Babiš pidió a la población mayor responsabilidad frente al COVID-19
El primer ministro checo, Andrej Babiš, dirigió un mensaje televisado a la población este lunes en el que analizó la situación en el país marcada por la nueva ola de coronavirus. Mientras tanto, fue restablecido el Comité Central de Crisis que coordinará con las regiones los pasos a adoptar contra la enfermedad.
En reacción a la brusca subida en Chequia de casos nuevos de contagio de COVID-19, el jefe del Gobierno checo, Andrej Babiš, dirigió un discurso televisado a la nación en el que advirtió ante la nueva ola de coronavirus.
”La epidemia está de vuelta, lamentablemente. Los números de infectados crecen marcadamente. Durante los últimos días me fueron presentadas las previsiones del próximo desarrollo que me causaron una gran preocupación”.
Babiš dijo que la situación llega a ser peor que a comienzos de marzo, cuando el nuevo coronavirus irrumpió en la República Checa. Recordó que entonces fueron adoptadas estrictas medidas de precaución que dieron muy buenos resultados y salvaron miles de vidas. Pero como acotó Babiš, con la llegada del verano parecía que el virus había desaparecido, por lo que a partir del primero de julio fue suspendida la obligación del uso de las mascarillas faciales, lo que el primer ministro calificó como un gran error.
”Todos estábamos hartos entonces de las medidas restrictivas por el coronavirus. Todos deseábamos respirar libremente de nuevo y gozar del verano. Teníamos una cifra mínima de muertos por coronavirus, por lo que nos despreocupamos bastante. También yo me dejé llevar por esa euforia, por el ambiente veraniego y la situación en la sociedad. Fue un error que no quiero repetir”.
Babiš sostuvo que nuevamente nos encontramos en una situación difícil y que la propagación del COVID-19 es mucho peor que en primavera. Aňadió que a pesar de ello, algunos ciudadanos rechazan usar las mascarillas, en protesta contra las nuevas medidas restrictivas adoptadas por el Gobierno. Pero como recalcó Babiš dirigiéndose a esas personas, esa postura es errónea.
“Las mascarillas no las usan para favorecer a Babiš, el exministro de Salud Vojtěch o su sucesor Prymula, sino para proteger a vuestros padres y abuelos. Para proteger a vuestra familia, amigos y conocidos. Ya no se trata de un asunto político, nadie desea limitar las libertades de los ciudadanos. La mascarilla no es una amenazad para la libertad y la democracia, pero el no usarla pone en amenaza vidas humanas”.
En otra parte de su alocución, Andrej Babiš dijo que su Gobierno ya no quiere frenar el desarrollo económico del país y causar así el crecimiento de la tasa de desempleo como lo hizo en primavera al adoptar medidas muy estrictas a fin de combatir el COVID-19. Actualmente se trata de encontrar un equilibrio entre el funcionamiento normal de la economía y la protección de la salud de los habitantes, seňaló el primer ministro.
Apuntó que la situación es seria pero que confía en que se logrará superar esta etapa, gracias sobre todo a que la nación checa siempre supo unirse en los momentos más difíciles. Al final del discurso, el jefe del Gobierno checo pidió a los ciudadanos que participen activamente en la lucha contra el coronavirus y respeten las medidas de restricción adoptadas. Sólo así, según Babiš, será posible superar esta crisis.
Los partidos de la oposición calificaron el discurso de Babiš de una mera actividad de promoción de cara a las próximas elecciones regionales y senatoriales. El líder del Partido Pirata, Ivan Bartoš, destacó que el primer ministro no presentó plan concreto alguno de cómo quiere superar la crisis del coronavirus.
”En su discurso faltó lo fundamental, o sea una postura decisiva respecto a las medidas concretas del Gobierno para combatir el coronavirus. Esa postura la adoptan en otros países europeos, donde los gobiernos comunican a la población de forma abierta en qué circunstancias habría que adoptar nuevos pasos restrictivos”.
De acuerdo con el líder del Democristiano Partido Popular, Marian Jurečka, Babiš no dijo nada fundamental ni nuevo.
”El Gobierno no aplicó las medidas recomendadas hace tiempo por el ministro de Salud y el uso de las mascarillas lo reintrodujo recién a partir del 1 de septiembre. El primer ministro reconoció ese error, pero las consecuencias las enfrentaremos ahora todos nosotros”.
Mientras tanto, este lunes se decidió restablecer el trabajo de la Comisión Central de Crisis, que fue suspendida a comienzos de verano. La comisión la dirigirá nuevamente el ministro del Interior, Jan Hamáček, quien planteó ante la Televisión Checa las tareas prioritarias de la comisión para el futuro próximo.
”Debemos reunir los datos actuales sobre el número de camas en los hospitales del país, así como cuánto personal hay. Esto en vista de las últimas informaciones sobre una mayor proliferación del COVID-19 entre los médicos y el personal sanitario. Debemos elaborar un guión de cómo garantizar el funcionamiento de los hospitales y del Estado en una situación cuando existe el peligro de que a finales de septiembre podamos tener a unos 70 000 pacientes con la enfermedad”.
La Comisión Central de Crisis asumirá la comunicación entre el Gobierno y las regiones para coordinar las medidas en la lucha contra el COVID-19, pero no sustituirá el trabajo del Ministerio de Salud.
El comité lo integran los viceministros de la mayoría de los ministerios, los presidentes de la Policía y del Cuerpo de Bomberos, los jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, del Departamento de Prevención de Enfermedades Infecciosas, del Instituto Estatal de Salud, y de la Oficina del Gobierno, así como representantes de las regiones.