“La vacuna convierte esta peligrosa pandemia en una gripe”
Los hospitales checos se están preparando para otro largo y duro invierno con cifras de ingresados que no paran de subir, pero, en este caso, con una abrumadora mayoría de pacientes no vacunados. A cuidados intensivos llegan enfermos veinte o treinta años menores de lo habitual por no estar vacunados, muchos de los cuales no sobreviven.
La vacuna sí funciona, dicen los datos recién presentados por el Instituto de Informaciones y Estadísticas de Salud. De todos los pacientes ingresados en la actualidad en cuidados intensivos, 764, según el Ministerio de Salud, dos tercios son personas no vacunadas, un tercio son pacientes con el ciclo completo de vacunación y una ínfima proporción son enfermos que cuentan con la tercera dosis de refuerzo.
Otro dato relevante es la edad media de los ingresados graves. La de los no vacunados es de 61 años, mientras que la de los vacunados, de 72 años.
El bioquímico Jan Konvalinka, vicerrector de la Universidad Carolina de Praga, profundizó aún más en la estadística en declaraciones a la Radio Checa para mostrar la efectividad de la vacuna.
“Los vacunados en cuidados intensivos son, además, personas con otros graves problemas de salud y la gran mayoría de ellos no tiene la tercera dosis. Así que, cuando se echa la cuenta, sigue saliendo que la vacunación protege entre un 80% y 90% en que, de resultar contagiado, no se terminará enganchado al oxígeno, lo que es algo magnífico, con la excepción de las personas más mayores y enfermas, que ya de verdad necesitan la tercera dosis, porque a ellas “solo”, y lo digo entre comillas, les protege en un 70%”.
Konvalinka cree que lo más urgente en este momento es, precisamente, aplicar terceras dosis de refuerzo a las personas mayores y grupos de riesgo que fueron vacunadas hace ya muchos meses. Como se ha demostrado, la protección de las dos dosis del ciclo completo disminuye con el tiempo. La Sociedad de Vacunología Checa ha emitido, por tanto, la recomendación de acortar de seis a cinco meses el plazo para aplicar la dosis de refuerzo a personas mayores y grupos de riesgo que recibieron vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca. En el caso de la vacuna de Johnson & Johnson, de una sola dosis, la protección cae más rápidamente, por lo que recomiendan la dosis de refuerzo tan solo dos meses después. En la actualidad, en Chequia, las vacunas de refuerzo que se aplican son únicamente de Pfizer/BioNTech y Moderna.
Los vacunados tienen tres veces menos probabilidades de contagiarse
La vacuna no evita del todo el contagio, aunque los datos del Instituto de Informaciones y Estadísticas de Salud evidencian que sí reducen el riesgo. Los no vacunados tienen hasta tres veces más probabilidades de contagiarse, mientras que las personas con la dosis de refuerzo, reducen el riesgo en hasta veinte veces.
Y aunque con la vacuna uno pueda seguir contagiándose, continúa el profesor Konvalinka, cambian por completo los efectos de la enfermedad, como demuestran los datos de ingresos hospitalarios en los países europeos con mayor ratio de vacunación, explica.
“No me gustan las correlaciones fáciles, pero esto es algo que salta a la vista cuando se miran los datos de países como Dinamarca y Portugal y los de los países de Europa Central y Oriental. Es algo innegable: la vacunación no previene totalmente contra el contagio, eso es cierto, también en Dinamarca crecen los contagios ahora, aunque mucho menos que en Chequia, pero la situación cambia dramáticamente en lo que se refiere a casos graves y muertes. La vacuna realmente convierte esta peligrosa pandemia en una gripe”.
Lo que explica el profesor Konvalinka con datos, lo ratifican las experiencias de los doctores de todo el país dedicados a batallar en primera línea contra la pandemia. Radek Majurčin, director de la unidad de recuperación postanestésica del hospital de Jičín, en la región de Hradec Králové, contó a la Radio Checa la situación actual en su sección.
“En este momento tenemos cinco pacientes en cuidados intensivos. Es una situación desfavorable porque, si empiezo desde el más joven, son personas nacidas en los años 1974, 1971, 1970, 1961 y 1960. De no ser por el COVID, en esta sección habría pacientes veinte o treinta años mayores. Las cinco son personas no vacunadas, por lo que están corriendo un riesgo innecesario. A nosotros, al personal sanitario, esto nos puede cargar de trabajo, nos puede molestar o puede hacer que nos cuestionemos si tiene sentido lo que hacemos, pero a ellos les quita potencialmente años de vida. Con su edad, tienen por delante veinte o treinta años de vida de calidad, pero casi con toda seguridad podemos decir que, de estos cinco, no todos los van a disfrutar porque no todos van a sobrevivir”.
“Para Navidades solo saldremos a la calle para ir al trabajo y volver a casa”
Ante el grave empeoramiento de la situación, entre el personal sanitario cunde el desánimo de ver cómo se reproduce una situación tristemente bien conocida por ellos ya, contó a la Radio Checa la enfermera del mismo hospital de Jičín Jitka Krulichová.
“Parece que algunas secciones se cerrarán y se dedicarán enteramente al coronavirus y que hacia Navidades de nuevo solo saldremos a la calle para ir al trabajo y volver a casa. El personal sanitario solo podemos aceptarlo tal y como es, pero este año vemos a nuestro alrededor que ya no hay respeto al COVID. La sensación es que es un poco la propia sociedad la que tiene la culpa y, por desgracia, es después a nosotros a quienes más nos afecta”.
Mientras, en la vecina Austria se ha establecido la obligatoriedad de la vacuna. Expertos consideran que es solo cuestión de tiempo que otros países europeos sigan el ejemplo ante la imposibilidad de batallar con la enfermedad de otra forma.
El Gobierno checo actual, así como los responsables del próximo, por el momento no quieren tomar decisiones de tal calado, pero palabras como confinamiento, estado de emergencia o vacunación obligatoria se oyen cada vez con mayor fuerza y son debates abiertos. En declaraciones a la Radio Checa, el bioquímico Jan Trnka reflexionó sobre la vacunación obligatoria y consideró que no quedará otra solución.
“A fin de cuentas tenemos ya muchas vacunas obligatorias y, salvo excepciones, no provocan grandes problemas, así que realmente no es nada nuevo. Pero habría que tener en cuenta los detalles, o sea, quiénes estarían obligados a vacunarse o qué sucedería con la gente que a pesar de la obligación no se vacune, y, en base a ello, decidir si el modelo es el ideal. Pero, por lo general, yo creo que con la situación en la que estamos, será imprescindible alguna forma de vacunación obligatoria”.
Con la incidencia actual de contagios, de más de mil personas por cada cien mil habitantes en solo una semana, que sitúa a la República Checa entre los países más afectados del mundo, y con una capacidad hospitalaria que corre el riesgo de volver a saturarse en unas semanas, cree Trnka que también habrá que volver a imponer limitaciones de movimiento que eviten contactos. Y todo esto a un mes de Navidad.