El coronavirus vuelve a coger fuerza en la República Checa
El número de nuevos contagios ha vuelto a incrementarse durante varios días seguidos tras la suavización de las restricciones durante la semana pasada. Muchos locales no respetaron las normas de aforo y el Gobierno se pregunta si no debería dar marcha atrás y endurecer otra vez algunas medidas.
Primero fue la reapertura paulatina de los colegios y después le llegó el turno a comercios, bares y restaurantes y se anuló el toque de queda. Pocos días después ya parece haberse acabado la tendencia positiva de la enfermedad que decidió a los políticos a levantar las restricciones impuestas.
Precisamente este lunes, para cuando se había planeado la vuelta a las aulas de los centros de educación secundaria, conservatorios y escuelas técnicas superiores, se sabe que este domingo se registraron 1113 nuevos casos de COVID-19 en Chequia. Esto supone algo más que el mismo día de la semana anterior. El sábado fueron 3312, casi 700 nuevos contagios más que el sábado anterior. El ritmo reproductivo básico es de nuevo mayor que 1, lo que indica que la enfermedad vuelve a extenderse en Chequia.
Con estos datos, el índice del sistema contra la epidemia PES subió a 64 puntos, o sea, una vuelta al cuarto escenario de riesgo de un máximo de cinco, mientras que las medidas actuales responden al tercer escenario, de riesgo intermedio.
El primer ministro, Andrej Babiš, se mostró preocupado por las estadísticas este domingo en la Televisión Checa.
“Si es solo una oscilación o una tendencia general lo sabremos en muy pocos días y el Ministerio de Salud tendrá que reaccionar en consecuencia. Algo que no comprendo, y que es el problema principal, es que hay gente que incluso se manifiesta y no entiende que el virus es malo, que el virus mata. Tenemos casi 9000 muertos. El virus está aquí, está vivo y es peligroso. Tendríamos que respetar las normas de verdad y, por desgracia, algunos no lo hacen”.
Efectivamente, varios cientos de personas se reunieron en dos lugares del centro de Praga este domingo para manifestarse contra las restricciones o rechazar las vacunas contra el coronavirus. No se registraron incidentes como en otras ocasiones, pero no se respetó la distancia de seguridad, muchos acudieron sin mascarilla y se rebasó de largo el máximo de cien personas permitido en protestas en este momento.
El poco respeto a las normas y a la enfermedad de muchos también se demostró este fin de semana en bares, clubes y restaurantes que, particularmente en Praga, no cumplieron con el horario o el aforo permitido para su local.
El Ministro de Salud, Jan Blatný, fue muy crítico con ellos en declaraciones a la Radio Checa.
“Se llegó a dar el caso de que después de irse la Policía, tuvo que volver a la media hora porque el dueño había vuelto a abrir. Exactamente así es como surgen los rebrotes y estos podrían ser los responsables de que no solo se tengan que volver a cerrar los bares y restaurantes, sino de que vuelva a crecer la transmisión de la enfermedad entre la población”.
El ministro de Industria y Comercio publicó incluso un vídeo en su Facebook este domingo para pedir responsabilidad no solo a los dueños de los negocios, sino también a los clientes.
“Hace unos días que hemos sido capaces de volver a abrir bares, restaurantes y clubes. Estoy muy contento de haberlo podido hacer a la vez que los comercios y me esforcé al máximo para conseguirlo. Pero lo hicimos con la condición de cumplir unas estrictas condiciones higiénicas. Les pido encarecidamente hacerlo porque queremos volver cuanto antes a nuestra vida normal”.
El consejo de ministros de este lunes tendrá sin duda las medidas contra el COVID como su tema principal a poco más de dos semanas de las Navidades, la fecha más temida por los responsables contra la epidemia.