El mejor guardameta del Mundial cometió error fatal en la final

Josef Masopust

La República Checa se clasificó este año por primera vez a un Mundial de fútbol desde la separación de Checoslovaquia en 1993. Los checos y eslovacos conjuntamente participaron en ocho Mundiales, consiguiendo dos subcampeonatos. La última vez el cuadro nacional llegó hasta la final en 1962 en Chile.

La selección checoslovaca partía para el Mundial de Chile como "outsider", la afición no creía que el cuadro liderado por el centrocampista Josef Masopust pudiera alcanzar un buen resultado. El equipo nacional se clasificó al campeonato a duras penas imponiéndose en la repesca contra Escocia por 4-2. "Todos nos decían que ni siquiera debíamos desempacar las maletas, ya que ibamos a regresar pronto", recuerda Masopust que junto al defensa Pluskal y el portero Schrojf fueron elegidos en el equipo "All Stars".

La selección checoslovaca sorprendió en Chile a todo el mundo futbolístico. El delantero Václav Masek marcó el primer gol de la selección en el campeonato ya en el décimoquinto segundo del primer partido contra México creando así un récord del gol más rápido en un campeonato mundial, que fue superado tan sólo en 2002 por el turco Hakan Sukur quien anotó en el segundo once.

Los mexicanos al final dieron vuelta al marcador derrotando a los checoslovacos por 3-1, pero el subestimado cuadro nacional posteriormente logró vencer a España y a Hungría por 1-0, en la semifinal batió a Yugoslavia por 3-1 y en la final se enfrentó a Brasil, defensor del título.

Los checoslovacos comenzaron sensacionalmente y Masopust asestó el primer golpe al equipo estelar brasileño en el décimoquinto minuto. "Fue emocionante ver al brasileño Garrincha que no podía librarse de sus vigilantes y a Nilton Santos que frente al zigzagueo de Pospíchal pasaba los peores momentos de su vida", así comentó la lucha por la copa mundial el diario británico "Daily Express", agregando que el mal rendimiento y un trágico error del portero Schrojf ante el tercer tanto brasileño causó que los checoslovacos perdieron el título.

Paradójicamente, en los encuentros anteriores, Schrojf fue uno de los puntales del cuadro nacional y antes del partido contra Brasil recibió el premio al mejor guardameta de todo el Mundial. Hay quienes dicen que el acto solemne redujo notablemente la concentración del portero que no se mostró en la final en sus mejores condiciones.

De todas formas, en el Mundial de 1962 de Chile tanto Schrojf como sus compañeros se hicieron inmortales y regresaron a la patria como héroes. El centrocampista Josef Masopust ese año incluso consiguió como primer jugador checo el prestigioso Balón de Oro.

Autor: Roman Casado
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