La argentina Extraño abre el ciclo Cine en Construcción del Instituto Cervantes de Praga
Se trataba de cine ya rodado pero que no contaba con medios para afrontar la fase de posproducción. El festival Cine en Construcción de San Sebastián y Tolousse premió y apoyó estas películas y ahora el público checo puede verlas en el Instituto Cervantes de Praga.
Probablemente es la única oportunidad del público de checo de ver estas películas, ya que no se comercializan en Europa.
El ciclo se abrió con la proyección de Extraño, del argentino Santiago Loza, un largometraje de carácter intimista, lleno de silencios y contemplación, que el mismo director vino a presentar a Praga.
“El intento de la película es retratar cierta atmósfera emocional o emociones. Me parecía que lo que la película intenta tomar o capturar no es algo que se pueda explicar con palabras. Es casi como una emotividad, entonces la película trata de eso. A través de ciertas imágenes y de ciertos diálogos que intentan dar con algo que nunca se puede llegar a expresar, con cierta zona dolorosa que tenía la película. Y quizás es como lo que nunca se puede llegar a decir. Algo de eso es lo que pasa en Extraño”.
Extraño se rodó en 2003 y fue protagonizada por Julio Chávez y Valeria Bertucceli, hoy actores famosos en Argentina. La película cuenta la historia de un hombre afectado por un trauma de misterioso origen que se encuentra en un estado de expectativa. Para Loza se trata de un periodo de reflexión que el personaje principal vive antes de renacer, de rehacer su vida.“Yo pienso a ese personaje como una crisálida. Es el tiempo en el que algo va a pasar. No sé qué va a pasar con él. O sea, él está en suspenso. Pero estar en suspenso es una transición hacia algo. Entonces no es algo muerto. Él mira la parte viva que brota, un arbolito que crece... Me parece que es un personaje que ve algo de vida en medio de la rotura”.
La película fue la ópera prima de Loza, quien anteriormente se había destacado por sus cortometrajes y guiones. Extraño fue premiado en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires y en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam.
Curiosamente, y a pesar de la corriente de cine social que predomina en Argentina, la película de Loza se circunscribe únicamente a las emociones humanas. Sin embargo, según el director, algo del ambiente político nacional e internacional del momento llegó a empapar la película.
“En realidad la película es rara. Empezó el rodaje el día que cayeron las torres. Ese día, el mismo día. Y terminó el día que cayó el Gobierno. La película no remite directamente a ninguna realidad. Y esto que digo que se hizo en medio de la crisis yo creo que se filtró en la película. No se filtra lo que pasaba en las calles pero cierto malestar o cierta incertidumbre para mí está en la película”.Posteriormente Loza filmó Cuatro mujeres descalzas, con apoyo de la fundación de cine del Festival de Cannes. Recientemente ha estrenado su tercer largometraje, Ártico, y actualmente se encuentra trabajando en otros proyectos.
“Hace diez días que terminé otra película. Se trata de un proyecto más largo que ese que te contaba de Ártico que es muy conciso, muy corto. Pues eso, acabo de terminar un rodaje que fue más largo y complicado y ahora entro a editarlo. A ver cómo se empieza a mover. Y sigo con otros proyectos, con guiones y todo, pero ahora es terminar la última película”.
Después de la proyección, Loza debatió con el especialista en cine David Čeněk y contestó a las preguntas de los presentes. Principalmente habló de cine argentino y de la dificultad de acceder a películas de otros países latinoamericanos. Precisamente el ciclo de Cine en Construcción del Instituto Cervantes ofrece juntas obras que en sus países de origen difícilmente habrían coincidido en la cartelera.