Esperando al Tratado de Lisboa

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Se reunieron, debatieron y no ratificaron. Los diputados aplazaron otra vez la votación sobre el Tratado de Lisboa. Las deliberaciones sobre el documento de reforma de la Unión Europea continuarán en la Cámara Baja checa a principios de febrero del próximo año.

La República Checa asumirá el 1 de enero de 2009 la presidencia de la Unión Europea sin tener ratificado el documento que modifica el funcionamiento de este organismo tras su ampliación a 27 países.

El viceprimer ministro para los Asuntos Europeos, Alexandr Vondra, no lo considera de importancia trascendental y destaca el hecho de que el proceso de ratificación continúa.

“Hay que tomar en cuenta una cosa: si el Tratado de Lisboa entra en vigor, será un documento que permanecerá vigente muchos años y tendrá, sin duda, impacto en la República Checa, mientras que la presidencia de la Unión Europea durará sólo seis meses”.

La mayoría de los diputados presentes el martes en la Cámara Baja apoyó la propuesta del Partido Cívico Democrático de interrumpir las negociaciones sobre el Tratado de Lisboa hasta el 3 de febrero. A favor votaron incluso los legisladores de la opositora Socialdemocracia, que convocó la sesión extraordinaria con la intención de promover la aprobación del documento antes de fines de este año.

Según el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Lubomír Zaorálek, los socialdemócratas no tuvieron otra alternativa después de que los cívico-democráticos manifestaran que no darían su voto al Tratado de Lisboa.

“En caso de no conseguir la mayoría constitucional de 120 diputados a favor significaría una decisión irrevocable y negativa sobre el Tratado de Lisboa en la República Checa”.

El Partido Cívico Democrático quiere aprobar el Tratado de Lisboa, pero no ahora. Según sus líderes, todavía hace falta discutirlo en los comités parlamentarios. Otro motivo es que aún no existe un acuerdo entre el Partido Cívico Democrático y el Partido Socialdemócrata sobre la tolerancia de la oposición durante la presidencia checa de la Unión Europea.

En juego está también el acuerdo sobre la instalación de un radar de defensa antimisiles estadounidense en territorio checo. Los cívico-democráticos dan preferencia a su aprobación sobre el Tratado de Lisboa.

Cyril Svoboda, del gubernamental democristiano Partido Popular, exhortó a la pronta ratificación de ambos documentos, considerando el aplazamiento del Tratado de Lisboa peligroso.

“Yo tengo sólo una preocupación: que en enero no haya nuevas condiciones políticas, que no aparezcan nuevos obstáculos”.

En contra del Tratado de Lisboa se pronuncian los diputados comunistas que piden la convocatoria de un referéndum en el que decidan sobre el documento directamente los ciudadanos.