Los checos quieren sentirse mejor: la terapia artística es cada vez más popular
Los checos recurren cada vez más a la terapia artística para mejorar aspectos como el autodesarrollo, el crecimiento personal y el bienestar.
En un mundo tan frenético como el actual, problemas como la falta de atención, la mala concentración, el agotamiento funcional, conocido también como burnout, o incluso trastornos mentales ya son más la regla que la excepción entre muchos adolescentes y adultos. Por eso mismo un terreno relativamente nuevo para Chequia ha comenzado a ganar más popularidad como alternativa para combatir de un modo eficaz todas esas problemáticas. Se trata de la terapia artística que abarca varias disciplinas como la música, el drama, la danza y el arte creativo, entre otras, y promete curar, o por lo menos, aliviar muchos de los males mencionados.
La Radio Checa habló con la musicoterapeuta Marie Beníčková, reconocida pionera de la terapia artística en la República Checa que abrió las puertas para otros entusiastas y profesionales en el ámbito. Desde 1993, Beníčková ha estado involucrada en la musicoterapia y fue la primera persona en el país en obtener un doctorado en esta materia. Además, es también la presidenta del Festival Mundial de la Terapia Artística que este año tendrá lugar del 26 al 28 de septiembre en Praga. Beníčková explicó más detalladamente el concepto del evento y enfatizó que allí todos podrán encontrar lo que buscan.
“Habrá talleres, debates, charlas y prácticas creativas, no obstante, la gente también podrá venir al festival y decir ‘tengo tal y tal problema’ y obtener la información necesaria para resolverlo. Participarán profesionales de varios países, incluso Chequia y Eslovaquia, que se dedican a distintas formas de la terapia artística y los visitantes podrán consultar las posibilidades con ellos. Así que el festival está destinado a las familias, los individuos, los estudiantes interesados en este ámbito y los profesionales”.
Marie Beníčková enfocó su doctorado en los trastornos de aprendizaje en los niños y está considerada una de las especialistas principales en la materia. Como subrayó la experta, la musicoterapia puede ayudar considerablemente a combatir problemas como los trastornos de déficit de atención o la dislexia.
“Aquí se trata de trastornos de aprendizaje específicos. Mi investigación se centró en la manera en la que los niños con problemas de percepción auditiva se presentan en la escuela. Su rendimiento es más bajo precisamente porque estos niños padecen trastornos de déficit de atención. En la percepción auditiva, el problema ocurre en el área de transmisión entre el oído y el cerebro. Además, he descubierto que la percepción auditiva tiene que ver con la falta de resonancia en el cuerpo. Empecé a dar ejercicios que incrementaban la resonancia corporal en estos niños y funcionó. Analicé la relación entre las tareas que asignaba y los resultados, y al final resultó que esta forma de terapia realmente ayudaba, ya que mejoraba la concentración y la expresión”.
Marie Beníčková sostiene que la musicoterapia ayuda a niños de todas las edades, incluso a quienes tardan un poco en empezar a hablar.
“La ventaja de la musicoterapia es que cuando las palabras no entran, la música encuentra la manera de hacerlo. Depende de la razón por la cual el niño no quiere hablar. Si hay un problema psicológico o falta de motivación, entonces acudimos a instrumentos que son fáciles de manejar como las campanas. El niño puede tocar el instrumento y el sonido le ayuda a concentrarse de una nueva manera y a despejar su cuerpo. Luego, este niño podrá imitar y percibir los sonidos mejor. Este método es eficaz para cualquier edad”.
Pese a su éxito y la gran cantidad de estudios médicos fiables que comprueban su eficacia, la terapia artística, como otras formas de tratamiento alternativas, todavía genera desconfianza en muchos segmentos de la sociedad, sobre todo entre los individuos más conservadores de la sociedad. Marie Beníčková explicó por qué.
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“La desconfianza puede derivar del hecho de que hay personas que se proclaman como musicoterapeutas. Han pasado tiempo en una selva, regresan y sienten que pueden hacerlo. A veces nos topamos con músicos que creen que solo porque saben tocar un instrumento musical, esto los convierte automáticamente en terapeutas. Sin embargo, les falta educación adecuada y la experiencia. Si existiera una definición más clara de quién puede y no puede llamarse terapeuta artístico, la confianza en el proceso y el ámbito hubiera sido más alta”.