Primer ministro francés habla en Praga de cooperación económica y recuerda la Revolución de Terciopelo

Manuel Valls, foto: ČTK

El primer ministro francés, Manuel Valls, arribó este lunes a Praga en una visita oficial de dos días. El político viajó a la capital checa para conmemorar el 25 aniversario de la Revolución de Terciopelo e impulsar la cooperación económica bilateral.

Manuel Valls,  foto: ČTK
La visita del primer ministro francés, Manuel Valls, a Praga trae un claro mensaje, Francia respalda el nuevo acercamiento de Chequia a Europa tras el fin de la presidencia del euroescéptico Václav Klaus.

La delegación de empresarios que acompaña al político pone de manifiesto que los franceses no pierden la esperanza de participar en la construcción de reactores para las plantas nucleares checas, según indicó Valls.

“Indiferentemente del resultado de la licitación para la construcción de los reactores nucleares de las centrales de Temelín y Dukovany, nuestro deseo es participar en el fomento de la energía nuclear en Europa con empresas como EDF y Areva”.



Temelín,  foto: Filip Jandourek,  Archivo de ČRo
El primer ministro francés y su homólogo checo, Bohuslav Sobotka, destacaron que sus países coinciden en temas de política energética nuclear. Francia está muy interesada en profundizar la cooperación económica con Chequia, por ejemplo en el sector industrial, y para la República Checa el mercado francés puede servir como puerta de entrada a los mercados africanos.

En mayo los checos celebraron 10 años en la Unión Europea y el nuevo presidente, Miloš Zeman, anunció que Praga se acercaría más a las instituciones europeas, lo que ha encontrado una repercusión muy positiva en París.

El mítico desayuno en la embajada de Francia en Praga | Foto: Archivo de la embajada de Francia en Praga
Otro aspecto significativo de la visita de Valls fue recordar el mítico desayuno celebrado hace 26 años en la embajada de Francia en Praga. Durante su visita oficial a Checoslovaquia en 1988, el presidente Francois Mitterrand pidió al régimen comunista que deseaba reunirse con un grupo de disidentes entre los que se encontraba Václav Havel, futuro presidente.

Aquello representó un duro golpe para el entonces presidente checoslovaco Gustav Husák que a regañadientes se vio obligado a reconocer que en el país había opositores políticos.

Este año los checos conmemoraron el 25 aniversario de la Revolución de Terciopelo. El primer ministro Valls y su homólogo Sobotka calificaron aquel desayuno como uno de los hitos que ayudaron a la derrota del comunismo en Checoslovaquia un año después.

Antes de abandonar el país Manuel Valls participó en un foro checo-francés, con la participación de empresarios de ambos países, para incrementar la cooperación económica bilateral.