“Perseguir a los que comparten información falsa deliberadamente no es suficiente”
La mayoría de las personas que propagan desinformación en Chequia no crean su propio contenido, sino que divulgan lo publicado por el Kremlin. El Estado debe emplear diferentes herramientas para combatir las noticias falsas, dice el director del Centro contra el Terrorismo y las Amenazas Híbridas, Benedikt Vangeli. Perseguir a los desinformadores no es suficiente.
La guerra en Ucrania empezó hace más de dos meses. De acuerdo con el director del Centro contra el Terrorismo y las Amenazas Híbridas, Benedikt Vangeli, la invasión ha tenido su impacto en la seguridad interna de la República Checa. No es que haya brindado nuevas amenazas, sino que ha intensificado las que ya se registraban en el país.
Según afirma, no todos los problemas vinculados a las desinformaciones son producto de la influencia de poderes ajenos. Se trata de un fenómeno agravado por el desarrollo de las redes sociales y la radicalización que estas pueden ocasionar, sin que se necesiten intereses externos.
No obstante, Vangeli apunta que, en estos momentos, se nota el dominio de Rusia, que se ha centrado en las redes para promover su propaganda.
“En algunos casos se trata de notas directamente del Kremlin, pero esto funciona más bien dentro de Rusia. En países como el nuestro se divulga más bien el contenido publicado por medios estatales rusos. El sistema está bien arraigado. Incluso si no hubiera una posición oficial rusa sobre algún tema, durante los últimos cinco o seis años las posiciones rusas se han establecido de tal manera, que los desinformadores checos son capaces de generar contenido sin mayores dificultades”.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de cinco millones de personas habían abandonado Ucrania para mediados de abril huyendo del conflicto desatado por Vladímir Putin. Unos 300 000 refugiados han llegado a buscar un nuevo hogar en la República Checa, de acuerdo con el Ministerio del Interior. Mientras que Vangeli no considera que la propia ola migratoria represente un riesgo de seguridad, no descarta sus efectos.
“La migración no la incluyo directamente entre las amenazas, aunque sí tiene su impacto en la seguridad interna del país. Por supuesto, los efectos segundarios, digamos, de la migración, se han multiplicado”.
Desinformadores checos
La mayoría de los autores de desinformaciones en Chequia no crean su propio contenido, sino que divulgan lo publicado por otros, de acuerdo con Vangeli. En total, estima que en el país actúan decenas de personalidades vinculadas a una fuente de desinformación y decenas de webs de noticias falsas y manipuladas, ya sea grupos en Facebook o páginas web tradicionales.
Este año, Chequia vio los primeros esfuerzos de consideración por erradicar las desinformaciones. Algunos desinformadores han sido investigados por la Policía y condenados por tribunales. No obstante, de acuerdo con Vangeli, perseguir a los que comparten información falsa de manera deliberada no es suficiente.
Según apunta, una política eficaz para erradicar desinformaciones debe constar de varios pilares, la mayoría de ellos no represivos. Desde la alfabetización mediática en las escuelas y la concienciación de la población hasta una regulación suficiente del entorno de los medios de comunicación, incluidas las redes sociales. Esta última es más bien una tarea supranacional, europea, por ejemplo, explica el jefe del Centro contra el Terrorismo y las Amenazas Híbridas.
De acuerdo con Vangeli, lo que ha cambiado y ha llevado a que los desinformadores terminaran en la mirilla de las autoridades es que, con la guerra en Ucrania, algunas de las desinformaciones empezaron a cumplir con lo que la ley checa reconoce como la aprobación del genocidio, que incluye la aprobación de crímenes de guerra y similares.
Vangeli ha llamado a que se revelen las “bocinas del Kremlin”, que divulgan desinformaciones y propaganda. En su opinión se trataría de personas con una actividad mediática intensiva y a largo plazo.
“Son personas que actúan a largo plazo en la escena checa de desinformaciones. Las que apoyan la propaganda de un estado totalitario de manera consciente, premeditada, constante y a pesar de que haya un gran número de informaciones que desmientan lo que dicen. Personas sin una capacidad de mirar los hechos de manera crítica, incluso en casos tan evidentes como el ataque contra Ucrania”.
En este aspecto, Vangeli afirma que la guerra ha transformado el trabajo de los desinformadores. En una situación en la que muchos de los argumentos más populares y recurrentes, por ejemplo en torno a la migración, no funcionan, han tenido que buscar nuevos argumentos. No obstante, según explica, estos los suministra a diario la maquinaria oficial rusa.
“Los que ya habían olvidado los argumentos que utilizaban en 2014 (año de la adhesión de Crimea) tuvieron que hacer un repaso. La situación actual evoluciona de manera bastante rápida. Eso ha cambiado. Así que los argumentos y pseudoargumentos también deben adaptarse más ágilmente. Tienen que ser más elaborados, rápidos, hay que modificarlos con mayor frecuencia”.
En cuanto a los dos temas que más han dominado en el mundo de las desinformaciones últimamente, el coronavirus y la guerra en Ucrania, Vangeli nota una importante diferencia. El debate en torno al Covid-19 ha sido una polémica científica o pseudocientífica que permitía un diálogo legítimo más amplio y cierto nivel de relativización. Por el contrario, encontrar algo similar en el caso de Ucrania, es difícil, al tratarse de un ataque sin motivo legítimo y observar las atrocidades que están sucediendo en el país invadido.
De acuerdo con Vangeli, la guerra ha transformado los círculos de desinformación checos. La postura de sus miembros de cara a la guerra ha demostrado quién pertenece al núcleo duro de este mundo de noticias falsas y para quién manipular los sucesos que están teniendo lugar en Ucrania simplemente ya va demasiado lejos.