Ostrava no olvida ... (1945-2005)

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En la primavera de 1945 se desarrollaron en Europa los últimos hechos de la Segunda Guerra Mundial. El pasado 30 de abril conmemoró el 60 aniversario de la liberación y de la derrota del nazismo la metrópoli de Moravia del Norte, Ostrava.

Bedrich Opocenský  (Foto: Autora)
"Era la noche del 30 de abril. Nos rodeaba la gente, nos traían cigarrillos, chorizo, bebidas, todo, no sé dónde lo habían conseguido. No nos faltaba nada. Por la mañana, el 1 de mayo, llegó aún más gente para dar la bienvenida a los liberadores".

Así el coronel Bedrich Opocenský, ex efectivo de la Primera Brigada Independiente Checoslovaca de Carros de Combate, recordó el final de la batalla por Ostrava. Con la liberación de este último centro industrial de la Alemania nazi culminaba la denominada Operación Ostrava-Opava, la acción militar más amplia y sangrienta llevada a cabo en el territorio checo. En Ostrava y los pueblos adyacentes perecieron en las últimas horas de la Segunda Guerra Mundial más de 1 400 efectivos del Ejército Rojo, 3 soldados checoslovacos y más de 400 civiles.

El 30 de abril de 1945 era lunes. Hacía buen tiempo y calor, los castaños ya estaban en flor. Sesenta años después el 30 de abril también fue un hermoso día primaveral. El sol bañaba a los que se reunieron el pasado sábado ante el Mausoleo del Ejército Rojo en el Parque Komenský de Ostrava. Veteranos de guerra checoslovacos, rusos y polacos, políticos, ciudadanos comunes y corrientes vinieron para recordar lo que no debe ser olvidado.

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"A menudo escuchamos reflexiones en las que el final de la Segunda Guerra Mundial suele ser interpretado de una manera distinta a cómo lo vivieron entonces millones de nuestros ciudadanos. Se pierde el elemento de liberación, y el final de la guerra se ve como el comienzo de un nuevo régimen totalitario que por 40 años dominó nuestra parte de Europa. Estoy convencido de que tal evaluación de la historia no puede prevalecer. Cabe subrayar que ese momento histórico significó, sin duda alguna, la liberación del nazismo y el fin de la ocupación alemana", señaló el presidente de la República, Václav Klaus, quien asimismo asistió al acto conmemorativo en Ostrava.

En el Mausoleo del Ejército Rojo de Ostrava descansan 654 soldados rusos. "¿Has depositado ya la flor, abuela?", escuché a mi espalda al finalizarse el acto oficial. Un niño de aproximadamente 4 años de edad buscaba refugio bajo el abrigo de su abuela que sujetaba en la mano un clavel. "Tiene miedo de los helicópteros que nos sobrevolaron al iniciarse la ceremonia", me explicó la señora, dirigiéndose con su nieto hacia el monumento.

El sábado por la tarde tuvo lugar en el aeropuerto de Ostrava una gran reconstrucción de la batalla por la ciudad de hace sesenta años. Los soldados checoslovacos y rusos volvieron a enfrentarse al enemigo alemán. Entre los miles de espectadores había presentes también muchos niños. Para ellos la guerra ya es sólo un juego. ¡No lo olvidemos!