Praga 1 insiste en prohibir la entrada al centro histórico de automóviles por la noche
El distrito de Praga 1 decidió volver a introducir la prohibición de acceso a los automóviles a parte del centro histórico de la capital durante la noche. Esta misma medida para evitar ruidos fue anulada por el Ayuntamiento de Praga hace algo menos de tres semanas.
El alcalde mayor de Praga, Bohuslav Svoboda, pidió que se revisara a finales de noviembre la nueva prohibición de entrada de automóviles a partes del centro histórico de Praga, que había decidido el distrito de Praga 1. Los representantes de la zona más concurrida de Praga por la noche, querían así terminar con el ruido y las molestias que provoca a los vecinos el trajín propio de cualquier lugar en el que abundan los clubes nocturnos. Sin embargo, la Concejalía de Transporte de la capital decidió que la prohibición de entrada de diez de la noche a seis de la mañana no estaba plenamente justificada y la anuló rápidamente.
En la noche de este martes, sin embargo, los responsables del distrito de Praga 1 decidieron volver a la carga y preparar un nuevo marco en el que sí sea aceptada la medida, como anunció el concejal de Praga 1 Vojtěch Ryvola.
“El departamento de Transporte preparará todos los materiales necesarios e iniciará una comunicación intensiva con la concejalía del Ayuntamiento de Praga. Y todos los requerimientos que soliciten, por supuesto, tendremos que cumplirlos”.
El alcalde mayor de Praga quiere que la negociación de las condiciones de la prohibición transcurra entre los representantes del distrito y el Ayuntamiento de Praga, en lo que coincide con Ryvola, que no esperaba que se anulara la prohibición original.
La medida se centra entre las calles Revoluční y Pařížská, donde se concentra un mayor número de clubes, y por tanto, ruido, durante toda la noche. A veces no se trata solo de los motores de los automóviles, sino que la gente llega con la música a alto volumen. Según el concejal Ryvola, la medida es necesaria y el acuerdo se tiene que producir.
“Estamos obligados a aprender de lo sucedido y volveremos a presentar la propuesta, ya que no hay razón para no hacerlo. ¿Por qué no lo vamos a hacer si es lo que nuestros residentes necesitan y quieren?”.
Las señales de prohibición, ya instaladas desde hace tres semanas, esperan tachadas con una cinta a que se llegue por fin a un acuerdo que mejore el descanso de los vecinos.