Cámara fotográfica fue un pretexto para conocer México

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Graciela Iturbide quería ser escritora, empezó a estudiar el cine, pero después de conocer a finales de los años sesenta al legendario fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo, decidió dedicarse profesionalmente a la fotografía. Con la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide conversamos durante la inauguración en Praga de la exposición retrospectiva de sus fotos titulada "Imágenes del Espíritu".

¿Se puede decir que Vd. prefiere retratar a personas? Porque en la exposición hay también fotos de un jardín botánico, a menudo aparecen pájaros en las fotos, por lo menos en las expuestas aquí ...

"Es que he tenido diferentes fases durante mi tiempo de fotógrafa. Primero me interesó fotografiar México para aprender de mi país. Desafortunadamente en México mi clase social o las personas que viven en la capital no tenemos la oportunidad de conocer realmente nuestra cultura. Entonces, fue como un pretexto para conocer y para estar con toda esta gente. Después tuve otra fase donde fotografié el Jardín Botánico, que estaban empezando a hacerlo, y que los campesinos hacían estos amarres y ponían velos. Eran las plantas un poco enfermas que traían de la sierra y era una manera de cuidarlas para que pudieran crecer. Juchitán y el Jardín Botánico lo hice con un pintor, Francisco Toledo que vive en Oaxaca y que es una persona que ha dado mucho tanto a Juchitán como a Oaxaca y que ha publicado algunos libros míos. Hay algunas fotografías también del libro de las cabritas, que es un sacrificio que se hace en la Mixteca. Yo puse a este libro el título ´En el nombre del padre´ porque los indígenas pedían perdón a las cabritas cada vez que las mataban. Después pasé a hacer también un libro sobre pájaros que fui encontrando en mis negativos. Después he viajado a la India u a otros lugares, y ahora estoy fotografiando objetos. O sea que hay varias fases dentro de mi trabajo".

Una de las fotos que me han llamado la atención en la exposición es una que pone como título "Ritual", en Nuevo León...

"En Nuevo León en este lugar que se llama Espinazo hubo una persona que le llamaban el Niño Fidencio, que curaba con la mano a toda persona que iba. El Niño Fidencio ya murió, pero cada año se repite este ritual. El Niño Fidencio se apodera de la gente que se llaman cajitas - el Niño Fidencio u otros santos, como el Niño de Atocha, que es de aquí de Praga. Muchas gentes están vestidas del Niño de Atocha, y caen en éxtasis. Tienen diferentes rituales para celebrar y recordar al Niño Fidencio. En esta foto en especial es un lugar con agua, un manantial donde van y se purifican. Vienen de todas partes, hasta de EE.UU., y es muy impresionante, todos caen en éxtasis y se vuelven o el Niño Fidencio, o el Niño de Atocha, o Villa, uno de nuestros revolucionarios, por eso es muy interesante. Pero es un trabajo que no he hecho a fondo, sino que he ido muy pocas veces".

Vd. fue alumna de Manuel Álvarez Bravo. ¿Podría decirme la cosa más importante que le enseñó a Vd.?

"Claro que sí. Yo estudiaba cine y allí en la Escuela de Cine lo conocí. Casi nadie iba a sus clases porque todos querían ser directores de cine. Yo le pedí si podía asistir a sus clases y después él me pidió si podía ser su ´achichincle´, es una palabra antigua mexicana en nahuatl que quiere decir como ayudante del albañil. Yo por supuesto le dije que sí. ¿Y qué me enseñó Manuel Álvarez Bravo? Lo más maravilloso. El tiene en su laboratorio un letrero que dice: Hay tiempo. Para mí es un hombre que era un poeta, que veía la vida con calma, que no tenía prisa. No tomaba así muchas fotos, sino una toma o dos tomas de lo que él veía. Con él escuchaba música, con él aprendía a ver pinturas. El me decía tienes que ver mucha pintura para tener una buena composición. Estuve muy poco tiempo con él, un año y medio, pero formó parte ya de mi familia. Yo después cuando me separé de mi compañero, me fui a vivir muy cerca de su casa y para mí era un placer ir a conversar con él porque era un hombre con una sabiduría increíble. Te podría decir que más que de fotografía, aprendí de él de la vida".


La exposición "Imágenes del Espíritu" de Graciela Iturbide permanecerá en la Casa de la Fotografía Josef Sudek de Praga hasta el 4 de diciembre.

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