El presidente François Mitterrand desayunó con los disidentes checos hace 35 años
Mitterrand fue el primer presidente francés en visitar Praga desde la desintegración del Imperio Austrohúngaro en 1918. Viajó bajo la condición: de que los representantes comunistas le permitieran encontrarse con los disidentes.
Mitterrand expresó su deseo públicamente en una entrevista para la Radio Checa la víspera de su visita. “Me encontraré con distintos representantes de la sociedad, incluidos los representantes de la vida pública y la oposición. Me expresaré de forma libre y con el respeto que se merece el Estado y el pueblo”, dijo el presidente francés.
La primera degustación de la libertad
Al famoso desayuno en el Palacio Buquoy, sede de la Embajada francesa en el barrio praguense de Malá Strana, asistieron el futuro presidente Václav Havel o el futuro ministro de RR.EE. Jiří Dienstbier con otros disidentes. “Para nosotros era un apoyo maravilloso porque él era el primer jefe de Estado que quedó con nosotros”, recordó años después el periodista y disidente Petr Uhl en entrevista para la Radio Checa.
Mitterrand inauguró el desayuno diciendo que “le alegraba encontrarse con las personas destacadas del futuro”. Todos recordaban el encuentro como un rato muy agradable que se prolongó de los planeados 45 minutos a una hora y media. El secretario general del Partido Comunista Gustav Husák tuvo que esperar a que los disidentes “terminaran de desayunar”.
Desayunar con un cepillo
¿Sobre qué hablaron durante el desayuno? Sobre los Derechos Humanos y la situación política del país. Mitterrand le hizo una pregunta legendaria a Václav Havel: ¿Cómo las actividades de los disidentes y la defensa de los Derechos Humanos afectaban sus vidas personales? Havel respondió que llevaba consigo un cepillo de dientes porque no sabía cómo iba a terminar el día. “Estaba convencido de que nos iban a impedir entrar en la Embajada y que nos llevarían a un interrogatorio. Pero no nos detuvieron”, recordó Havel.
La visita de Mitterrand también facilitó la organización de la primera manifestación de la oposición el Día de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1988. Otras manifestaciones llegaron en enero de 1989. Éstas fueron duramente reprimidas pero el camino hacia el noviembre de 1989, es decir, la Revolución de Terciopelo, estaba abierto. Desde el encuentro de 1988, a François Mitterrand le unió una profunda amistad con Václav Havel.
El encuentro legendario es recordado desde 2015 con un busto de François Mitterrand cerca de los jardines del Castillo de Praga. Su autor es Jan Zelenka, escultor checo radicado en Francia.