Lanzan un plan de prevención de suicidios en Chequia tras un aumento por el coronavirus
El número de suicidios en la República Checa ha sufrido un ligero aumento tras la crisis del coronavirus. Por ello, el Consejo de Gobierno para la Salud Mental ha aprobado un plan integral de prevención del suicidio.
La media de checos que se quitan la vida anualmente es de 1300, cifra que cada año es menor desde que se empezó a reducir en la década de los 70. No obstante, la tasa de suicidios ha aumentado tras la crisis de la pandemia, provocando la aprobación de un nuevo plan integral de prevención por parte del Gobierno.
El suicidio es la segunda causa de muerte más común entre los checos de entre 15 y 24 años desde el año 1989. Martin, un estudiante universitario de 23 años que atravesó una depresión severa, describe para la Radio Checa cómo fue el confinamiento para él.
“Al principio no tenía muy claro qué es lo que iba a pasar. Pensaba que la pandemia sería más corta. La cuarentena no me permitió ni trabajar ni ir a la universidad, ya no tenía una rutina diaria. Empecé a acostarme más tarde, no podía dormir por la noche porque tenía miedo y ansiedad. No tenía energía para hacer nada”.
Alrededor de un 30% de las llamadas que recibió el teléfono de ayuda 1212 en los últimos meses estaban motivadas por problemas de salud mental. Kateřina Bohatá, directora de la residencia de ancianos Elpida, explica que son sobre todo las personas mayores las que más utilizan estos servicios.
“La gente decía que la crisis había deteriorado su salud mental. Tenían problemas psicológicos y trastornos del sueño. Muchos de ellos recurrían al alcohol”.
Los adultos más jóvenes y las personas mayores son los grupos más propensos a intentos de suicidio, más que los adultos en edad laboral. Mientras, los hombres, que tienden a desarrollar relaciones menos cercanas, tienen más posibilidades que las mujeres.
Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud, la tasa de suicidios en la República Checa es ligeramente menor que la media de la Unión Europea y lo mismo ocurre a nivel mundial.
Alexandr Kasal, coordinador del plan, afirma que el principal objetivo es reducir los suicidios checos en al menos un 30% en los próximos diez años. Será fundamental el papel de los maestros y los médicos que tendrán que reconocer a tiempo cuándo alguien está en riesgo.
“Además, los farmacéuticos son otro factor a tener en cuenta. Pueden intervenir si reconocen las señales, o si alguien encarga una cantidad de un medicamento más grande de lo normal”.
La sobredosis es uno de los métodos más utilizados para el suicidio en todo el mundo. Kasal afirma que el nuevo plan de prevención lo tiene en cuenta, y además, anticipa que las líneas ferroviarias, que también son un escenario de riesgo, contarán con una mayor protección.
“La prevención consiste en construir más barreras. Además, se están instalando letreros con números de ayuda en los ferrocarriles. Esto podría hacer que las personas que aún no están del todo decididas, cambiaran de opinión”.
Actualmente existen solo cinco centros públicos de salud mental en la República Checa. Marie Salamonová pertenece a la organización Nevypusť Duši, que lucha por incluir la salud mental en las escuelas checas, y cuenta para la Radio Checa que el plan es abrir por lo menos un centro en cada una de las catorce regiones del país.
Salamonová afirma que solo hay dos centros en Praga, uno en Brno, otro en Ostrava y el último en Trutnov, y que todos ellos cerraron las secciones de pacientes hospitalizados durante la crisis del coronavirus.
El Consejo de Gobierno para la Salud Mental, dirigido por el primer ministro Andrej Babiš, supervisará el plan de prevención del suicidio para garantizar la cooperación entre los ministerios. El estado planea invertir más de 30 millones de euros en las medidas.