarlos en el vino. La bebida se ofrece al objeto de nuestros sueños.