La labor de guerra de los hispanistas ucranianos
La Asociación de Hispanistas de Ucrania se movilizó tras el comienzo de la invasión rusa pero no para acudir al frente, sino para informar de primera mano a los medios de comunicación españoles y latinoamericanos, cambiando de un día para otro la línea editorial al respecto de más de un periódico.
Lo que motivó especialmente a los miembros de la Asociación de Hispanistas de Ucrania, que son en total unos 250, fue comprobar que en los medios de comunicación en español faltaba información o directamente daban una visión errónea de los hechos y del largo conflicto que mantienen Rusia y Ucrania desde mucho antes de que comenzara la invasión en 2022.
El historiador e hispanista Bohdan Chuma, reconoce que su acción tuvo un efecto inmediato y los medios españoles, que hasta entonces se habían “olvidado” de Ucrania desde poco después de la anexión de Crimea en 2014, ahora eran todo oídos para ellos.
“Para mí fue una sorpresa este cambio en la prensa española, porque antes de que empezara esta guerra a gran escala en 2022, no veían el problema de la guerra en Ucrania o hablaban desde el punto de vista ruso”.
El problema no era exclusivo de España, sino de toda Latinoamérica. Bohdan explica que mientras que algunos medios españoles dieron un giro inmediato de 180 grados en sus informaciones, en muchos países de Latinoamérica cuesta mucho más.
“Revisando a veces lo que están publicando en América Latina, parece que están aún en 2014. Claro, para ellos es más importante el sentimiento antiestadounidense, y ellos siguen creyendo que Rusia es todavía la cuna de la Revolución de Octubre y creen que Putin es un nuevo Lenin, más moderno. Pero no es así”.
Los miembros de la asociación son, en su mayoría, profesores de español, o más bien profesoras, puntualiza Bohdan, tanto en colegios como en universidades, y una parte muy pequeña de la asociación son especialistas en historia como él, o literatura, cultura y otras ramas como relaciones internacionales.
Esta labor, en los primeros días de guerra, la compaginaron con asistir a los miembros en territorio invadido o en zona de combates.
“Somos una asociación a nivel nacional, de todo el país. Entonces, si tú estabas en Dnipró o Mykolaiv, por ejemplo, tenías que pensar en salvar a tu familia. Y había que ayudarlos y apoyarlos. Por ejemplo, el presidente de nuestra asociación, que es el profesor universitario Oleksandr Pronkévych, tuvo que trasladarse a Lviv, y ahora está trabajando en mi universidad. Él ahora escribe en La Voz de Galicia”.
El legado español de Leópolis
Bohdan Chuma ha escrito un libro basado en sus investigaciones sobre la huella española en su ciudad, en Lviv, que asegura que es sorprendentemente grande y rica. Pone como ejemplo de la Iglesia del Arcángel San Miguel de la ciudad.
“En Lviv tenemos una iglesia española construida en la primera mitad del siglo XVII con unos frescos muy originales, que es una joya en Europa Central y Oriental que no se ha conservado ni se puede encontrar en otro lugar de la zona, ni siquiera en Polonia. La construyeron los carmelitas descalzos y siguen allí los frescos originales con santos católicos como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz. Son una joya estos frescos porque el problema de los carmelitas descalzos fue que, cuando luego fue prohibida la orden, los cambiaron por los carmelitas calzados, y estos quitaban los frescos por todos lados”.
Esa huella española va mucho más allá de esta iglesia, dice el investigador, y asegura que aunque ahora quizá no sea el mejor momento, que Leópolis, o Lviv, es una ciudad que sorprende y que hay que visitar.