Libuse Domanínská, intérprete sin par de música de Janácek
Libuse Domanínská pertence a la generación de cantantes que en el Teatro Nacional de Praga plasmaron una de las eras más célebres de la ópera checa. Esta espléndida soprano, nacida en 1924, destacó como sublime intérprete de personajes de las óperas de Leos Janácek, conmoviendo y sobrecogiendo al público como Genufa y Katia Kabanova. Libuse Domanínská representó el arte operístico checo también en los escenarios internacionales, actuando en Bruselas, Moscú, Amsterdam, Edinburgo, Barcelona,Viena y Buenos Aires.
Parece que Libuse Domanínská nació con el amor al arte en la sangre. Sus padres eran oriundos del pueblo de Domanín, en la región de Moravské Slovácko, que destaca por la musicalidad de su población. El padre de la futura cantante, un experto en vitivinicultura, fue trasladado por motivos de servicio a la metrópoli de Eslovaquia Oriental,Kosice. Allí Libuse Domanínská subió por primera vez a un escenario, actuando a la edad de cinco años en un espectáculo de teatro amateur.
A los ocho años cantaba en la estación de radio local, siendo apodada como " la alondra de Kosice". Sin embargo, en 1939 fue proclamado, a instancias de Hitler, el Estado Eslovaco independiente,y los checos fueron expulsados de Eslovaquia.
La familia de Libuse Domanínská regresó a Moravia, instalándose en su metrópoli Brno. La joven intentó ingresar a los quince años en el Conservatorio, pero no fue admitida, alegando los profesores que tenía una complexión demasiado débil para una actividad tan exigente como el canto.
La segunda tentativa resultó y Libuse Domanínská fue desde 1940 alumna del Conservatorio de Brno. En su formación tuvo una decisiva importancia el director de orquesta Bretislav Bakala. Con su orquesta cantó en la radio de Brno ya como alumna del tercer año del conservatorio. Bakala ensayaría más tarde con Libuse Domanínská el papel de Katia Kabanova de la homónima ópera de Leos Janácek.
Katia Kabanova se convertiría en el papel estelar de la carrera de la soprano y un día conmovería también al público de Buenos Aires.
En los conciertos radiofónicos de Brno Libuse Domanínská mostró su indiscutible talento. En los años 40 no se realizaban grabaciones para retransmitirlas. Todas las actuaciones se transmitían en vivo, de manera que la novel soprano debía prepararse concienzudamente para cada concierto.
Un día faltó al concierto radiofónico, ya que las autoridades nazis la deportaron a trabajos forzados al Tercer Reich sin que la joven tuviera tiempo para avisar que ese día no podía actuar en la radio.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, Libuse Domanínská prosiguió los estudios de canto y simultáneamente actuara desde agosto de 1945 en la ópera Janácek, de Brno. Durante diez temporadas interpretaría en la casa operística de la metrópoli morava varias decenas de personajes. Su primer papel fue el de Blazenka, en la ópera "El Secreto" de Federico Smetana.
La actuación en las óperas de Smetana se convirtió en una constante en la carrera artística de Libuse Domanínská, que se incorporó en 1955 al elenco operístico del Teatro Nacional de Praga. Cantó en las óperas "La Novia Vendida", "El Beso", "Las Dos Viudas", "Libuse", "Dalibor"," El Paredón del Diablo" y "Los Brandenburgueses en Bohemia".
Cuando Libuse Domanínská cantó en las óperas de Antonín Dvorák "Jacobino", "La Ondina" y "El Diablo y Catalina", los críticos la ensalzaron como una intérprete por excelencia de la música de Dvorák.
Y cuando interpretó en Viena el papel de Abigail en "Nabucco", los críticos la elogiaron como una espléndida cantante verdiana.
El repertorio de Libuse Domanínská era extraordinariamente amplio, abarcando papeles en las óperas de Wolfgang Amadeus Mozart, Giuseppe Verdi, Georges Bizet, Pedro Ilich Tchaikovski, Giacomo Puccini, Ricardo Wagner, Nicolás Rimsky- Korsakov...
Libuse Domanínská destacó como una intérprete sin par de las óperas de Leos Janácek. Actuó en todas: en "Genufa", "La Zorra Astuta", " Katia Kabanova", "El asunto Makropulos"," De la Casa de los Muertos", "Las Excursiones del Señor Broucek a la Luna y al Siglo XV", "El Destino". El papel más querido por Libuse Domanínská y que interpretó con la mayor entrega fue el de Genufa en la homónima ópera de Leos Janácek.