Científicos checos están ayudando a salvar la selva africana

Tomáš Jůnek, foto: Nadační fond Neuron

Un equipo de científicos checos está monitoreando partes de la cuenca del Congo hasta ahora poco exploradas. Su objetivo es analizar el impacto que tiene la actividad humana en la fauna local.

Foto: Nadační fond Neuron

Los científicos checos podrían contribuir a la protección de la selva congolesa y de sus habitantes del reino animal. El ecosistema del país africano se enfrenta principalmente al problema de la caza ilegal y la minería descontrolada.

De acuerdo con Tomáš Jůnek, uno de los jefes de la expedición denominada ‘Neuron Dzamba ya lobi’, los humanos intervienen cada vez más en la selva del país centroafricano.

Foto: Nadační fond Neuron

“La cuenca del Congo es la segunda selva más extensa del mundo y se está abriendo rápidamente al aprovechamiento de recursos. Se están empezando a construir carreteras y llegan mineros y madereros”.

El objetivo de los zoólogos checos es medir el impacto que estas actividades están teniendo en la fauna local y determinar las especies más amenazadas.

Foto: Nadační fond Neuron

Tomáš Jůnek explica que la selva es una fuente importante de alimentación para las comunidades locales que muy pocas veces crían animales domésticos. Además, crece el número de cazadores furtivos que deciden enriquecerse en detrimento de la selva. Estos efectos combinados crean una gran presión sobre los animales que viven en la selva, cuenta Jůnek.

“Se estima que la presión ejercida sobre los animales salvajes de la cuenca del Congo supera aproximadamente seis veces las condiciones en las que la población de los animales es capaz de renovarse. Los cazadores ponen trampas de alambre en las que pueden capturar desde ratas hasta gorilas y esto crea una presión sobre toda la comunidad de animales”.

Foto: Nadační fond Neuron

Jůnek explica que estas trampas simples no necesariamente matan a los gorilas, estos, no obstante, pueden resultar heridos y morir más tarde.

Uno de los animales más perseguidos es el pangolín. En África es valorado por su carne, en Asia por sus escamas, que se utilizan en la medicina china.

A principios de este año, los exploradores checos colocaron en la selva congolesa 40 cámaras trampa. Hasta mayo, estas cámaras tomaron más de 16 000 fotografías.

Ahora, también gracias a una colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza los zoólogos checos podrán continuar con la labor y seguir observando cómo se desarrolla la situación en la cuenca del Congo. Jůnek cuenta que las cámaras les permitirán analizar el cambio inmediato ocasionado por las personas que intervienen con sus actividades en la selva.

Artur Sniegon,  foto: Nadační fond Neuron

“Las cámaras trampa que pusimos en febrero están en el límite de una concesión maderera activa. Logramos mapear parte de la selva adyacente antes de que la explotación se iniciara, por lo que ahora contamos con datos de cómo era la selva antes de la intervención industrial”.

La intensificación de la actividad minera en la selva conlleva la contaminación del medio ambiente que por su cuenta afecta directamente a las comunidades locales. Se pueden echar a perder fuentes de agua potable, por ejemplo. Además, según sostiene Jůnek, los habitantes de la zona desconocen los métodos aplicados por los mineros, quienes podrían estar empleando incluso sustancias tóxicas como el cianuro.

Jůnek y sus compañeros quieren regresar al Congo cuanto antes. Sin los datos adquiridos por medio de las cámaras trampa y sin grabadoras de sonidos es, según sostienen, imposible encontrar una solución sistemática al problema.

Autor: Romana Marksová
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