Organista checa estrena el órgano barroco de Cardenete

La organista checa Lucie Žáková se convirtió este verano en la estrella de la ciudad española de Cardenete, al quedar en sus manos el estreno del recién restaurado órgano barroco de la ciudad. El concierto devino todo un desafío para la artista debido a las diferencias entre los órganos españoles y los centroeuropeos.

Lucie Žáková, foto: ČT

Después de pasar un siglo en silencio, el órgano barroco de la iglesia de Cardenete, en España, ha vuelto a sonar. Y lo ha hecho de las manos de una artista checa, la organista Lucie Žáková, que el pasado 17 de agosto tuvo el honor de realizar el concierto inaugural de este instrumento, fabricado en 1767 y recién restaurado gracias a una iniciativa ciudadana.

El acontecimiento, que puede parecer exótico, no lo es tanto debido a la especial relación que Žáková mantiene con España, donde actúa a menudo. Solo el año pasado participó en la 32 Edición de la Semana del Órgano de Madrid y dio sendos conciertos en Segovia y Écija.

Foto: ČT

Žáková, que domina también el piano y el clavicémbalo, destacó el reto que supone el enfrentarse a un órgano barroco español, que posee sus propias peculiaridades.

“Me causó algunos problemas al principio. Para nosotros y nuestra cultura y educación musical es algo completamente nuevo. En Chequia no existe ningún órgano barroco español. Este instrumento tiene incluso un aspecto diferente del de los que encontramos en nuestras iglesias. Tiene por ejemplo unas trompetas horizontales que se usaban para un tipo de obras llamadas batallas”.

Al día siguiente del concierto inaugural, Žáková volvió a sentarse frente al órgano de Cardenete, esta vez con ocasión de la misa dominical y acompañada del organista español Carlos Arturo Guerra y la soprano Pilar Matas Cruz.

Lucie Žáková, foto: ČT

La restauración del órgano de Cardenete ha costado un total de 140.000 euros, sufragado en parte por la diputación de la provincia de Cuenca y la caja de ahorros Globalcaja, y en parte por la Asociación de Amigos de la Iglesia de Cardenete, que ha pasado años organizando actos benéficos y loterías para recaudar la cantidad necesaria. El órgano se había reparado por última vez en 1871 y de hecho ninguno de los vecinos del pueblo lo había oído sonar.