Checomacoco ayuda a reparar la escuela de Puerto Esperanza en Paraguay
Pasó un año y los esposos Yvonna y Pavel Frič, de la Asociación Checomacoco, vuelven a hacer las maletas para dirigirse al Paraguay, a la comunidad de la tribu Chamacoco Puerto Esperanza en el Chaco, donde viven los descendientes indígenas del explorador, botánico y etnógrafo checo, Alberto Vojtěch Frič. Más nos revelará Yvonna Fričová.
¿Cuál es el objetivo principal de su viaje al Paraguay, que es en su orden ya el quinto, si no me equivoco?
“Durante el último año nos hemos centrado más en la educación. Por esto, nuestra donación financiera principal a la comunidad está destinada esta vez a la reparación de la escuela básica de Puerto Esperanza. Es dinero que conseguimos de nuestros simpatizantes en la República Checa y del Departamento para la Colectividad Checa del Ministerio de RR.EE. checo. Durante nuestra visita del año pasado vimos que un temporal de viento dejó dañado el tejado y los baños de la escuela, la única instalación higiénica en la aldea. Además llevamos un montón de hermosas cartas que escribieron a los escolares y profesores de Puerto Esperanza alumnos de la escuela de arte de Jindřichův Hradec”.
La Asociación Checomacoco decidió el año pasado apoyar a estudiantes indígenas de Puerto Esperanza. ¿Continuarán estas actividades?
“Después de volver del Paraguay, publicamos en nuestra página web www.checomacoco.cz historias de cuatro estudiantes Chamacocos que con su propio esfuerzo y entrega de sus familias, que tuvieron que restringirse aún más, iniciaron estudios superiores. Tenemos incluso dos estudiantes universitarios: Vidal, que estudia veterinaria, y Emigdia, que obtuvo una beca para estudiar medicina en Cuba. Pocos de nosotros saben imaginarse qué difícil es para los jóvenes paraguayos mantenerse en la universidad. Al leer sus historias la gente decidió contribuir para sus gastos de estudios. Una donante envía a una de las estudiantes 120 euros para que pueda comprarse alguna ropa bonita para lucirse en la competencia que hay en la capital”.
¿Y cómo avanza el proyecto “Agua para Puerto Esperanza” que pretende asegurar el abastecimiento de agua en la comunidad?
“Éste es nuestro proyecto más costoso hasta el momento. Esperamos que logremos reunir los recursos necesarios para su realización, que son enormes, hasta el año próximo. Como un adelanto entregaremos a los alumnos de la escuela de Puerto Esperanza 200 filtros de agua portátiles e intentaremos motivarlos para que los usen. Les mostraremos imágenes para explicarles lo importante que es el agua potable para el aparato digestivo”.¿Cuáles son las últimas noticias sobre doña Herminia, la hija centenaria de Alberto Vojtěch Frič? ¿Cómo está y tienen para ella algún regalo especial este año?
“El hijo mayor de la tía Herminia nos prometió hace tres años que en caso de pasarle a ella algo se las arreglaría para avisarnos inmediatamente. Por suerte, hasta el momento no recibimos ninguna noticia catastrófica. Por el contrario, en las pocas cartas que nos han llegado la primera frase siempre era: La abuela goza de buena salud. Confiamos en que Herminia sepa de nuestra llegada y esté allí para esperarnos. Le traemos un chal especial de piel de conejo para los hombros, muy popular entre las abuelas checas, porque incluso en una zona subtropical puede hacer bastante frío en invierno”.
Hasta aquí Yvonna Fričová de la Asociación Checomacoco que presta asistencia a los indígenas con sangre checa en el Paraguay. Los niños de Jindřichův Hradec también envían un regalo especial a Puerto Esperanza: una grabación de la canción checa Ach, synku, synku, adaptada al español.