Mágico y misterioso tour en Praga
Especialista en alquimia y profundo conocedor de la capital checa, Martin Stejskal es autor de una curiosa guía de Praga que ofrece información novedosa de sitios emblemáticos y propone visitar lugares casi desconocidos de la ciudad. En esta entrevista revela los misterios detrás de esos misterios y recomienda muchas zonas mágicas que tiene Chequia más allá de su capital.
En épocas anteriores al coronavirus, cuando Praga recibía a miles de turistas, a varios hispanohablantes tal vez les llamó la atención un libro perdido entre las interminables guías de turismo. Un ejemplar pequeño que, sin embargo, ofrecía un recorrido distinto por los lugares más curiosos de Praga, muchos de los cuales no figuran en cualquier guía convencional. Un libro perfecto para quienes preferían cruzar el umbral del turismo típico e ir un poco más a fondo en el conocimiento de la ciudad dorada. Praga insólita y secreta, publicada por la editorial Jonglez, es el nombre de la guía escrita por Martin Stejskal, un verdadero especialista en alquimia y esoterismo, dos de los pilares invisibles que sostienen el incomparable encanto de la capital checa.
"En el Palacio de verano de la Estrella el número de habitaciones en cada piso corresponde al año en que terminó de construirse, 1555. Además, cada nivel representa un elemento distintos: fuego, aire y tierra".
“Entre 1960 y 1970, comencé a recoger leyendas de toda la República Checa. Y después de la revolución, logré publicar un libro con esas leyendas. Además, me interesa el hermetismo y la alquimia desde la década de 1960 y ya en la década del 70 publiqué el libro Praga hermetica, que de alguna manera llegó a la editorial francesa Jonglez y me preguntaron si no me interesaba hacer un libro para su editorial sobre los secretos de Praga, pero los que no son tan conocidos, los que no aparecen en todas las guías”.
Si bien el libro muestra lugares emblemáticos de la ciudad como el reloj astronómico o el Puente de Carlos, lo hace de una manera ágil y con información bastante novedosa. Por otro lado la guía también pasea al lector por curiosidades mucho menos visitadas como, por ejemplo, una gruta en Stromovka que usaba Rodolfo II para meditar o un extraño museo antropológico en la zona de I P Pavlova que ofrece exhibiciones de esqueletos, momias y tiene la particularidad de que solo abre algunos días. Stejskal reconoce que para realizar esta obra se inspiró en algunos libros sobre París, otra de las ciudades europeas con más historia y misterios.
“Así que reuní muchas leyendas y luego las fuimos acotando hasta que tuvimos una selección que se convirtió en ese pequeño libro. Trabajé en ese proceso con un amigo belga que vive aquí en Praga y él lo tradujo al francés. Y en Francia el editor lo tradujo, a su vez, a otros idiomas: inglés, español, italiano y alemán. Pero además el libro funcionó también en checo, lo cual me puso muy contento, y esa es más o menos la breve génesis del libro”.
¿Pero cuál es el gran secreto que hay que conocer para saber ir detrás de los secretos? Stejskal asegura que para descubrir tantos lugares ocultos es necesario aprender a observar con mucha atención la ciudad y luego, por supuesto, ponerse a investigar. Cuando le preguntan cuál es el lugar más misterioso de Praga, él suele responder el Callejón de oro. Pero no por algo que suele repetirse en muchos sitios de manera errónea y automática sino más bien a causa de una leyenda mencionada en la novela El golem de Gustav Meyrink.
“Algunos dicen, por ejemplo, el Callejón de oro en el Castillo pero en realidad se sabe que los alquimistas nunca vivieron ahí. Sí vivían orfebres que trabajaban para el emperador Rodolfo II. Pero Gustav Meyrink habla de un lugar muy especial dentro del Callejón de oro: la casa del último farol, el umbral entre nuestro mundo y el mundo invisible”.
También tiene mucha significación para Stejskal la Casa de los osos dorados. Ubicada en pleno centro de Praga incorpora, en cierta forma, los cuatro puntos cardinales: mientras la fachada está orientada hacia el sur, el observador la mira en dirección al norte y los dos osos se dirigen respectivamente al este y oeste. Por otro lado esos animales representan las constelaciones Osa mayor y Osa menor, lo cual explica su diferencia de tamaño. Pero además él recomienda observar los múltiples detalles y ornamentos, sobre todo las cabezas ubicadas en ambas columnas de cuya boca salen distintas plantas. En su opinión eso es una representación del poder verbal de la Cábala.
También le interesa la famosa Casa del minuto, una de las viviendas de Franz Kafka. Stejskal cuenta que fue construida por un hombre que comerciaba con muchos países de Europa occidental y uno de los primeros en descubrir la importancia simbólica de su fachada fue el francés René Alleau, un historiador especializado en sociedades secretas.
Pero de todos esos sitios que tienen relevancia esotérica el que más analizó Stejskal es el Palacio de verano de la Estrella.
“Ese es mi tema principal. He publicado dos libros al respecto y accedí a cosas que en general no se conocen: por ejemplo que el número de habitaciones en cada piso corresponde al año en que terminó de construirse, 1555. Además, cada nivel representa un elemento: en el piso superior, que tiene una habitación, está el fuego. Debajo, el aire con cinco habitaciones como sucede en los demás niveles; en lo que sería la planta baja está representada el agua mediante delfines, peces y otros animales acuáticos, mientras que el subsuelo está dedicado al elemento tierra”.
Como si eso fuera poco, Stejskal explica que el plano del edificio está enteramente basado en la estrella de Salomón, un hexagrama que, según dicen, fue creado por el propio archiduque Fernando II de Austria. Y cuando el escritor francés André Breton estuvo en Praga en 1934 visitó este sitio y en su libro El amor loco lo describe como “una construcción al borde del abismo hecha de piedra filosofal”.
Hoy, a la izquierda de la entrada principal del Palacio puede verse una gran roca que tiene inscripta esa misma frase de Breton en checo y francés, junto a su firma. Stejskal y otros colegas la instalaron durante una exposición que se realizó en 2005 con motivo del aniversario 450 de la fundación del Palacio.
Lo cierto es que Praga es una ciudad tan fascinante que da la impresión de que los misterios parecen no tener fin. Tanto es así que en abril del año que viene va a salir una segunda edición ampliada de esta guía donde Stejskal piensa agregar otros lugares aún menos conocidos pero igual de apasionantes.
“Uno de esos lugares que estará en la segunda edición de este libro es una pequeña villa en las afueras de Praga con una fachada muy interesante con varios signos herméticos cuyo significado les pregunté a las personas que están viviendo ahí. Pero se trata de los segundos o terceros propietarios de esta villa y, lamentablemente, ya no saben a qué responde esa fachada”.
Stejskal no tardó en descubrir que la misteriosa fachada de esa residencia en Praga 10 muestra los principales símbolos del esoterismo mundial: la estrella de Salomón y la serpiente que se come su propia cola (ouróboros). Luego de una larga búsqueda llegó a la conclusión de que probablemente su primer propietario haya sido miembro de la Antigua Asociación Universal, una sociedad hermética checa que funcionó en la década del treinta.
Stejskal conoció a uno de los últimos miembros de esta asociación. Su nombre era Josef Louda y bajo el alias de Theofanus Abba vivió entre 1901 y 1975, y fue uno de los últimos alquimistas practicantes del país.
Martin Stejskal considera que si bien Praga atrajo la atención de escritores y artistas de todo el mundo, el autor que mejor logró expresar su esencia fue Gustav Meyrink que escribía en alemán pero vivió muchos años en Praga, la ciudad que más lo inspiró. Una influencia que no se limita a El golem, su novela más famosa, sino que recorre prácticamente toda su obra.
“Incluso El ángel de la ventana de Occidente. Y especialmente en sus cuentos breves que son muy interesantes. Yo seguí los pasos de algunos de los cuentos de Meyrink, buscando los sitios donde transcurren. Y, por supuesto, la Praga Mágica de Ripellino también es muy conocida”.
Ahora bien, así como en los últimos años muchos turistas fueron descubriendo, de a poco, que los encantos checos no se limitan a Praga, también Stejskal revela que otras ciudades cuentan con hermosos misterios y apasionantes vínculos con el hermetismo. Justamente por eso decidió armar un libro con una selección de esos sitios.
“En este momento, estoy por entregar un libro llamado Alquimia en las Tierras Checas. He estado trabajando en esto durante varios años y muestro muchas ciudades y castillos del país. Por supuesto, hay bastante sobre Český Krumlov, que es un tesoro. Ahí hay muchas cosas que se pueden interpretar de manera hermética. Algunas están más ocultas, otras son más evidentes. Por ejemplo hay una casa cerca del castillo que es muy interesante porque muestra las doce etapas del proceso alquímico mediante dibujos ornamentales, y la interpreto muy ampliamente en ese libro”.
"En Český Krumlov hay una casa cerca del castillo que muestra las doce etapas del proceso alquímico mediante dibujos ornamentales".
También le interesa mucho el castillo de Budyně nad Ohří en Bohemia del Norte, que cuenta con un taller alquímico y una pequeña pero muy llamativa estatua de un alquimista, que se llama Kvasnička. Y que según Stejskal es muy similar a la representación de la estatua del alquimista en el Templo de Notre-Dame en París.
Otro lugar importante en términos de leyendas es Třeboñ, ciudad en la que trabajaban nada menos que John Dee y Edward Kelley, aunque según revela Stejskal ya no quedan muchas cosas auténticas de esos famosos alquimistas. Recuerda que en 1997 junto al escritor Vladislav Zadrobílek organizaron una gran exposición en la Plaza de la Ciudad Vieja, en la Casa de la Campana de Piedra. Y lograron conseguir algunos fragmentos de antiguos manuscritos alquímicos que luego reunieron en el libro Opus Magnum. Y si bien revela que tanto en Bohemia como en Moravia hay material alquímico que está sin catalogar asegura también que de los alquimistas no se conservó casi nada porque incluso parte de la rica colección de Rodolfo II fue robada por los suecos. Sólo se conservan las leyendas, concluye quien es, justamente, uno de los máximos responsables de que esas mismas leyendas continúen vivas.