Tres compositores españoles de tres generaciones debutan en un concierto en Praga
Tres compositores y representantes de tres generaciones de la música clásica contemporánea de España vinieron a la capital checa para dar a conocer la producción española actual, poco conocida en el ámbito checo.
La Orquesta Berg, agrupación con sede en Praga, inauguró su nueva temporada con música contemporánea española. De acuerdo con la directora de la orquesta, Eva Kesslová, la elección se debió al hecho de que muy pocos checos realmente conocen la actual música clásica española a pesar de que muchos compositores españoles triunfaran en el extranjero. Así, la Orquesta Berg presentó en Praga composiciones de José Manuel López López, Elena Mendoza y Raquel García Tomás, los tres por primera vez en la República Checa y con la asistencia de los propios artistas en el concierto.
Haikús emocionantes
José Manuel López López, Premio Nacional de Música del Ministerio de Cultura de España y antiguo director artístico del Auditorio Nacional de Música de Madrid, radicado en París, eligió para la ocasión praguense una obra inspirada en Japón, según explicó para Radio Praga Internacional.
“Se trata de una obra que se llama Viento de otoño. Yo estuve en Japón con una beca del gobierno francés y ahí me sorprendió mucho, me emocionó mucho la cultura japonesa y la poesía, los haikús. Es una obra que está inspirada en haikús. Hay un libro de viaje en Japón, es como un libro pequeñito que se abre como un acordeón y en cada templo hay un gráfico, una caligrafía que transmite el espíritu de este templo. Al ver aquel libro, dije: ‘Hay una gran coherencia y voy a hacer una obra que sea por pequeños fragmentos y que esté construida de distintos haikús que transmiten una emoción’”.
Solo para el acordeonista
Por su parte, Elena Mendoza, catedrática de composición y música experimental en la Universidad de las Artes de Berlín, vino a Chequia con la obra Relato improbable que, según dijo, no había elegido ella misma para la ocasión sino que fue una elección del director de la orquesta Peter Vrábel. Y Elena se llevó la sorpresa al enterarse del nombre del solista elegido para su pieza, como cuenta.
“Es una obra con un acordeón solista y el acordeón tiene que hablar también, tiene un discurso que alterna la música y la palabra. Yo estaba muy preocupada porque el texto es en castellano y me dijeron que no me preocupara porque han invitado también a Iñaki Alberdi, acordeonista vasco que no tendrá ningún problema de pronunciar el texto en castellano. Así que también ha venido él y estamos encantados de trabajar juntos”.
Pantallas y electrónica
La tercera pieza contemporánea española del concierto se debió a Raquel García Tomás, creadora multidisciplinar, reconocida en 2020 con el Premio Nacional de Música del Ministerio de Cultura de España y doctora del Royal College of Music de Londres. También ella conversó sobre su composición presentada en Praga con Radio Praga Internacional.
“Es una obra para ensemble pero también tiene vídeo y música electrónica que suena en la sala a la vez que toca el ensemble. Es una obra muy fresca, muy divertida que suele funcionar bien en conciertos. Y a mí personalmente me gusta mucho y pensé que era una buena carta de presentación para traer aquí a Praga”.
Tres artistas, tres generaciones
Los tres artistas vinieron a Praga también como representantes de tres generaciones distintas. Según explicó Elena Mendoza, las composiciones se presentaron en el concierto de acuerdo con la edad de los autores lo cual creó una continuidad, ilustrando la evolución de la música clásica contemporánea en las últimas décadas.
“Empieza José Manuel que es el más mayor, después viene la mía y después viene la de Raquel. Estábamos comentando antes que realmente hay una continuidad entre las obras, hay una especie de viaje generacional muy bonito. Y funciona muy bien además, hay una cierta relación entre ellas”.
Y las palabras de Elena Mendoza se vieron apoyadas también por José Manuel López López.
“Ha quedado muy generacional. Mi obra es puramente orquestal, orquestal instrumental, y utilizo muchas técnicas de síntesis instrumental, es decir, pretendo a través de los instrumentos acústicos crear sonoridades instrumentales. En el caso de Elena también hay muchas canciones que ocurre parecido y (en el caso de) Raquel ya directamente es parte del juego”.
De acuerdo con Elena Mendoza, a las tres obras les une también un trayecto músico-teatral: en el caso del Viento de otoño el contenido extramusical está escondido y no es audible, en su propia obra hay un texto pronunciado por el acordeonista-actor y la pieza de Raquel ya da un salto mucho más grande hacia lo teatral y visual.
Añade Raquel que la conexión entre ella como representante de la generación de compositores más joven y los oyentes jóvenes se demostró muy bien y de casualidad durante el ensayo del concierto en el espacio del Centro del Arte Contemporáneo DOX.
“En el caso de esta obra (lo visual) ayuda bastante a seguir el contenido musical porque siempre se relaciona con una imagen. Para la mayoría de nosotros es más fácil identificar una forma visual que una auditiva, creo que ayuda también a conectar con el público. De hecho, han venido niños al ensayo, no sé de qué escuela eran, han podido ver una parte de la obra de José Manuel, en la de Elena no estaban, luego han vuelto a la mía y se reían. También había ese punto de conectar con generaciones muchísimo más jóvenes”.
Antes de volver a sus países de residencia, los tres compositores también visitaron la Academia de Bellas Artes donde impartieron talleres de música. Y, como concordaron, la internacionalización de la enseñanza y la experiencia en el extranjero es imprescindible. “Creo que ya independientemente de la situación de España o de la situación que nos ha tocado vivir por generación, creo que irse al extranjero es necesario para entenderse uno a sí mismo, para entender tu propia identidad realmente la tienes que ver desde fuera”, concluyó Elena Mendoza.
