En el castillo de Becov ha sido hallado el relicario de San Mauro
Esta vez visitamos Bohemia Occidental. Allí, en una zona natural protegida llamada Bosque de Slavkov, entre las ciudades de Pilsen y Karlovy Vary, casi perdido en medio de montes boscosos, se encuentra el pequeño pueblo de Becov. En el centro del pueblo se levanta una colina, en cuya cima se yerguen el castillo y el palacio de Becov.
Todo esto nos lo cuenta Ondrej Cink, de la Administración de Monumentos Histórico-Arquitectónicos de Bohemia Occidental, quien se ofreció a servirnos de guía durante nuestra visita. A diferencia de muchos otros lugares de la República Checa, donde los castillos con el pasar de los siglos solían ser reconstruidos y transformados en palacios más cómodos, en Becov pasó algo distinto. Así nos dice Ondrej Cink.
"El castillo, levantado en el punto más alto de Becov a mediados del siglo XIV, sirvió de vivienda a la nobleza local hasta la Guerra de los Treinta años, a mediados del siglo XVII. Posteriormente fueron construidos junto al castillo otros tres edificios de estilo del Renacimiento, que ofrecían a la nobleza local mayor comodidad. Pasado un tiempo, los propietarios del feudo local decidieron acomodarse mejor todavía y, en el lugar de la antigua puerta principal de entrada al castillo, en el punto más bajo de la cima del monte, mandaron construir un moderno palacio de estilo barroco, siendo terminada la obra en 1752".Es por ello que hoy en día, en la cima de la colina en el centro de Becov, se encuentra un castillo y junto a él un palacio. Más tarde, todavía hubo más intentos por reconstruir las dos obras, pero cuenta una leyenda que esos intentos no fueron coronados por el éxito.
"Esa leyenda data del siglo XIX, cuando Becov formaba parte de las propiedades de la familia noble de Beaufort. Estos quisieron reconstruir el palacio y el castillo y adaptarlos a los nuevos estilos, por lo que invitaron a los mejores arquitectos de la época, Zítek y Mocker. Cuando todos estudiaban los planos de reconstrucción, apareció ante ellos como un fantasma el primer propietario del castillo, Pluh de Rabstein, defendiendo su castillo".
Los arquitectos y el noble Beaufort se asustaron tanto que desistieron de las adaptaciones. Naturalmente, los historiadores tienen otra explicación. Ellos insisten que las adaptaciones no se realizaron por falta de recursos financieros".A diferencia del palacio de Becov, que desde lejos reluce en todo su resplandor, el castillo está bastante deteriorado. Debido a su mal estado actual, los turistas no tienen acceso a él. No obstante, con el permiso de nuestro guía Ondrej Cink y corriendo el riesgo de poder hundirnos en las escaleras o el piso de madera medio podridos, pudimos entrar a la capilla de la Virgen María, en la que durante decenios yacía oculto un enorme tesoro. Pero, de esto hablaremos más adelante, ya que Ondrej Cink ya nos invita a entrar.
El 5 de noviembre de 1985 en el castillo de Becov, debajo del piso de la capilla de la Virgen María, fueron halladas varias botellas de cognac y el antiquísimo Relicario de San Mauro, una obra de inmenso valor histórico-cultural. Justamente el deseo de seguir las huellas de este relicario, fue el motivo principal de nuestra visita al pueblo de Becov. Hoy en día el Relicario de San Mauro se encuentra instalado en una cámara especial en el segundo piso del palacio local, hacia donde nos encaminaremos más adelante.El relicario ha sido propiedad de los nobles Beaufort. Durante la Segunda Guerra Mundial esta familia colaboró con los nazis por lo que, al finalizar la guerra y temiendo la persecución, los Beaufort abandonaron sus propiedades en Becov y huyeron al exterior. Se supone que antes de marcharse ocultaron el relicario en un escondite debajo del piso de la capilla del castillo, confiando en que pronto iban a regresar. No obstante, la obra permaneció oculta allí 40 años. La historia de su descubrimiento nos la cuenta Ondrej Cink.
"En 1984 visitó la Embajada checoslovaca en Viena un comerciante de Estados Unidos, ofreciendo al Estado Checo 250 mil dólares a cambio de obtener el permiso para llevarse de Checoslovaquia un antiguo obsequio sin relación directa con la historia del país y que no faltaría a nadie ya que nadie sabía de su existencia".La oferta fue tan atractiva que las autoridades checoslovacas comenzaron a ocuparse seriamente de ella. La suma elevada para ese entonces, provocaba, no obstante, ciertas sospechas, por lo que fueron contactados los mejores agentes de la brigada criminal. Sus investigaciones llevaron al descubrimiento de una publicación en la que se mencionaba la presencia en Becov del antiguo Relicario de San Mauro. Los detectives se trasladaron a ese lugar y con detectores especiales descubrieron pronto el paradero del valioso tesoro.
El relicario estaba muy deteriorado por haber estado cuatro decenios bajo escombros y tierra. Los especialistas lo descompusieron en 499 piezas y fue situado en una caja fuerte especial en un banco de Praga. La restauración del Relicario de San Mauro fue encargada en 1993 a los mejores especialistas checos, Alena Nováková y Andrei Sumbera. Debido a que se trataba de un trabajo muy especial, los procedimientos eran consultados, además, con especialistas de otros países.
La restauración de la obra duró casi diez años. En el año 2002, el Relicario de San Mauro volvió al palacio de Becov, siendo instalado allí de forma permanente. Su valor histórico-cultural es inmenso, pudiendo ser comparado en el caso de la República Checa tan sólo con las joyas de coronación de los reyes de Bohemia. Éstas forman parte del patrimonio cultural nacional y están depositadas en la catedral de San Vito, en Praga.
Trasladémonos ahora al palacio de Becov, para ver el famoso relicario. A pesar de los atractivos exteriores del palacio, sus interiores y su mobiliario son relativamente modestos. El salón "más equipado" llega a ser así la biblioteca local que cuenta con unos 17 mil títulos de libros en total. Si uno no supiera del tesoro que se halla en el palacio, diría que todo es muy bonito, pero que no tiene nada especial.Para llegar hasta donde se encuentra el "tesoro", el Relicario de San Mauro, hay que atravesar primero otros cuatro salones. En ellos se explica qué son los relicarios, se enseñan fotografías de distintos tipos de esos objetos, se acerca la historia del descubrimiento del Relicario de San Mauro......
Se exponen también los restos del relicario original y otros fragmentos de la reconstruida obra y se explica el simbolismo y la iconografía de las decoraciones en los relicarios. La excursión al palacio culmina con la visita a la cámara especial detrás de una puerta con varias cerraduras, las que Ondrej Cink abre especialmente para nosotros.El Relicario de San Mauro se encuentra en medio de la sala, situado en una vitrina especial. Es una obra maravillosa y a uno, al verla, se le corta incluso la respiración. Al menos en mi caso fue así. Tiene la forma de una tumba de 138 centímetros de longitud, 42 centímetros de ancho y casi 65 centímetros de altura. Su esqueleto de madera está ricamente decorado con plata y cobre enchapados en oro que forman elementos figurativos y de filigrana. En el relicario hay asimismo piedras preciosas lisas y talladas.
"Los turistas tienen acceso al Relicario durante todo el año, aunque con ciertas limitaciones. La conservación de esta valiosa joya exige respetar estrictas normas de seguridad y mantener un clima estable en la sala. Los visitantes pueden entrar por ello sólo en grupos pequeños y, cuando afuera llueve, los grupos son reducidos más todavía por temor a que en la sala pueda darse mayor humedad, por la ropa mojada de los visitantes".
Al final de nuestra excursión al palacio de Becov, Ondrej Cink de la Administración de Monumentos Históricos de Bohemia Occidental, nos cuenta todavía la historia del surgimiento del relicario. Esta excelente muestra de la orfebrería eurooccidental data del siglo 13. El relicario había sido fabricado para ser depositados en él los restos mortales de San Mauro, San Timoteo y San Juan Bautista, sepultados en la abadía benedictina en Florennes, en Bélgica.En 1838 adquirió el relicario el noble Alfred Beaufort. Debido a que la obra estaba muy deteriorada, Beaufort mandó a restaurarla pero los trabajos no han sido realizados de la mejor manera. Más tarde la familia Beaufort instaló el Relicario de San Mauro en su sede en Becov, junto al río Teplá. El posterior destino de la obra ya lo conocen.
En el palacio de Becov pueden ver el Relicario de San Mauro también ustedes, amigos, en caso de visitar el pueblo checo de Becov, situado en Bohemia Occidental. ¡Se lo recomendamos!
Foto: autora