En Stará Boleslav fue asesinado el patrono de las Tierras Checas, San Wenceslao
Esta vez emprenderemos un viaje a la ciudad de Stará Boleslav, en la que fue asesinado el patrono de las Tierras Checas, San Wenceslao, y les contaremos la historia del llamado 'Paladio Checo', es decir, el icono de la Virgen María y Jesucristo.
En la ciudad de Stará Boleslav, situada a unos 30 km de Praga, se encuentran dos edificios eclesiásticos importantes: El templo de la Asunción de la Virgen María y la basílica de San Wenceslao, patrono de las Tierras Checas.
En el lugar donde se encuentra este segundo se hallaba en tiempos remotos la iglesia de San Cosmes y San Damián. Delante de la puerta de este edificio fue asesinado el príncipe Wenceslao por su hermano menor Boleslao, quien se esforzaba por acaparar el poder.Los historiadores difieren en cuanto a la fecha del crimen. Algunos dicen que Wenceslao falleció en 929, otros sostienen que el asesinato se produjo seis años más tarde.
Hoy día, una escultura hecha por Matyás Bernard Braun conmemora el asesinato en la iglesia, según indicó la experta en historia local, Nina Nováková.
"En la escultura vemos al conde Wenceslao que intenta refugiarse en la iglesia, asiendo el aro del portal. Su hermano Boleslao está por encima de él y está a punto de asesinarle. El original de este aro de la puerta de la iglesia de San Cosmes y San Damián lo pueden ver en la Capilla de San Venceslao en el Templo de San Vito en Praga".
Se desconoce el motivo exacto de la visita del príncipe a la ciudad de Stará Boleslav, que le costó la vida. Según una versión, Boleslao invitó a su hermano a que asistiera allí a un bautizo, según otras fuentes, el soberano vino para celebrar la fiesta de Cosmes y Damián.
La historia del asesinato del conde Wenceslao está estrechamente vinculada con el llamado 'Paladio de las Tierras Checas', dijo Nina Nováková.
"La etimología de la palabra 'Paladio' proviene del nombre de la diosa de la Grecia Antigua, Palas Atenea, cuyo nombre significaba 'la protectora de Atenas', de ello se desprende que el 'Paladio' significa un objeto protector"
El 'Paladio Checo' es un icono pequeño, de tamaño de 13 por 19 centímetros, pintado en madera que tiene un marco hecho del cobre de Corintia, es decir, una aleación de varios metales.
Según la leyenda, esta aleación surgió cuando los romanos conquistaron e incendiaron la ciudad griega de Corintia. El oro, la plata y los metales preciosos fundidos por el fuego se cayeron al mar donde se solidificaron, creando la aleación que en su tiempo incluso era más valorada que el oro, según escribió Plinio en su 'Libros Naturalis Historiae'.
La historiadora Nina Nováková indicó que se supone que los pioneros del cristianismo en las Tierras Checas, San Cirilo y San Metodio, trajeron el relieve a este país regalándolo a la princesa Ludmila."La condesa Ludmila entregó posteriormente el icono a su nieto Venceslao el día de su bautizo. El conde veneraba mucho el cuadro y lo llevaba puesto en el cuello también durante su última visita a la ciudad de Stará Boleslav".
Al ser asesinado el príncipe, su leal adjunto Podiven salvó el 'Paladio', ya que no quiso que cayera en las manos de los asesinos. Quitó el icono del cuello del monarca y corrió desde la iglesia hacia el lugar donde hoy día se encuentra el templo de la Asunción de la Virgen María. Allí logró esconder el cuadro y prosiguió su huida hacia el bosque, no obstante, al final no logró salvar su vida.
Los asesinos que necesitaban desprenderse del incómodo testigo ocular del crimen, lo alcanzaron en el linde del bosque y lo ahorcaron en un árbol.
Una leyenda narra que después de casi dos siglos un campesino encontró el cuadro al labrar en su campo.
Se dice que los caballos pararon en un lugar y no querían moverse de allí. Así el campesino encontró el cuadro de la Virgen María con el Jesucristo en los brazos y se lo llevó a casa.
Pero al día siguiente el icono desapareció y el campesino volvió a encontrarlo en el mismo lugar donde lo había hallado el día anterior y entregó el icono a los clérigos de la ciudad.
Éstos opinaron que la misteriosa reaparición del cuadro en el campo significa que la Virgen María daba una señal de que desea que la veneren en ese lugar y decidieron crear allí un santuario.
El icono se convirtió en 'Paladio', es decir un cuadro de protección del país, en el siglo XVII, bajo el emperador Rodolfo II. En aquél entonces, los católicos temían la creciente influencia de los protestantes, y empezaron a venerar el relieve de la Madona, que en 1609 fue declarado como 'Paladio de las Tierras Checas'.
Durante la Guerra de los Treinta Años, la ciudad de Stará Boleslav fue saqueada varias veces y el 'Paladio' fue robado primero por los sajones y posteriormente cayó en las manos de los suecos.
Pero una vez terminada la guerra, los checos lograron readquirir el cuadro por un enorme monto financiero.
"Desde el fin de la Guerra de los Treinta Años el destino del 'Paladio' no se deja al azar. En cuanto se acercó un momento crítico de la historia, el paladio fue escondido de inmediato en Praga o en Viena".
Desde el fin de la Guerra de los Treinta Años en 1648, el paladio no ha abandonado las Tierras Checas.
En Stará Boleslav se celebra una de las fiestas más importantes del país, al ser renovada la tradición de la romería nacional de San Wenceslao, que se celebra el 28 de septiembre, según señaló la historiadora Nina Nováková.
"En los últimos tres años, el arzobispo de Praga, el cardenal Miloslav Vlk, dio su visto bueno para que la reliquia más apreciada, es decir, el cráneo de San Wenceslao, depositado actualmente en el castillo de Praga, fuera trasladado durante las fiestas a la ciudad de Stará Boleslav con motivo de la romería".
En la víspera de la fiesta, los clérigos rezan en la Cripta de San Damián, y el día de San Wenceslao la reliquia es expuesta en la Plaza de Stará Boleslav donde se celebra la misa.
Stará Boleslav es una ciudad que ocupa un lugar muy importante en la historia religiosa checa. En dicha urbe se encuentran, además, otros monumentos que merecen la pena de ser visitados, como por ejemplo el palacio, en el que vivieron numerosos personajes destacados.
El archiduque Luis Salvador de Toscana de la familia de los Habsburgo, uno de los científicos más importantes de la época, pasó a ser dueño del edificio en el siglo XIX.
Luis Salvador residía en su tiempo en la isla de Mallorca y su vida incluso sirvió de argumento a Julio Verne a la hora de escribir la novela sobre el conde de Monte Cristo.
El palacio lo visitaremos en uno de nuestros próximos espacios de Radioviajes.