Impuesto ecológico debe mejorar medio ambiente en RCh
La reforma ecológica del Gobierno de Mirek Topolánek debe motivar a los ciudadanos a ahorrar y a usar energía de recursos renovables. Desde el 1 de enero el consumo de carbón y de electricidad está gravado con un impuesto ecológico.
A partir de este año los checos pagan más por las energías cuya producción daña el medio ambiente. El uso de electricidad para la calefacción de viviendas está gravado con un impuesto ecológico de un uno por ciento. En el caso del carbón es el 10 por ciento, mientras que el consumo de gas o de recursos renovables está liberado de la ecotasa.
Este primer paso de la reforma ecológica, impuesta el año pasado por el Ministerio de Medio Ambiente encabezado por Martin Bursík, atañe a centenares de miles de hogares checos. Según las estadísticas, en la República Checa medio millón de casas usa para la calefacción el carbón y unas 120 mil la electricidad. Los que más se verán afectados por el impuesto ecológico serán los jubilados, según opina el analista Jan Procházka.
“Muy pocos son capaces de empezar a usar otro tipo de combustibles, no disponen de recursos para realizar este cambio. Yo creo que en este caso el impuesto ecológico pierde su sentido”, apuntó Procházka.
La ecotasa afectará también a las empresas que gastan grandes volúmenes de energía como son las fábricas papeleras, textiles, panaderías o cervecerías. El aumento de los costes de producción se reflejará en los precios finales de los productos lo cual puede amenazar la competitividad de las empresas checas no sólo con respecto a las importaciones asiáticas, sino también en el mercado europeo, según teme la Cámara de Comercio Checa. La vecina Austria, por ejemplo, postergó la aplicación del impuesto ecológico para el año 2012.
El objetivo de la aplicación de las ecostasas es limitar las emisiones dañinas a la atmósfera. Las estadísticas indican que en 2007 dos terceras partes de la población checa vivieron en un ambiente perjudicial a la salud. Durante la combustión del carbón en las calderas caseras y del lignito en las centrales térmicas surgen pequeñas partículas de polvo que son altamente nocivas. Lo mismo ocurre durante la combustión de gasóleo y gasolina en los automóviles. Una mejora en este caso debería significar la agregación de bioalcohol a la gasolina, obligatoria también desde el pasado 1 de enero. Desde septiembre pasado los fabricantes añaden ya el bioalcohol al gasóleo.El Ministerio de Finanzas estima que el impuesto ecológico aportará a las arcas estatales casi 4 mil 500 millones de coronas, es decir aproximadamente 161 millones de euros, pero todavía no se sabe si estos fondos serán destinados a proyectos ecológicos.