Las cautivadoras fanfarrias de la Sinfonietta de Janáček
Una obra musical llena de fanfarrias. Así podríamos determinar la Sinfonietta de Leoš Janáček que les presentaremos en otro Domingo Musical de Radio Praga.
“Y de repente vi una ciudad transformándose de manera maravillosa. Sobre la urbe, como creada por magia, un resplandor de la libertad, el renacimiento. Y el estallido de las trompetas, las sombras de la noche y el aliento de la montaña verde y la visión de cierto auge y magnitud nacían en mi Sinfonietta de esta imagen de mi ciudad de Brno.” Con esas palabras describió el compositor Leos Janáček una de sus obras más famosas, la Sinfonietta.
Es probable que la Sinfonietta se hubiera impuesto en el mundo de todas formas, incluso sin las fanfarrias, pero lo cierto es que gracias a las mismas se hizo aún más famosa. Es una pieza fenomenal que suelen incluir en su repertorio las mejores orquestas del mundo, aunque a algunos les cuesta entender el carácter especial del lenguaje musical de Janáček y le agregan demasiado romanticismo a la partitura.
La Sinfonietta la presenta con gusto Sir Simon Rattle, el director de orquesta británico más famoso de hoy día. Conocidas son sus interpretaciones en colaboración con los músicos filarmónicos de Berlín que han tocado bajo su batuta los últimos 16 años. Rattle es marido de la famosa mezzosoprano checa Magdalena Kožená y actuó también en Praga.
Bien conocidas son también las creaciones del director estadounidense Michael Tilson Thomas, el italiano Claudio Abbado y Kurt Masur de Dresde que lideró las orquestas sinfónicas más renombradas a nivel mundial. La Sinfonietta de Janáček la presentaba con agrado también Leonard Bernstein.
Junto a Vyšehrad de Smetana, dichas fanfarrias representan otra extraordinaria delicia instrumental del mundo musical. A saber, dos arpas solistas abren tanto el poema musical, como el ciclo entero. O el espléndido aparato de instrumentación que Janáček formó de nueve trompetas y dos trombones, dos tubas tenores y timbales. Protagonizan todo el movimiento inicial, lo que es muy original.
La composición surgió en 1926 bajo el ambiente de los preparativos para la séptima reunión del movimiento deportivo checo Sokol a modo de acción de gracias del autor por disfrutar de los primeros años en la Checoslovaquia independiente, fundada en 1918.
Sin embargo, Leoš Janáček dedicó al final esta partitura a los soldados, oficialmente a todo el sector militar checoslovaco.
La composición incluye un elogio más: dedicado a la ciudad de Brno. Desde hace muchos años la obra generalmente pone un punto final icónico al festival musical de Brno, y su realización cada año corre a cargo de un director diferente.
Parecen un poco desafinadas
Las fanfarrias que forman el primer movimiento solían ser consideradas durante mucho tiempo como atípicas y muy modernas. Es una pena que ahora, en la época moderna, hayan recibido ya un tono de acto oficial debido a que suelen sonar en el Castillo de Praga, sede del presidente de la República. Hay quienes podrían relacionarlas con la política, pero esa no fue la intención de Janáček, en absoluto. Al compositor nunca le interesó la política.
Todo lo contrario, dicen que le inspiraron las fanfarrias militares matinales interpretadas de manera no muy atinada que escuchaba durante sus viajes frecuentes a la ciudad de Písek, adonde iba a ver a su amante Kamila Šteslová
Cierto ímpetu de las fanfarrias militares se siente también en la partitura de la Sinfonietta. A los escuchas pueden parecerles como si estuvieran realmente un poco desafinadas, pero esa fue la intención del compositor.
Los tonos desafinados son parte inseparable de las fanfarrias matinales de los cuarteles. Los músicos militares generalmente no son del todo perfectos y las madrugadas en la mili no suelen ser muy armónicas.
Las exigencias para la interpretación de la primera frase son extraordinarias. Por eso no es tan fácil tocar la Sinfonietta en público, ya que ninguna orquesta suele contar con un número tan elevado de instrumentos de metal: trompetas, trompas, trombones... Así que siempre necesitan una ayuda.
Además, debe tratarse de músicos excelentes. Las fanfarrias enteras aparecen luego en la misma extensión también al final de la quinta y última frase. No obstante, esta vez ya van acompañadas del resto de la orquesta.
Las fanfarrias de la Sinfonietta de Janáček son arrebatadoras. Aún después de tantos años suenan actuales.
El ciclo Éxitos de música clásica surgió en base al proyecto de Lukáš Hurník y Bohuslav Vítek titulado Éxitos del milenio transmitido por la Radio Checa Vltava.
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La música clásica checa forma parte de la cultura e historia del país y pertenece literalmente al alma de la nación.